ALICANTE. La tramitación del presupuesto del Ayuntamiento de Alicante para 2022 se adentra finalmente en el mismo recorrido por el que transitó la de las cuentas de ejercicios precedentes. Los compromisos adquiridos por el equipo de gobierno, conformado por Partido Popular (PP) y Ciudadanos (Cs), para que su entrada en vigor pudiese producirse en enero han acabado por incumplirse de nuevo. De hecho, todo parece indicar que -de prosperar-, esa planificación económica no podrá aplicarse hasta finales de marzo o principios de abril.
La primera fecha clave del calendario para su aprobación es este 1 de febrero: el último día habilitado para que los cuatro grupos que ejercen funciones de oposición (PSOE, Unides Podem EU, Compromís y Vox) puedan presentar enmiendas al documento aprobado por el bipartito en Junta de Gobierno. A partir de ahí, se prevé que los técnicos municipales de la Concejalía de Hacienda elaboren su informe sobre las propuestas presentadas antes de que pueda convocarse la comisión en la que se pueda emitir el primer dictamen. Esa votación inicial se espera para mediados de la próxima semana, lo que permitiría convocar un pleno extraordinario para someter el presupuesto a aprobación inicial en la semana del 14 al 18 de este mismo mes.
Si la propuesta de PP y Cs prospera, se abrirá un plazo de un mes para la presentación de alegaciones (es probable que se presenten por parte de sindicatos o de entidades vecinales, por ejemplo), que también deberán ser estudiadas por los técnicos (aunque habitualmente suelen rechazarse todas por no cumplir los requisitos necesarios), antes de regresar al pleno para someterse a su aprobación definitiva. Como pronto, ese segundo pleno podría fijarse en la semana del 28 de marzo al 1 de abril. Es decir, unas fechas muy similares a las que se registraron en 2021, ya que las cuentas de de ese ejercicio se acabaron ratificando el 25 de marzo de ese año. La consecuencia: al bipartito le quedarán ocho meses para poder ejecutar los proyectos recogidos en las cuentas (siete si se descuenta el mes vacacional que suele ralentizar la actividad municipal).
En esta ocasión, con un presupuesto de carácter continuista y pactado sin disputas internas de trascendencia, la causa que se ha aducido como elemento de distorsión para que las cuentas no pudiesen quedar aprobadas antes del 31 de diciembre ha sido la necesidad de recalcular el impacto de la anulación del método de cálculo del impuesto de las plusvalías acordada por sentencia del Tribunal Constitucional (TC) el pasado noviembre. Con todo, al margen de la complejidad que haya podido tener ese cálculo (a priori, no apreciada en el informe de fiscalización emitido por el interventor municipal), se trata de un contratiempo que no ha evitado que otros ayuntamientos de la provincia hayan podido validar sus cuentas con antelación. Entre ellos, por ejemplo, el de Elche, que este lunes aprobó sus cuentas de 2022 de forma definitiva.
Existiría, además, un segundo elemento que equipararía la tramitación de las cuentas de este año con la de los dos ejercicios precedentes: 2020 y 2021. Se trata de la dependencia de la posición de Vox. Sus dos ediles fueron claves para que el bipartito sacase adelante sus primeros presupuestos en común, en 2020. Y también lo fueron por lo que respecta a los de 2021, en virtud de un pacto en el que se anticiparon al PSOE: el otro partido que se decantó por una abstención, de algún modo conminada por la dirección autonómica del PSPV-PSOE para no dificultar la recuperación postcovid.
La cuestión es que, en el escenario de 2022, sigue siendo Vox el partido que podría seguir teniendo la llave para que las cuentas queden validadas, después de que se malograsen las conversaciones iniciadas con el PSOE en diciembre. Entonces, se constató cierta predisposición al entendimiento a partir de un documento de aportaciones que el bipartito se comprometió a incorporar -al menos parcialmente- y a cuantificar. Sin embargo, los socialistas habrían visto frustradas sus expectativas en la propuesta presupuestaria aprobada en Junta de Gobierno y ya anticipan que su voto sobre las cuentas será un no con una probabilidad de más del 90% (salvo que la dirección autonómica pueda dar instrucciones en sentido contrario), al margen del respuesta que puedan tener la batería de enmiendas parciales trabajadas por el conjunto del grupo municipal que se pretende registrar este martes, bajo la coordinación de su portavoz municipal Paco Sanguino y de su responsable de asuntos económicos, el edil Miguel Millana.
Por el momento, el PSOE baraja presentar, incluso, una enmienda a la totalidad con propuesta de devolución en la que conmina al equipo de gobierno a retirar su documento para volver a elaborar otro presupuesto negociado en el que se puedan tener en cuenta sus aportaciones, con especial atención a los planteamientos relacionados con medidas de estímulo a la creación de empleo joven o a facilitar el acceso a la vivienda. El propio Millana lamentó este lunes que "pese a disponer de remanentes de tesorería y disponer de un presupuesto expansivo, aunque basado en la financiación del Consell a través del Plan Edificant y del contrato programa de Acción Social, no se ha incorporado ninguna de nuestras iniciativas en esa dirección". De este modo, avanzó que a través de esa enmienda a la totalidad, se pretende plantear la incorporación de crédito por 40 millones para que puedan tenerse en cuenta esa serie de iniciativas, de las que se prevé dar cuenta a los vecinos, a partir de la organización de próximos encuentros.
Otro tanto de lo mismo podría aplicarse por lo que respecta a la posición de voto de Unides Podem EU, que este lunes mantuvo un encuentro informativo con la edil de Hacienda, Lidia López (PP), solicitado por la propia regidora para darles a conocer el resultado de sus aportaciones. Lo cierto es que la reunión no sirvió para convencer a sus dos representantes (Xavier López y Vanessa Romero) en la medida en que la información que se les trasladó no conllevaría la incorporación de las 16 propuestas que el grupo municipal registró el pasado diciembre.
Así, su portavoz, López, sostuvo que "será difícil que apoyemos o nos abstengamos en la votación si se tiene en cuenta que no existe una voluntad real de negociar y de tener en cuenta nuestras propuestas". En esta línea, indicó que, como mínimo, su objetivo es presentar en torno a 40 enmiendas parciales para tratar de mejorar el documento.
Por lo que respecta a Compromís, su portavoz, Natxo Bellido, insistió en argumentos similares tras lamentar que el bipartito no haya tenido en cuenta sus aportaciones. "Tras una reunión de trabajo con la edil de Hacienda, el pasado viernes, seguimos sin saber nada de la incorporación de fondos para facilitar el acceso a la vivienda, como la construcción de los edificios municipales previstos en la calle Ceuta, los de Catedrático Soler o los de San Antón; tampoco se ha previsto nada sobre la construcción de un CIBE y, de nuevo, vemos que no se contemplan inversiones para la Zona Norte, más allá de la planificación genérica del Plan de Inclusión Social, ni para llevar a cabo la transformación verde que necesita Alicante".
Así, añadió que "por mucho que el bipartito diga que bajan impuestos para que el dinero se quede en los bolsillos de los ciudadanos, lo cierto es que lo que pretenden es que el dinero de los alicantinos lo manejen los bancos porque existen remanentes que no se invierten y, además, recurren a la concertación de un crédito de 20 millones para financiar inversiones", recalcó. En todo caso, señaló que Compromís también presentaría una treintena de enmiendas para modificar otras tantas partidas, aunque abogó por que el presupuesto quede sobre la mesa para que pueda existir una auténtica negociación.
¿Y Vox? El grupo municipal que coordina Mario Ortolá insistió este lunes en su predisposición a facilitar que el presupuesto prospere "porque hemos venido a ser útiles a los alicantinos y no pretendemos bloquear el funcionamiento de la ciudad ni a enrocarnos con el no", pese a que sí llegaron a votar en contra de los presupuestos del Patronato de Turismo, en lo que constituyó un primer aviso para el bipartito que no ha tenido una continuidad contundente. Eso sí, añadió que para que sus dos votos puedan decantarse por la abstención o por el voto a favor, "deben tenerse en cuenta nuestras enmiendas, que van en el mismo sentido que las aportaciones que presentamos y de las que no hemos llegado a tener constancia que hayan quedado incorporadas". En principio, se prevé que puedan llegar a registrar más de 23 propuestas de corrección para reorientar los fondos destinados a las áreas de Cooperación Internacional o Igualdad, además de incrementar las partidas destinadas a facilitar el acceso a la vivienda de los jóvenes. Y, en principio, Vox no prevé darse por satisfecha con la inclusión de algunas de ellas, sino que reclamará que se incorpore una amplia mayoría o, al menos, las más significativas.
Está por ver cuáles de las enmiendas formuladas por los cuatro grupos de la oposición pueden llegar a admitirse en la comisión de Hacienda (primero) y en el pleno (después, en el caso de que lleguen a reproducirse). En todo caso, se da por hecho que el debate presupuestario quedará desligado de otro debate controvertido: el de la aprobación definitiva de la ordenanza de convivencia cívica, en el que ya se ha cerrado el plazo para la presentación de alegaciones.