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El poema 'Ajedrez de amor' en el Ajedrez Viviente de Xàbia: recordando a Ricardo Calvo

31/07/2022 - 

XÀBIA. El médico, ajedrecista e historiador de ajedrez alcoyano Ricardo Calvo impulsó a principios de los ochenta del pasado siglo la recuperación de esta obra del siglo XV poema Escacs d’amor (Ajedrez de amor) —bien olvidada hasta entonces por instituciones e historiadores— escrita por Francesc de Castellví, Narcís Vinyoles y Mossen Fenollar en Valencia alrededor de 1475. Con este fin, organizó en 1986 un ajedrez viviente en la emblemática plaza de España de su ciudad natal en la que se representó la partida —que fue invención de sus autores— que se intercala entre las 64 estrofas del poema —el número de casillas del tablero— y que contó con la presencia de un joven Kasparov, recién proclamado campeón del mundo, para apoyar la iniciativa. Tuve la oportunidad de asistir al acto y puedo afirmar que fue sensacional; aunque también he de señalar que este ajedrez viviente no fue el primero que he visto en mi vida, sino que fue otro que se celebró una década antes en el Patio de Armas del Castillo de Santa Bárbara, un marco extraordinario con vistas espectaculares a Alicante y la bahía.

Mis recuerdos de Ricardo Calvo 

En mis tiempos de estudiante tuve el privilegio de conocer a Ricardo Calvo, un día que bajó de Alcoy a dar una sesión de partidas simultáneas en los salones del Club de Ajedrez Alicante, sito en la antigua Caja de Ahorros Provincial de Alicante junto a la plaza de Pio XII. Así pues, me unía a él —falleció en 2002— la condición de paisano (el arriba firmante de la capital), colegas de profesión y de afición (aunque él ostentaba el título de Maestro Internacional y era Campeón de España de Ajedrez por Equipos con el Club Ajedrez Alcoy y un servidor se encontraba —y sigue en la actualidad— a años luz de su nivel, pues nunca he pasado de ser un simple aficionado de categoría preferente. A finales de los noventa volvimos a coincidir en las reuniones y asambleas de Federación Española de Ajedrez, él como presidente de la Comisión de Historia y yo en la de Antidopaje.

Debo decir que Calvo luchó todo lo indecible para difundir este clásico de la literatura en valenciano que constituye la primera referencia histórica del ajedrez moderno donde se contempla el sustancial cambio que supuso la incorporación de la Reina o Dama. Se trata de una singular obra en la que se combina el enunciado de las jugadas de una partida y el verso. El Poema está repleto de gracia y de dobles intenciones y las estrofas alegorizan los lances amatorios que constituyen su trama argumental enmarcada en la mitología clásica: el dios Marte, que juega con las piezas rojas (las blancas), intenta ganar los favores de la diosa Venus, que lleva la verdes (las negras), teniendo a Mercurio como árbitro.

De todo la andadura de su encomiable empeño, otro hito fue cuando en 1999 publicó un libro en el que recogía el Poema, acompañado de un riguroso análisis histórico y literario del mismo y con un prólogo del también historiador de ajedrez José Antonio Garzón que sigue en la actualidad su estela para la difusión del mismo.

Nuestra primera representación

En 2004, Juan Anguix —sí, el mismo, el ex presidente del Elche C.F. que desde hace unos años está en candelero por un tema bien diferente—, que presidía entonces la Federación Valenciana de Ajedrez y dirigía la decana revista de ajedrez Jaque —ya desaparecida, como tantas otras—, me sugirió en calidad de alma mater y director del Ajedrez Viviente de Xàbia que se representara el Poema en la edición de ese año. Me entusiasmó la idea y enseguida nos pusimos manos a la obra.

Primero realizamos la adaptación de valenciano antiguo a moderno, tarea que llevaron a cabo Pepa Guardiola —profesora de secundaria y una de nuestras grandes escritoras en valenciano que cuatro años después ganó el Premio Enric Valor de novela—, mi paisano Paco Reus —profesor de la UNED, escritor y especialista en Gabriel Miró y tauromaquia— y los también profesores Dionís Henarejos, José Erades y Vicent Ferrer, todos ellos residentes en Xàbia. Por mi parte, me encargué de crear la adaptación teatral —recordemos que se trata de un texto sin indicaciones dramatúrgicas—, siempre acorde con el espíritu de sus autores. En Alcoy, que yo recuerde, se representó la partida con mínimas actuaciones, tales como saludos protocolarios cuando se capturaba una pieza. El resultado de todo nuestro arduo trabajo obtuvo su fruto: la función fue un completo éxito del que nos sentimos muy orgullosos.

La nueva versión de 2022

Este año, con ocasión de nuestro 25º aniversario, decidimos recuperar esta obra, pero realizando una versión distinta a la “ortodoxa” de 2004. Raquel Violero —actriz y directora teatral—, Joan Bou y Laura Bou decidieron ampliar el concepto medieval de amor escribiendo un nuevo libreto con una visión contemporánea en la que se contemplaban otras formas de amor y no únicamente el medieval que muestra el Poema.

Escribieron nuevas escenas en forma de microhistorias que se incorporaron a las de la primera versión de 2004; y, además, incluyeron la figura de dos narradores —una acertada iniciativa— para que fueran explicando en castellano la obra —el texto es de difícil comprensión, a pesar de la adaptación lingüística, por sus abstractas referencias alegóricas y mitológicas, incluso para un valenciano parlante—.

Y llegó el día del estreno, que tuvo lugar la noche de este sábado, 30 de julio, en el Puerto de Xàbia, tras dos años de silencio por la pandemia. Fue una noche mágica en la que teatro, danza y música se fundieron como en un crisol y emocionaron al millar de espectadores que asistieron a la representación. Un lugar destacado ocupó la extraordinaria actuación de la Orquesta Sinfónica de Xàbia dirigida por Joan Bou —que nunca mejor dicho fue un hombre orquesta pues intervino en la escritura del libreto y enarboló la batuta— que ejecutó una serie de piezas medievales acompañando el desarrollo escénico del Poema.

El colofón de la velada —finalizada la función— fue la interpretación de Xàbia, el pasodoble compuesto por el maestro xabiero Salvador Salvà (el lector que no lo conozca le aconsejo encarecidamente que lo busque en internet). Esta obra, que todos los entendidos coinciden en su gran calidad musical, se ha abierto paso en conciertos y eventos populares entre otras composiciones, también alicantinas, que han traspasado nuestras fronteras como Les Fogueres de San Chuan Chuan en la partitura original—, La manta al coll y el contestano Paquito el chocolatero.

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