ELCHE. El pasado mes de julio el Consell (el anterior Ejecutivo) aprobaba la relación de castillos y elementos fortificados de la Comunitat Valenciana y su inscripción en la sección primera del Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano, en tanto que Bienes de Interés Cultural (BIC), lo que en el caso ilicitano ha supuesto incluir sus elementos fortificados protegidos. Algunos ya estaban incluidos en esta sección de forma genérica, pero ahora se formalizan de forma individual. Entre ellos las torres defensivas, el Castellar o el Palacio de Altamira.
De igual forma que en 2017 la Generalitat concedió la figura de Bienes de Relevancia Local (BRL) de forma genérica a los elementos de la Guerra Civil (a falta de formalizar y ratificar por parte de los ayuntamientos), el Estado hizo lo propio con los castillos en 1949 y después actualizado con la legislación de 1985. La Ley de Patrimonio Valenciano de 1998 también reconoce los BIC de todos los castillos de más de 100 años de antigüedad que incluía la ley estatal, pero mediante una disposición adicional encomendaba a la conselleria elaborar un listado con estos bienes. Algo que materializa este decreto de julio.
Esto significa que el grueso de estos bienes relacionados, también en el caso de Elche, estaban con una catalogación genérica. Su inclusión de forma individualizada exige su delimitación del entorno, con su ficha propia con los datos del mismo, tarea que ya se avanzó en su momento por el departamento de Patrimonio Cultural. Asimismo, los BIC también exigen, y así lo establece la ley autonómica, que como bienes adscritos al patrimonio español, deben contar con un Plan Especial de Protección, o un instrumento análogo (que puede ser el catálogo de protecciones). La delimitación del entorno ha de establecer lo que se puede hacer en los inmuebles de alrededor por la afección al BIC.
En Elche se han incluido las torres vigía, algunas ya recomendadas por Patrimonio Cultural del Ayuntamiento en informes previos. Estas son la de Asprella, Canyada, Carrús, la propia Calahorra, de la Senieta, de Vaïllos, Ressemblanch, del Pinet, Jubalcoi, Palombar, de Estaña (ya en grave estado ruinoso, como la del Pinet) y de Santa Bárbara. Y la torre de Gaitán en tanto que zona arqueológica. Pero también las murallas de Elche, ahora a priori en proceso de elaboración de un informe su situación tras las catas en la ladera del río; el Castellar, con la reciente intervención para su musealización; y por último el Palacio de Altamira.
Actualmente esta Sección primera ya incluye la inscripción BIC definitiva con los requerimientos futuros mencionados. Son ya 32 de Elche. Uno de los pasos futuros y pendientes es la del nuevo catálogo de protecciones, ya que este Inventario de Conselleria, a pesar de incluir bienes de forma genérica en algunos casos, y no individualizada con este decreto reciente, tenía elementos no incluidos en el catálogo local de 1998. Y que se contempla que estarán en el nuevo, por ejemplo el conjunto del Palmeral, la torre del Convento de la Merced, el yacimiento de L'Alcúdia, las murallas del Castellar, la torre de la Senieta, el propio Misteri o el museo de Pusol.