ALICANTE. El PSPV-PSOE se sacó de la chistera este miércoles un acto ad hoc para escenificar la afiliación de dos colaboradores abrazados hasta ahora en papeles públicos en su condición de independientes: el candidato a la Alcaldía de Alicante y hoy portavoz municipal, Paco Sanguino, y la exdirectora general de Universidades y actual senadora territorial, Josefina Bueno. El mismísimo secretario general de los socialistas valencianos y jefe del Consell, Ximo Puig, ejerció como maestro de ceremonias y ofició la eucaristía del bautismo socialista al hacerles entrega de sus carnets de militante: un gesto para acentuar la filosofía de apertura de las siglas a la ciudadanía. "Somos un partido más allá del partido; un partido plural y diverso como lo es nuestra sociedad, en el que caben todas las sensibilidades, pero que se mantiene firme en su compromiso por la democracia", subrayó Puig.
Y ya puestos, la convocatoria -identificada con el eslogan Seguir sumant- se aprovechó para rendir cuentas y definir posiciones políticas en Alicante una vez superadas las cuatro citas electorales de la pasada primavera: las generales y autonómicas del 28 de abril, y las municipales y europeas del 26 de mayo. El mensaje que se quiso trasladar en esta nueva fase postelectoral quedó claro: la tropa tiene que seguir movilizada porque, aunque en esta ocasión no se ha conseguido el objetivo de gobernar en la segunda ciudad en tamaño demográfico de la Comunitat, hay futuro por delante.
Así, el propio Puig comenzó expresando su agradecimiento a las bases del partido en la ciudad por el trabajo realizado en todas esas campañas y por admitir ese gesto de apertura que supuso el fichaje del propio Sanguino como cabeza de cartel para el Ayuntamiento. Después, puso en valor el resultado cosechado. Se refirió a las "dificultades del anterior mandato", en alusión a la ruptura del tripartito, a la dimisión de Gabriel Echávarri y a la pérdida de Alcaldía, aunque sin citarlas. Y destacó que pese a ello, el PSOE había crecido electoralmente en Alicante más que cualquier otra fuerza política, al pasar de 6 a 9 concejales en la nueva corporación municipal. "Lo habéis hecho muy bien", enfatizó, ante un auditorio de cerca de 200 militantes de Alicante y concejales de Benidorm, Sant Joan o San Vicente, entre otros municipios de la provincia.
Acto seguido, lamentó que el retroceso experimentado por otras fuerzas políticas de corte progresista hubiese impedido sumar para formar gobierno. Sin embargo, insistió en que "nueve concejales son los mismos que tiene el PP, por lo que tenemos toda la legitimidad para defender también los intereses de la ciudadanía desde el papel que asumimos en la oposición". Así, más allá de la ya citada referencia velada a los antecedentes, no hubo espacio para la autocrítica sobre las posibles causas que podrían haber postrado al partido a esa función política, pese a la ola favorable que se respiraba en el escenario nacional y que parecía presagiar otro triunfo en las municipales, como el que se dio en las generales, en las autonómicas y en las europeas.
Lejos de eso, Puig apostó por fijar la atención en el futuro y animó a perseverar hacia el mañana con optimismo porque "somos un partido renacido". "Vamos a continuar, pese a que aquí en España se dé la anomalía democrática de que la extrema derecha sí cuente, y de que, a diferencia de lo que sucede en el resto de Europa, los conservadores y los liberales sí se sienten con la ultra derecha", añadió.
Solo le hizo falta agradecer a Sanguino y Bueno su compromiso y su adhesión al proyecto socialista para ganarse el aplauso de los fieles. Antes, tanto el secretario general del partido en Alicante, Miguel Millana, como los nuevos socialistas -Sanguino y Bueno- ya habían allanado el terreno. Millana, el primero en intervenir, había agitado a los asistentes al subrayar la implicación del Consell con Alicante en la pasada legislatura con apuestas para dinamizar la economía y conseguir "que la prosperidad llegue a todos" como la del proyecto de Distrito Digital.
Bueno también había ensalzado los principios que le habían llevado a aceptar la propuesta de incorporarse al proyecto socialista como directora general de Universidades, como la consecución de la igualdad de oportunidades (citó acciones concretas como el aumento de las becas, los planes de retorno o la reducción de las tasas universitarias); el feminismo o la igualdad. Sanguino, por su parte, profundizó en el valor de la democracia para conseguir "un mundo más justo" y prometió seguir ofreciendo su capacidad de trabajo ("No pienso abandonar", enfatizó) tras agradecer que se hubiese aceptado su incorporación a las filas del partido. "El honor es mío", recalcó.