ALICANTE. La 49 edición de la Feria del Libro de Alicante se está desarrollando, desde su apertura el día 28 de marzo con la conferencia de Manuel Vilas, a un ritmo y velocidad que está sorprendiendo incluso a sus organizadores. Una apuesta arriesgada, el cambio de localización, utilizando las dependencias que la concejalía de Turismo ha habilitado en la antigua estación de autobuses de la plaza Séneca, que parece que está dando el resultado esperado. Para comprobar si esta sensación es compartida por los organizadores, hemos charlado Marina Vicente (Alicante, 1988), la joven coordinadora que se ha hecho cargo este año de poner en marcha, en apenas unas semanas, un evento de esta envergadura.
- ¿Qué tal está yendo esta primera edición de la Feria con cambio de localización?
La Feria va sorprendentemente bien, para ser el primer año que se hace en Séneca y el público no está todavía habituado a venir. De hecho, hay gente nos ha dicho que se había ido al Paseo de Soto, y se habían sorprendido de no encontrar nada allí.
Una de las carencias que ha habido desde la parte institucional de la organización ha sido comunicar de manera más eficiente esta cambio de localización. Fue una de las primeras cosas que desde la parte organizativa de la Feria solicitamos, que se doblara la comunicación de otros años, para compensar esto. Al final no se ha podido hacer y eso no está afectando. A pesar de eso, se está teniendo mucho más público del que se esperaba. Con esa campaña extra de comunicación, nos habría desbordado… fíjate que la carpa infantil ya se nos ha quedado pequeña, como mínimo, en dos acciones. Y eso que este año es el doble de grande que los anteriores. Y en la carpa de adultos, la mesa redonda sobre novela negra, con Elia Barceló, Mariano Sánchez Soler, Víctor del Árbol y Lorenzo Silva, tuvo que ser seguida por más de 30 personas de pie, porque todos los asientos estaban ocupados. Está habiendo mucha demanda, la gente está respondiendo muy bien a las actividades, tanto a los encuentros con escritores, como a las firmas, y los libreros están muy contentos… nadie quiere volver a Paseo de Soto.
-¿A pesar de perder el público que pasea por Soto y se acerca a curiosear por la Feria?
“Sí, pero ese público de paseo no era un público esencialmente objetivo o que comprase libros, era un público que hacía bulto, dando la sensación que que había más público en la Feria del que realmente había. Aquí lo bueno que hay es que la gente que viene, viene a la Feria, que era lo que se pretendía conseguir. En el proyecto que yo presenté, uno de los objetivos que pretendía conseguir era que la gente no se encontrase a la Feria, sino que fuera a la Feria. Igual que se hace en la mayoría de las ciudades, en Sevilla la gente va a la Feria, en València la gente va a la Feria, en Madrid la gente va a la Feria… ¿por qué en Alicante la gente no va a ir a la Feria? Es cuestión de crear un hábito”
-¿Conseguido?
Sí, sí, a partir de aquí, hay que consolidar la imagen de la Feria, el lugar de la Feria y las fechas de la Feria. A partir de ahí, cada año, el público será más amplio y expectante. Con los matices que vamos aprendiendo este año, como primer año que es, de los errores que se han podido cometer, de las carencias que estamos pudiendo tener, cosas que no esperábamos que nos faltaran, a pesar de todo eso, todo el mundo está razonablemente contento: instituciones, libreros, organización y público.
-¿Y los autores? Habéis podido recabar ya incluso las sensaciones de autores reincidentes, ¿no?
Sí, incluso los hemos tomado en vídeo, haciendo declaraciones, comentando precisamente que no hay color entre firmar aquí, con un photocall, una alfombra y una gran mesa, que hacerlo en el Paseo de Soto, con todo el ruido, no escuchar a las personas que se acercan a que les firmen los libros, no escucharse ellos mismo mientras dan las conferencias. Los autores están encantados. Espido Freire nos decía que “no soy una recién llegada a la Feria del Libro de Alicante, he venido muchos años y este es el año que más a gusto he estado”.
-¿Y respecto del poder de convocatoria? Parece que está funcionando muy bien en un espectro de edad de público más adulto, de personas más mayores, y también en el público infantil, pero ¿y el público joven?
Mira, estoy analizando mucho ese aspecto, desde la perspectiva de que no había muchas convocatorias de actividades para el público adolescente, por ejemplo. Este año hemos buscado talleres de ilustración para gente joven, Harry Potter, autores que tengan relevancia para lectores de 30 años, o incluso más jóvenes, como es el caso de Elia Barceló Blue Jeans, Pez Mago o el mismo Ismael Serrano… pero al final he llegado a la conclusión de que la gente joven no lee los medios de comunicación, y hay que potenciar más el poder de convocatoria de las redes sociales y, dentro de ellas, la fuerza de los nodos, de las personas que se convierten en prescriptores. Lo he comprobado incluso a través de mis propios perfiles en redes, que han llegado a mucha más gente que la propia acción de comunicación institucional.
-¿Y la posibilidad de llevar la Feria allá donde pueda tener un público objetivo, deslocalizar parte de la programación?
De cara al año que viene, probablemente, y esto lo digo no sabiendo si seré yo la organizadora o no, ya que se trata de un concurso público anual al que hay que presentarse… aún así, independientemente de quien lo haga, seguro que se hacen algunas de estas actividades de llevar a los autores de la Feria fuera de la Feria: institutos, universidad… Pero este año lo que se buscaba es que la gente viniera aquí, porque era necesario consolidar el espacio. Si conseguimos que las instituciones aumenten el presupuesto, una vez que comprueben que ha funcionado bien la apuesta, se podrá aumentar el número de autores de ese espectro joven que dupliquen actividades, yendo a los centros y convocando a ese público a la Feria.
-La importancia del presupuesto…
Sí, claro, es que ahora mismo no hay… la Feria de València tiene 380.000 € de presupuesto, nosotros tenemos 30.000, contando con toda la infraestructura del ayuntamiento. El presupuesto de programación ronda los 12.000 €, y estamos hablando de tener 20 primeras espadas y actividades infantiles a todas las horas de la Feria. ¡Son los 12.000 € más estirados de la historia del euro! Ayuntamiento, Diputación, Generalitat, deben reconocer el trabajo realizado y ser generosos con la Feria, porque además, la implicación de sus representantes, tanto desde la concejalía de Cultura, cuya titular, María Dolores Padilla, está durmiendo casi tan poco como yo, como del propio alcalde, Luís Barcala, que incluso ha modificado actos para poder estar cuando lo necesitábamos, representantes de otras administraciones, creo que es el año que más políticos he visto por la Feria, con total implicación. En su momento, Dani Simón, que es un apasionado de la Feria y los libros, estuvo aquí en todo momento, pero sólo él… y ha seguido viniendo este año, ojo. Si yo tuviera 380.000 €, incluso la mitad, incluso 50.000 €, los libreros no iban a tener que pagar canon por la caseta, que con el esfuerzo que les cuesta montar aquí, lo agradecerían enormemente. Eso para empezar… traeríamos hasta autores extranjeros.
-Y respecto de lo que todavía queda, una vez pasado el ecuador de la programación, ¿qué expectativas hay?
Martes y miércoles han sido dos días muy fuertes de Feria, hay que tener en cuenta que el mismo miércoles han estado Benjamín Prado e Ismael Serrano, el jueves está Cristina López Barrio, pero es que el viernes es el homenaje a Francisca Aguirre, en el que van a participar una veintena de poetas de la provincia, que tendrán un poder de convocatoria potente. Es que se trata del homenaje de la ciudad hacia Francisca Aguirre. Y el fin de semana de cierre, espero que toda la gente que no se haya acercado a la Feria todavía, aproveche el fin de semana, donde se van a encontrar, por ejemplo, con la proyección de Las sin sombrero y el coloqui con su directora, Tània Balló. Hasta en eso hemos ganado, ya que se prevé que el tiempo esté revuelto, pero al ser en interior, qué mejor manera que resguardarse del frío y la lluvia.