ALICANTE. Samuel Llorca y Pol Roigé veían este sábado la quinta tarjeta amarilla y se perderán el encuentro del próximo domingo contra el Espanyol B, si el Hércules no lo evita formulando las correspondientes alegaciones y estas prosperan.
El árbitro montisonense Antonio Monter Solans amonestó al primero en el minuto 78 por, según recogió en el acta del partido, "derribar a un contrario en la disputa del balón de forma temeraria", mientras que a Pol Roigé le mostraba la amarilla en el 85 por "alejar el balón del lugar desde donde se iba a efectuar una puesta en juego con ánimo de perder tiempo".
Samuel, que ha visto tres de las cinco tarjetas amarillas en los últimos tres partidos, se perdería su cuarto choque del curso, después de ser baja en las jornadas undécima, duodécima y decimotercera por lesión. Su ausencia entonces fue cubierta por un Álvaro Pérez que ahora mismo está en el dique seco por una lesión muscular que le mantendrá fuera del equipo por lo menos los dos próximos partidos.
En cuanto a Pol Roigé, el extremo veía por segunda vez en el presente curso el arranque de un partido desde el banquillo (solo le había ocurrido en una ocasión, con motivo de la visita a El Collao), ya que Lluís Planagumà aprovechaba que ya podía echar mano de Jesús Alfaro para alinearlo de inicio y colocar a Chechu en la posición del barcelonés que veía la tarjeta amarilla diez minutos después de saltar al terreno de juego.
Doble debut
Volviendo con Alfaro, en los 75 minutos que estuvo sobre el terreno de juego rindió a buen nivel, haciendo gala de su desborde y contribuyendo a abrir el campo. Además del futbolista de la Palma del Condado, también debutó con la camiseta blanquiazul el delantero Jona Mejía, que entraba a nueve minutos para el 90 por Carlos Martínez y, tal y como destacaba Planagumà, pese a su incorporación reciente ya empezó a dar muestra de sus virtudes y de lo que puede aportar al equipo como la profundidad.
Una grada enchufada y un palco concurrido
No fue la mejor entrada de la temporada, pero pese a tratarse de un sábado a las siete de la tarde se dieron cita un buen número de aficionados en las gradas de un José Rico Pérez que, como el técnico apuntaba en la sala de prensa tras el encuentro, no solo animó a los suyos con insistencia pese a jarro de agua fría que supuso el tanto inicial del Villarreal, es que supo leer el partido, demostrando ser consciente del potencial del rival y la necesidad de arropar al equipo más que nunca.
Por lo que se refiere a la zona noble del coliseo blanquiazul, el presidente del la Fundación del Hércules Valentín Botella acompañó al presidente del Villarreal Fernando Roig en la primera fila del palco. También asistieron desde la misma su hijo y consejero delegado del club castellonense, Fernando Roig Nogueroles, y el vicepresidente, José Manuel Llaneza, junto al resto de integrantes del consejo de administración del Hércules.
Enrique Ortiz, Juan Carlos Ramírez y Carlos Parodi, por su parte, hicieron lo propio desde su habitual ubicación en una zona noble repleta de caras conocidas: desde Carlos Terrazas a dos de los hermanos Cordero, Juan Carlos y Jorge, el entrenador del Elche José Rojo Pacheta y sus futbolistas Manu Sánchez, Dani Provencio, Iván Sánchez y Benja Martínez, pretendido por los blanquiazules en el presente mercado de invierno.