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restauración y apertura al público con fondos europeos

Cultura pone a punto cinco de sus 90 refugios antiaéreos como motor para dinamizar barrios

6/10/2019 - 

ALICANTE. La Concejalía de Cultura apuesta por recuperar el patrimonio histórico de Alicante y pone en marcha la restauración y apertura al público de cinco de los 90 refugios antiaéreos construidos antes de la Guerra Civil en diversos puntos del casco urbano. En este caso, se trata de cinco instalaciones habilitadas en los años 30 en ubicaciones que se consideraron estratégicas para proteger a la población civil frente a bombardeos aéreos. 

Los cinco se sitúan en el Mercado Central, en la Fábrica de Tabacos, en el paseo de Marvá (junto a las escalinatas del IES Jorge Juan), en la calle Marqués de Molins (antigua Maestro Bretón) y en la Plaza Músico Óscar Tordera Iñesta. O lo que es lo mismo, se encuadran en el área de influencia de los castillos de Santa Bárbara y San Fernando, por lo que forman parte del proyecto de reurbanización de Las Cigarreras, cofinanciado por la Unión Europea (UE) como Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (EDUSI). 

De hecho, al margen de conservar su valor histórico y patrimonial y de contribuir a la divulgación del pasado, uno de los objetivos centrales del proyecto es precisamente que esos cinco refugios actúen como motor de desarrollo. Es decir, que su apertura al público funcione como elemento dinamizador de los barrios de Carolinas Bajas, Mercado Central, San Antón y Campoamor. La intención es hacerlos visitables, como en los casos de los refugios de Séneca y de la plaza de Balmis, pero con el reto de dotarlos de un contenido no exclusivamente cultural para que generen flujos de público capaz de provocar un efecto retorno en la hostelería y el comercio de sus proximidades.

En este sentido, se contempla incluso la posibilidad de que algunos de esos cinco espacios "compartan su función patrimonial histórica con el asentamiento de actividades económicas que puedan resultar compatibles", según apunta el edil de Cultura, Antonio Manresa (Ciudadanos). "Se trata de que tengan un contenido que resulte atractivo, como ya ocurre en otras ciudades en las que se ha rehabilitado refugios para dar cabida a restaurantes, por ejemplo”, añade.

Por lo pronto, el proyecto se desarrollará en varias fases. La primera parte con un presupuesto global de 335.759 euros y comprende la apertura de las cinco instalaciones, que hasta ahora permanecen tapiadas, la retirada de escombros y la ejecución de obras de albañilería menor para que puedan ser accesibles, así como la instalación de suministro eléctrico. Para esos trabajos, se prevé un plazo de ejecución de seis meses.

En función del resultado de esa primera fase, se abordará el estudio específico de su contenido, tanto por lo que respecta a la parte explicativa de la función para la que fueron construidos, como por otros posibles usos.

En la memoria descriptiva del proyecto se detalla que los cinco refugios en cuestión forman parte del conjunto de 90 instalaciones que se fueron planificando a partir de 1937 en función de las instrucciones facilitadas por el Comité Local de Defensa Pasiva. Entre ellas, se estableció que todo edificio de nueva construcción, ya fuese para uso residencial o industrial, debería dotarse de un refugio antiaéreo con las características y capacidad previamente delimitadas por el arquitecto municipal. 

Según informa la Concejalía de Cultura, hasta julio de 1938 ya se tenía documentada la construcción de 55 refugios con capacidad para más de 38.000 personas. Por entonces, se preveía la construcción de otros 37 para acoger a 108.000 ciudadanos.

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