XIXONA. Las obras para la reforma del castillo de Xixona han llegado a su finalización y los jijonencos ya pueden disfrutar de la nueva imagen de esta fortaleza, construida entre finales del siglo XII y principios del siglo XIII. La alcazaba y la Torre Grossa son los dos elementos en los que se ha actuado, con un coste de 528.000 euros que han sido financiados en parte por la Generalitat, a través de fondos FEDER.
En el acto de presentación, que ha tenido lugar durante la mañana del jueves 5 de noviembre, la alcaldesa de Xixona, Isabel López (PSOE), ha querido reseñar que el castillo "estaba en un momento crítico y era necesario actuar para no perder los últimos vestigios de la alcazaba". La primera edil considera que "hoy es un día muy especial porque se ha culminado algo que formaba parte de los sueños de cualquier jijonenco: poder descubrir cómo era el castillo cuando fue construido".
López confía en que la fortaleza "sea un importante recurso turístico que ayude a generar actividad económica en el municipio y que también nos sirva para conocernos mejor a nosotros mismos y a nuestra historia". Además, ha adelantado que esta reforma tendrá su continuación más adelante, puesto que "quedan dos murallas por recuperar, varias torres y un trabajo arqueológico que seguro que aún nos descubrirá más sorpresas de nuestra historia".
El arquitecto del proyecto, Santiago Varela, ha valorado positivamente el resultado final de las obras, ya que "se ha conseguido salvar partes del castillo que estaban en un estado de ruina muy avanzado y consolidar otras que también habían sufrido un importante deterioro a lo largo del tiempo". Quienes visiten de ahora en adelante el castillo observarán que es posible entrar dentro del mismo y acceder a través de escaleras a las partes más elevadas de la alcazaba y la Torre Grossa, "de forma que se podrán contemplar los alrededores con la misma visión que se tenía en aquella época". Varela ha añadido que se ha evitado "utilizar elementos figurativos de los que no hubiera constancia".
Gabriel Segura, arqueólogo del proyecto, ha resaltado que se ha hecho un trabajo "muy completo que ha servido, entre otras cosas, para confirmar la fecha de construcción del castillo, constatar que la Torre Grossa tenía una cuarta pared e, incluso, encontrar una pieza datada entre los años 1480 y 1520". Se trata de una escudilla, uno de los pocos elementos arqueológicos muebles que se salvaron del saqueo del castillo tras su abandono en el siglo XVI y que, además, se encuentra en perfecto estado. También se ha descubierto "un aljibe en la parte alta de la alcazaba que servía para dotar de agua a la fortaleza y que se podrá poner en valor en un próximo proyecto".
Antoni Such, director general de Administración Local, ha explicado que con estas actuaciones se pretende "recuperar nuestro patrimonio histórico y cultural, de manera que pueda ser disfrutado por la ciudadanía". Such se ha comprometido a "seguir poniendo en valor este castillo a través de futuras actuaciones".
Por su parte, el cronista oficial de Xixona, Bernardo Garrigós, ha situado el contexto histórico y cronológico del castillo, que tuvo una especial importancia "tras la firma del Tratado de Almizra entre las coronas de Castilla y Aragón en 1244, que convirtió a Xixona en puerta de entrada y salida al Reino de Valencia". También ha intervenido la publicista Leonor Lavado, responsable del estudio de diseño que ha realizado la imagen de marca que tendrá la fortaleza.
La presentación de esta rehabilitación se ha llevado a cabo en El Teatret ante un reducido número de personas -representantes de los grupos políticos y de diversas asociaciones del municipio-, para poder cumplir con las medidas de prevención frente a la covid-19. El Ayuntamiento tiene previsto organizar visitas guiadas para que tanto la población jijonenca como visitantes puedan conocer la fortaleza de primera mano.