ELCHE. Este martes, coincidiendo con el tercer aniversario de la declaración del Estado de Alarma que confinó a todo el país, el Ayuntamiento de Elche ha aprovechado para inaugurar oficialmente el Jardín de las víctimas de la covid-19 en el municipio, donde el coronavirus dejó alrededor de 300 personas fallecidas y miles con secuelas. Un reconocimiento para que siempre queden en la memoria, así como a todos aquellos que se implicaron de una forma u otra en combatir la pandemia o simplemente hacer que la vida siguiera con relativa normalidad, a pesar de la situación.
Un pequeño acto emotivo y sobrio al que han asistido alrededor de un centenar de personas, en representación de los distintos colectivos, desde los sanitarios hasta los propios medios de comunicación, pasando por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, el colectivo docente o de la limpieza. Al mismo también ha asistido representación de la corporación municipal, salvo Vox.
Como ya se hiciera en 2021, se ha vuelto a introducir por parte de los colectivos mencionados objetos en una cápsula del tiempo que posteriormente se ha enterrado junto al monolito, para que quede constancia del momento que se vivió durante la pandemia. Desde prensa de aquellos días, hasta el hidrogel o mascarillas, y ahora con la novedad de un USB con la grabación del acto retransmitido de 2021.
La parte más emotiva ha venido a cargo de dos particulares, Fran Caballero y Diego Miñano. El primero, un chico joven que perdió a su pareja por la covid; el segundo, un hombre de 62 años que superó la enfermedad pero que ha quedado con secuelas, sobre todo dolencias musculares, como relataba, a pesar de tener la mente en perfectas condiciones. "Doy gracias a la vida porque aún hay muchas cosas que quiero hacer", señalaba agradeciendo bautizar al jardín con la memoria de aquellos que fallecieron o se vieron afectados por la enfermedad, y a quienes se implicaron en primera línea contra ella. También daba gracias efusivas especialmente al colectivo sanitario, con quien aún sigue trabajando para paliar las secuelas que le han dejado.
Amenizados también por el violín de Álvaro Casanova, ha cerrado el acto el alcalde Carlos González, incidiendo en la "cohesión y responsabilidad" con la que se vivieron aquellos días por parte de la sociedad en general y la ilicitana en especial, agradeciendo el trabajo a todas aquellas personas que pusieron su granito de arena de una forma u otra, y que ahora tienen un jardín de unos 50.000 metros cuadrados en su honor. Una futura zona verde cuando el arbolado florezca que se ha financiado con los fondos Edusi y que viene a cerrar el ajardinamiento que quedaba pendiente en el entorno del camposanto.
