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alicantinismo / OPINIÓN

El subpaís alicantino: emoción vs razón

9/02/2021 - 

Un contacto me mandó hace unos días un vídeo que iba rodando por twitter. En él se ve al nuevo consejero de À punt media Lluís Rivera comentando en les Corts las bajas audiencias del ya-no-tan-nuevo canal autonómico en Alicante.

Según Rivera, À punt atiende suficientemente las realidades de la provincia de Alicante. El neo-consejero afirma que en Alicante existe un rechazo generalizado a todo lo que venga de Valencia.

Recuerda como, cuando trabajaba en la extinta Canal 9, mientras cubría las hogueras alicantinas le tiraban huevos al grito consabido de “Puta Valencia”.

Tras evocar estos desafortunados episodios Rivera afirma: “Què hem de fer?”... y concluye que lo importante es la media de audiencia de todo el territorio valenciano, no el registro particular de una zona concreta.

Desde el punto de vista de Rivera no hay solución. No se trata de incrementar la presencia de la delegación de À punt en el “Subpaís” alicantino, denominación de su cosecha. No hay que intentar tampoco “traer más personajes de allí”. Rivera, por lo tanto, da a Alicante por perdida para la causa. Alicante no tiene remedio, Alicante es así y ya está. No hay nada que hacer...

Las reacciones desde las comarcas del sur no se hacen esperar: se dispara la indignación, llueven las críticas al centralismo de la ciudad de Valencia, se lanzan proclamas de alicantinidad desde el antivalencianismo. Respuestas lógicas, automáticas, cargadas en parte de razón, pero... ¿realmente útiles?

En los debates territoriales en España siempre tenemos la sensación de estar viviendo en el día de la marmota, en un eterno bucle que se repite cansinamente una y otra vez.

Yo quisiera, no obstante, tratar de generar alguna novedad desde esta columna, de ir un paso más allá, de aportar argumentos desde un enfoque diferente, más analítico. Existe un problema político  de falta de vertebración de la Comunidad Valenciana, es evidente.

Lo que a mi modo de ver debemos hacer desde Alicante, es, en primer lugar buscar soluciones. Hemos de ser proactivos y solo en segundo lugar exigir con fuerza a Valencia que lo sea también y que, desde su capitalidad, no ignore a la provincia de Alicante, a las comarcas del sur de la Comunidad Valenciana.

La ubicación por primera vez en la historia de una Conselleria en Alicante, la de Innovación y universidades, cuya titular es además la ilicitana Carolina Pascual, creo que apunta en la buena dirección.

Se trata, en definitiva, de apostar entre todos por la construcción de un espacio político común denominado Comunidad Valenciana, un cosmos social y de co-gobernanza realmente compartido.

Daré dos ejemplos concretos para que se pueda observar claramente que sí existen soluciones, aunque no me extenderé porque estas propuestas de mejora ya que las desarrollé en un artículo en otro lugar que titule “Alicante con Valencia: nuevas fraternidades”.

Desde mi punto de vista Alicante debería conocer realmente la ciudad de Valencia, visitarla, recorrerla. Los monstruos odiados en la distancia, no suele ser tan horribles y despóticos cuando se los mira de cerca.

Valencia por su parte podría, por ejemplo, tener en cuenta el punto de vista alicantino a la hora de generar estrategias a nivel Comunidad Valenciana, evitando ser demasiado Valencia-ciudad-céntrica.

Se trata después de todo de no volver a reaccionar de forma emocional ante declaraciones desafortunadas como las de Lluís Rivera. Muy al contrario, hay que aprovechar las ocasiones en que se muestren con evidencia nuestros problemas territoriales para, tras tomar conciencia de que estos son estructurales y centenarios, y tratar de resolverlos desde el civismo y la razón.

Antonio Adsuar es fundador del proyecto-blog www.alicantinismo.com

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