ALICANTE. La implantación de las medidas de control del tráfico y reducción de la contaminación contempladas en la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Alicante se producirá de forma gradual, con actuaciones que entrarán en vigor con un calendario progresivo "de restricciones vinculado a elementos contaminantes" que favorezca "su asimilación por parte de la ciudadanía", y que se aplicarán, en primer término, en el anillo configurado en torno al Centro Tradicional. Es decir, en las 56 hectáreas comprendidas entre la avenida de Alfonso el Sabio, Doctor Gadea, Federico Soto, el frente marítimo y el Casco Antiguo.
En principio, esas medidas deben comenzar a entrar en funcionamiento entre finales de este año y principios de 2024, cuando se prevé que también pueda activarse en las 750 hectáreas de superficie del anillo de control exterior diseñado en torno al eje de la Gran Vía, según pudo constatar Alicante Plaza a partir de la delimitación recogida en la memoria del proyecto elaborada por el Ayuntamiento, con la participación de los departamentos municipales de Alcaldía, Tráfico, Medio Ambiente y Coordinación de Proyectos.
En cualquier caso, las actuaciones previstas son hasta cierto punto similares en la medida en que en los dos anillos se incluye el control de accesos mediante la instalación de cámaras y sistemas de lectura de matrículas, así como de sensores ambientales para medir la intensidad de la circulación, el ruido y la calidad del aire, como ya ha informado este diario. Y de igual modo, en ambos casos se prevé la aplicación de limitaciones de acceso para vehículos contaminantes, propulsados por combustibles fósiles, en el caso de que ese sistema de vigilancia ambiental refleje una hipotética superación de los niveles de contaminación atmosférica establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como viene reiterando el equipo de gobierno, compuesto por Partido Popular (PP) y Ciudadanos (Cs).
El incumplimiento de esas posibles limitaciones de acceso quedará penalizado a partir de un régimen sancionador específico, que debe quedar incorporado en la ordenanza reguladora de la ZBE que se está comenzando a concretar ahora, después de que el Consejo de Ministros aprobase el Real Decreto que fija el marco estatal para el funcionamiento de las ZBE, el pasado diciembre, y después de que se haya firmado el contrato de desarrollo del control de accesos en el perímetro de los dos anillos tras su adjudicación a Tecnologías Viales Aplicadas (TEVA) por 4,4 millones.
Por partes. Lo cierto es que parte de las medidas de transformación física de la ciudad a introducir en el anillo interior, que afecta al Centro Tradicional, ya están desarrollándose o a punto de comenzar a ejecutarse. De ahí que ese anillo sea el que comience a operar en primer lugar desde el momento en el que dichas obras queden concluidas, con las medidas más restrictivas en términos de movilidad entre las previstas en el conjunto del proyecto. Se trata de trabajos de reurbanización de algunas de las principales calles y avenidas que configuran ese perímetro con las que se trata de ampliar los recorridos peatonales en detrimento del uso del coche, así como ampliar las aceras para ralentizar el tráfico (y, por tanto, el consumo de combustible y las emisiones de dióxido de carbono y otros gases contaminantes).
Entre ellas, figuran la remodelación de la Plaza Nueva y calles adyacentes, en las que se ha ampliado la superficie peatonal (ya finalizada); la peatonalización del eje formado por la avenida de la Constitución y la calle Bailén (ahora en obras), la remodelación de la avenida de Ramón y Cajal (también iniciada); la tercera fase de la reurbanización de La Explanada que conlleva la eliminación del fondo de saco de la Rambla (también en marcha); la reforma y calmado del tráfico en el Paseo de los Mártires de la Libertad (que se prevé abordar desde principios de febrero), o la reurbanización del eje comprendido entre el parque de Canalejas y las escalinatas del IES Jorge Juan (del que ya se ha anunciado trabajos previos en el tramo que afecta a la parte alta de la avenida General Marvá).
En realidad, la memoria del proyecto de ZBE detalla que en los dos anillos "se producen intervenciones de peatonalización de viales y actuaciones de calmado del tráfico, que son ejes vertebradores de toda la zona de bajas emisiones, que facilitan la transferencia modal del coche al peatón, objetivo fundamental de la mayoría de las actuaciones". Y añade que "el sistema de sensorización ambiental y los paneles de información variable permitirán limitar, de manera temporal, los accesos a las ZBE de Alicante, si los indicadores de partículas o NOx superan los límites establecidos".
De igual modo, la memoria concreta que también se pondrán en marcha otras intervenciones "en el transporte público" como la creación del carril reservado para el autobús en la avenida de Aguilera y la introducción de vehículos eléctricos en la nueva contrata (hasta 42 unidades a lo largo de la prestación) que reducirán "el ruido y nivel de emisiones en el Centro de la ciudad donde se concentran la mayoría de las líneas urbanas, especialmente en el entorno de la calle Bilbao", que quedará peatonalizada dentro del anillo interior de la ZBE.
Al margen de esos proyectos de reurbanización, la ZBE prevé la instalación de un sistema de control de accesos de vehículos "cuyo objeto principal es la reducción del paso generalizado de estos, en un ámbito que incluye el Centro Tradicional, el Casco Histórico, la zona del Ayuntamiento y la Rambla Méndez Núñez", según se concreta en la memoria. En todo caso, la misma memoria concreta que, al margen de los vehículos de residentes (como ya sucede en el Casco Histórico), "se autorizará el acceso a los aparcamientos situados dentro de esta zona centro".
La memoria del proyecto prevé que en el inicio de 2024 pueda ponerse en marcha el sistema de control de accesos en el anillo exterior, que engloba al del Centro Tradicional, con la instalación de la red de sensores contempladas a lo largo del trazado de la avenida de la Gran Vía y el límite marítimo, "donde se concentran más de la mitad de los desplazamientos de la ciudad". Según el proyecto, para su implantación "se cuenta con un sistema de comunicaciones y cámaras en toda la superficie interior, pertenecientes al proyecto 'Alicante se mueve' desarrollado dentro de la iniciativa red.es. "Estas cámaras se complementarán con las que sean necesarias en los principales accesos del anillo exterior", concreta la memoria.
Además, recalca que "para comprobar la eficacia de las medidas propuestas y la eficiencia de las actuaciones definidas, Alicante extenderá su red de puntos de monitorización medioambiental, tanto de ruido cómo de emisiones de partículas y compuestos de nitrógeno". Y añade que "toda esta información se volcará en el sistema de seguimiento que dispone el Ayuntamiento y podrá conectarse con otras iniciativas de publicación, incluyendo los paneles de información variable que se dispondrán en lugares estratégicos de las entradas a los accesos a la zona de bajas emisiones".
De igual modo, se prevé que el acceso de vehículos se gestione mediante el establecimiento de "listas blancas (para todos los residentes registrados y personas autorizadas) y listas negras (que se definirán durante la implantación de la actuación, siendo más restrictiva para los vehículos sin distintivo ambiental de la DGT). Como en el caso del anillo interior, "se facilitará el acceso a los vehículos que quieran acceder a los aparcamientos públicos existentes en el interior de la ZBE". Y, según se especifica también en la memoria, para el sistema de propuestas de sanción "se filtrará la información que automáticamente genere el sistema de lectura con cámaras OCR con identificación de matrículas que cotejará con las listas blancas y los permisos provisionales con la base de datos de la DGT".
Además, el proyecto de ZBE trazado por el Ayuntamiento prevé una regulación específica para la Distribución Urbana de Mercancías (DUM), por la que se efectuará "el control del estacionamiento en las plazas de carga y descarga" y se ordenará la concesión de permisos provisionales que se tramitarán "por anticipado con petición telemática", mientras que "para desplazamientos recurrentes de DUM se seguirá un protocolo especial de permanencia y localización".
Así, se determina que "en los edificios de la administración pública ubicados en la ZBE (50 edificios previstos), se habilitará un minihub de 20 metros cuadrados como centro de consolidación", en los que se podrá estacionar para llevar a cabo labores de reparto. "En total la superficie de los centros de consolidación será de 1.000 metros cuadrados", detalla la memoria, que añade que "esta actuación satisface las propuestas de regulación de carga y descarga del Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Alicante, concretamente las propuestas descritas en el 'Programa 6.1. Racionalización de la distribución y uso de plazas de carga y descarga".