ALICANTE. La reordenación de la avenida de Aguilera de Alicante para encajar la implantación del carril bus conllevará finalmente la supresión de uno de los cuatro carriles dedicados a la circulación del resto de vehículos. Esa es la nueva propuesta que ultiman los técnicos del departamento municipal de Transportes con el propósito de poder ampliar las aceras, después de que los colectivos de residentes del barrio de Benalúa hayan expresado su rechazo a la propuesta inicial.
El proyecto original preveía preservar los dos carriles por sentido de los que dispone su trazado actual entre la Plaza de la Estrella y la bifurcación situada a la altura del cruce con el Parque del Botánico y eliminaba las bandas de estacionamiento en ambos laterales para posicionar el paso reservado a los autobuses del servicio de transporte público en ambos laterales del vial. De este modo, se pretendía facilitar el tránsito de los autobuses que, según fuentes municipales, se veía habitualmente obstaculizado por los vehículos aparcados temporalmente en doble fila en muchos tramos de la avenida. Con ello, se aspiraba a ganar velocidad comercial en las líneas del servicio que conectan con los barrios de Benalúa, La Florida y Ciudad de Asís.
La propuesta no preveía la posibilidad de incorporar la implantación de un carril bici, ni tampoco la ampliación de la superficie de las aceras, aunque, durante la segunda mitad de agosto, sí se ha anunciado la realización de estudios para evaluar posibilidades de construcción de un aparcamiento público que supla las más de cien plazas de estacionamiento que quedarían eliminadas en la vía pública para permitir el tráfico de los autobuses.
No obstante, la confirmación de esa propuesta -formalizada tras la preselección de Pavasal como futura adjudicataria- ha seguido generando rechazo vecinal hasta el punto de forzar al equipo de gobierno, el bipartito compuesto por Partido Popular (PP) y Ciudadanos (Cs), a abordar una revisión del planteamiento primigenio. Así, la alternativa más plausible con la que se trabaja ahora comprende la eliminación de uno de los cuatro carriles de circulación. En un principio, se contempló la posibilidad de suprimir uno de los dos que discurren en sentido de salida hacia la Gran Vía, como ha informado inicialmente este diario. Sin embargo, finalmente se habría apostado por eliminar uno de los carriles de acceso al Centro para avanzar en lo previsto en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), en el que se prevé que Aguilera se convierta en vía en sentido único de salida y Catedrático Soler, en vía de sentido de acceso al Centro, según han apuntado fuentes municipales con posterioridad. En todo caso, con esa solución se podrá redistribuir el espacio del resto de la sección del vial para ampliar las dos aceras, habilitar los dos carriles reservados para el autobús y mantener dos carriles en sentido Centro y uno en sentido Gran Vía.
Eso sí, el proyecto modificado continúa sin contemplar la posibilidad de implantar un carril bici por dos motivos básicos. El primero, que ya existen itinerarios ciclistas alternativos señalizados y con velocidad limitada que discurren en dos calles paralelas: Pardo Gimeno y Foglietti. Y el segundo, que la actuación no pretendía reurbanizar ni transformar la avenida con una intervención que conllevase obras de calado, sino únicamente mejorar las condiciones de circulación de los autobuses.
La modificación en estudio apuesta finalmente por eliminar uno de los dos carriles en sentido Centro y sigue sin contemplar la posibilidad de implantar el carril bici
En todo caso, la modificación del proyecto queda sujeta todavía a dos condicionantes esenciales. En primer término, la necesidad de que el nuevo coste no encarezca el presupuesto en más de un 20% respecto a su precio inicial. Y el segundo, que la empresa adjudicataria acceda a asumir los cambios que puedan plantearse. En el supuesto contrario, la ejecución de los trabajos debería volver a licitarse. Y está por ver si ese contratiempo podría generar algún tipo de consecuencia por lo que respecta a la obtención de fondos europeos comprometidos para su ejecución, como uno de los proyectos incluidos en la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) promovida por el Ayuntamiento con una asignación de más de 15 millones en aportaciones comunitarias. En principio, el proyecto quedó este mes de agosto en manos de Pavasal por un precio de 483.866 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses, después de que la primera propuesta clasificada en el concurso (presentada por Tizor) no justificase el importe de su oferta considerada en baja anormalmente desproporcionada.
Entre tanto, el grupo municipal del PSOE en el Ayuntamiento de Alicante prevé presentar este viernes los resultados de una consulta realizado por el propio partido entre residentes del barrio de Benalúa respecto al proyecto original de reordenación de la avenida de Aguilera. Fuentes consultadas avanzaron este jueves que gran parte de los encuestados expresaron su rechazo al planteamiento promovido por el equipo de gobierno al considerar que no se ajustaba a las necesidades del barrio.