Vuelven a las elecciones, y vuelven las promesas de las grandes infraestructuras. En el caso de la provincia de Alicante, podríamos decir que no hay nada nuevo bajo el sol. Sabemos lo que falta; casi todos los partidos son conscientes de las necesidades que tiene la quinta provincia de España para mejorar la movilidad y, por tanto, ser un territorio más competitivo. Se necesitan hechos, más que palabras.
Podríamos decir que la lista de obras pendientes es como la alineación del Hércules de la época Arsenio Iglesias, o el Elche de Heriberto Herrera. Aquel que sigue la actualidad o sufre las consecuencias de la infrafinanciación se la sabe de memoria. Ese once estaría formado, de acuerdo con el análisis de Ineca, Cev y Cámara, por cinco obras en carreteras, cinco en ferrocarril y una portuaria.
Según se presentó el pasado febrero, en Fira Alacant, las obras serían, en el apartado de carreteras, el tercer carril de la A-70 entre Alicante y Elche, la mejora de la A-31 (la autovía con el tramo de mayor siniestralidad de España); el tercer carril de la A-7 entre Crevillent y la Región de Murcia, el paso inferior del acceso a la Universidad de Alicante (que la conectaría con su campus científico), y la duplicación de la N-332 a su paso por Torrevieja, que lleva parada desde 2016. En cuanto al ámbito portuario, la actuación fundamental sería la mejora del Muelle 19 para permitir que las exportaciones marítimas puedan salir por Alicante y no haya que enviarlas a València.
En cuanto a las infraestructuras ferroviarias, el informe recoge como prioritarias el AVE Alicante-València, que ya está en obras y podría entrar en funcionamiento en un año; la mejora de la línea Xàtiva-Alcoi, que está en fase de estudios; el tren de la costa entre Alicante y Benidorm (dado que el tramo Dénia-Gandia ha sido 'asumido' por la Generalitat); el eje Alicante-Elche-Murcia, que consiste en retirar las vías de la fachada marítima, conectar ambas ciudades con el aeropuerto y mejorar el Cercanías hasta Murcia; y la conexión con el Corredor Mediterráneo para acometer las inversiones de los puertos secos.
Entiendo que dentro del eje Alicante-Elche-Murcia, estaría la denominada variante de Torrellano, que es la opción que ha proyectado el Ministerio de Transportes para dotar al aeropuerto de Alicante -con más de 15 millones de pasajeros- de una conexión ferroviaria y al mismo tiempo de retirar las vías de la fachada litoral de Alicante. La variante de Torrellano está en pleno debate por la intención del Gobierno de electrificar el actual trazado mientras se ejecuta la alternativa, lo que ha generado un amplio rechazo, como se pudo ver este viernes.
Sea como fuere, el problema de la provincia de Alicante no es de reivindicación, que también, sino de influencia y ejecución de las obras. Los proyectos pendientes son de sobra conocidos. Y máxime sobre todo después del revolcón que los Presupuestos Generales del Estado dedicaron a la provincia, situándola en una de las últimas en inversión, lo cual provocó protestas de todos los tipos, pero esencialmente de colectivos empresariales y sociales y de los partidos políticos.
Es decir, que las soluciones están. Falta ponerlas en marcha. Y es lo que se debe pedir a PP y PSOE, que son los únicos con opciones de estar al frente de los ministerios en los que se corta el bacalao. No hace falta que sobreactúen sobre la cuestión; recomendaría realidad y precisión. Estamos cansados de tanta promesa. Es verdad que no todo ha sido negro: la provincia de Alicante cuenta con tres estaciones de AVE; en menos de dos años podemos tener conexión de alta velocidad con València; se ha liberalizado la AP7 y hay proyectados nuevos accesos . En materia hídrica, habrá avances importantes en la desalación y su coste final -con las planta fotovoltaicas-, pero siguen faltando obras claves, de impacto inmediato, como un cambio de convoyes en el Cercanías Alicante-Murcia; el tercer carril de la circunvalación de Alicante, el desdoble de la N-332 a su paso por Torrevieja y el tren al aeropuerto. Tampoco es creíble que nadie las prometa para mañana: quien entiende de esto, sabe que este tipo de proyectos lleva su tiempo. Pero un solo gesto, acompañado de voluntad sería suficiente. Por tamaño y peso poblacional y económico. El resto ya vendrá (esperamos).