TORREVIEJA. Torrevieja, pese a no ser la capital de la comarca, tiene un gran peso electoral para los grandes partidos. De hecho, su población es mayor que la de Orihuela, lo que la sitúa como la tercera ciudad de la provincia de Alicante, la quinta de la Comunitat. Desde el PP son conscientes de esta importancia, más aún cuando es la única gran ciudad del sur en la que tienen la Alcaldía -Orihuela la perdieron hace poco más de un año, con la moción de censura a Emilio Bascuñana por parte de PSOE y Ciudadanos. La localidad salinera, con mayoría absoluta para los populares, es uno de los grandes bastiones del PP. Atrás queda ya la legislatura en la que los populares fueron destronados por la alianza de Los Verdes, PSOE, Izquierda Unida y Aptec. Los populares recuperaron la Alcaldía en 2019 con una amplia mayoría absoluta para Eduardo Dolón, que consiguió 14 de los 25 concejales de la Corporación. Desde el PP aspiran a mantener esa mayoría, y lo cierto es que, a pesar de las últimas polémicas, sus rivales tampoco se lo están poniendo muy difícil. La gran incógnita de esta cita electoral es saber si esa mayoría del PP tiene corrección a la derecha, con un Vox más fuerte, o si por contra, hay contrapeso progresista (pese a los problemas que han azotado al PSPV-PSOE).
Quizás las mayores turbulencias a las que ha tenido que hacer frente el PP de Torrevieja han sido los escándalos judiciales que han salpicado la legislatura, a raíz de las denuncias de la oposición -principalmente de Los Verdes, pues los socialistas han hecho mucho menos ruido, pero de eso hablaremos después-. Una situación, la de los ediles imputados, que recuerda a tiempos pasados. El caso más sonado ha sido el de la exedil de Personal de Torrevieja, Carmen Gómez, que tuvo que dimitir a finales de diciembre del año pasado una vez se le abrió juicio oral en el marco de una investigación por prevaricación. El juzgado le abrió juicio oral en marzo, pero esto no trascendió hasta diciembre. Una vez hecho público, dejó su cargo. Tiene dos causas abiertas: una por ejecutar un plan de limpieza sin contrato en 2019 y otra por presunto fraccionamiento de contratos en el marco de contrataciones relacionadas con un taller de empleo. En total, le piden 23 años de inhabilitación. Es el único caso que ha llegado a juicio, pero las denuncias de Los Verdes han hecho que se abrieran varias causas durante esta legislatura.
La oposición del PSOE ha sido prácticamente inexistente, sobre todo en esta última etapa del mandato. El partido, una vez más, no se ha librado de sus líos internos. La falta de unión de las diferentes secciones del partido y el nulo entendimiento entre la dirección local con la dirección autonómica, acabó dinamitando la agrupación torrevejense a escasas semanas del inicio de la campaña electoral. ¿El motivo? La negativa del PSPV a que Andrés Navarro, hasta principios de marzo secretario general del PSOE de Torrevieja, encabezara la lista electoral, lo que provocó la dimisión de Navarro y obligó al partido a buscar, in extremis, una alternativa a liderar la lista en la ciudad. La encontró en Bárbara Soler, sin que haya hecho mucho ruido desde entonces y sobre todo sin conseguir unir a una militancia que ya arrastraba, desde hace años, fisuras que parecen irreconciliables en la localidad. No olvidemos que estas discrepancias internas de los socialistas han originado incluso escisiones con la creación de nuevos partidos que han dividido a la izquierda en Torrevieja. El PSOE sacó 5 concejales en las últimas elecciones municipales de 2019. Habrá que ver si la pronosticada desaparición de Ciudadanos a nivel local da ese concejal a la izquierda, o cimenta todavía más la ventaja de los populares, a la espera del resultado Vox, que ha optado por un médico, ex diputado del CS, Salvador Ruso, como candidato.
Los Verdes han realizado durante los cuatro años una oposición más crítica y visible. Con tres concejales, han fiscalizado duramente la labor de los populares, llegando a poner en los juzgados aquellos asuntos que consideraban que escapaban a un buen hacer de un gobierno municipal. El equipo de gobierno del PP ha ejercido la vara de mando con la tranquilidad y sensación de impunidad que da el hecho de tener mayoría absoluta y solo depender de sí mismo para sacar los proyectos adelante, pero con el ruido y las críticas de Los Verdes siempre presente.
Sueña Torrevieja y Vox, con un edil cada partido, no han estado muy presentes en el día a día mediático ni han realizado una oposición de forma ruidosa. Su candidato, Pablo Samper, aspira a continuar en la Corporación, manteniendo al menos los resultados de 2019.
En estos últimos cuatro años, marcados por la pandemia al principio del mandato y por la inflación al final, son varios los proyectos puestos en marcha y otros tantos los que están pendientes aún de ser una realidad. Los contratos más importantes firmados por el equipo de gobierno de Torrevieja han sido, por un lado, el de la gestión de Limpieza y RSU, adjudicado a Acciona 365 millones de euros para los próximos 15 años. También relevante ha sido la externalización de la gestión cultural del Auditorio y el teatro de la localidad, que se ha derivado a la UTE formada por Mediapro y Esatur, por casi 11 millones de euros.
Mientras, la ciudad sigue a la espera de la remodelación de la zona del puerto, que depende de la Generalitat, mientras se van dando paso en materia urbanística con proyectos como los rascacielos proyectados en primera línea de playa y que han generado las críticas de colectivos ecologistas que piden un urbanismo más comedido.
La gestión del Hospital de Torrevieja y la reversión también ha estado en el debate, pero quizás en un ámbito más comarcal o autonómico. Ha generado una gran tensión entre PP y PSPV, cada uno para defender su posición: los populares para defender el modelo de Ribera; los socialistas, su reversión.
En Torrevieja, prácticamente todo el mundo da por sentado que los resultados del 28M traerán consigo un nuevo mandado de los populares, y que los escándalos judiciales no le han pasado factura. Al menos no tanto como la división de la izquierda y sus líos internos que acaban pasando factura en el electorado. Solo faltan unos días para descubrir se habrá sorpresas para ver cómo se apoya esa mayoría del PP, si tiene corrección a la derecha, con Vox, o si por el contrario, hay contrapeso progresista, sin capacidad de modificar decisiones municipales.
