ALICANTE. ¿Cuáles son las perspectivas en 2023 en cuanto a la innovación del ecosistema startup y la innovación? ¿Cómo ven los fondos de inversión las posibilidades de cara a este año recién estrenado? Hay sectores a los que prestar especial atención, saber cómo valorar las empresas en fase presemilla o semilla para invertir. Alicante Plaza habla con First Drop y Samaipata para dar luz a estas cuestiones.
Así, First Drop, fundado por Manu Nieto y Alejandro Valero, es el primer fondo del ecosistema que funciona como un híbrido entre un Venture Capital tradicional y una aceleradora de startups, además de estar focalizado en empresas de impacto -aquellas cuyas soluciones están recogidas por los ODS-. Su metodología se desarrolla en tres fases, que abarcan desde la implantación de objetivos, delimitación de las soluciones vinculadas a los ODS hasta el acompañamiento en el desarrollo de sus acciones y operativas tras la financiación.
Mientras, Samaipata es un fondo de Venture Capital paneuropeo que invierte en plataformas digitales en fase presemilla y semilla. Fue fundada en 2016 por José del Barrio y Eduardo Díez- Hochleitner y la firma tiene presencia en Madrid, París y Londres. Hasta el momento Samaipata ha respaldado a 30 compañías europeas a través de dos fondos de inversión que suman más de 150 millones de activos bajo gestión.
Manu Nieto, cofundador de First Drop:
El ecosistema español lleva muchos años siendo la cuna del emprendimiento en el sur de Europa, gracias a su excelente demografía y por supuesto a sus bajos costes de emprendimiento en algunos de los polos de innovación, como es el caso de la Comunitat Valenciana, donde los emprendedores están encontrando un ecosistema cada vez más desarrollado, con players que están al nivel de los principales agentes internacionales. Sin embargo, el principal problema que sigue afrontando España y la Comunitat Valenciana especialmente es el de los fondos disponibles para invertir. Los inversores internacionales cada vez se fijan más en España pero aspectos como la tributación son una redflag clarísima que frena el crecimiento del ecosistema. Además, tan solo desde hace algo más de seis años se está empezando a comercializar los fondos de venture capital como un producto de inversión alternativa al igual que otros muchos como los hedge fund entre otros, esto radica en un cambio de mentalidad de los inversores que aprenden a balancear mucho mejor sus inversiones.
José del Barrio, fundador de Samaipata:
España es uno de los mercados más de moda en Europa. El ecosistema ha alcanzado un punto de inflexión en cuanto a madurez en los últimos años. El país derrocha talento, llevamos décadas exportando emprendedores y profesionales de primer nivel a Estados Unidos y ahora las nuevas hornadas de fundadores tienen acceso a recursos y oportunidades sin salir de España impensables hace una década. Tenemos cosechas de startups muy potentes en los últimos años de los que saldrán muchos unicornios y lo que es más importante, creación de valor, empleo, conocimiento y experiencia para el sector tecnológico español.
España es un mercado crítico para Samaipata por muchos motivos. Somos muy optimistas en torno al potencial del sector tecnológico en España. Creemos que analizar España aisladamente sin mirar a Europa no tiene sentido, pero España reúne ingredientes muy atractivos para capturar una cuota particularmente alta del desarrollo del sector tecnológico europeo en los próximos años.
Pero siempre se puede mejorar. Creemos que en España aún no hemos desterrado por completo un cierto conservadurismo o falta de ambición a la hora de plantear proyectos, fruto de décadas arrastrando un ecosistema poco desarrollado. Hoy en día, un emprendedor español tiene un acceso a capital, talento y conocimiento comparable a nuestros vecinos europeos con el que plantear un proyecto con ambición global.
Si bien esta evolución del ecosistema es bastante transversal en Europa, en España ha ocurrido de forma más descentralizada. Existen muchos polos potentes de innovación e inversión en nuestro país a diferencia de lo que ocurre por ejemplo en Francia, Reino Unido e Italia con París, Londres y Milán respectivamente. En concreto, la Comunitat Valenciana ha emergido en la última década como un ecosistema fundamental combinando referentes empresariales de éxito, tanto tecnológicos como tradicionales, apuestas decididas por la formación y la inversión como Marina de Empresas y una calidad de vida muy atractiva para el emprendedor nacional y extranjero.
Manu Nieto, cofundador de First Drop:
Si nos basamos en un aspecto puramente económico, los indicadores no son del todo positivos, sin embargo, la bajada de oferta de productos alternativos de inversión puede suscitar mucho interés en los inversores. Aun así sigue faltando inversión en la base de la pirámide, donde nacen los proyectos. Si nos fijamos en los datos la inversión en España y los récords que se llevan batiendo años están monopolizadas por mega rondas de empresas en Serie A y Serie B, sin embargo, en inversión preseed y seed seguimos a la cola, esto hace que la ambición de los mejores emprendedores se vea coartada en el momento que el mercado se seca.
José del Barrio, fundador de Samaipata:
2022 ha sido un año de profunda transición para la inversión en tecnología. En retrospectiva, sabemos que 2021 representó el culmen de una década alcista en la financiación de negocios tecnológicos a nivel global, en todas las etapas. Esta etapa ha sido fruto de factores fundamentales como nuevas tecnologías, tendencias de digitalización y la pandemia del coronavirus y también factores financieros como el entorno de tipos y liquidez y apetito por activos alternativos.
A nivel financiero, en los últimos 18 meses, la evolución del panorama macroeconómico ha detenido bruscamente los vientos de cola financieros del sector. El incremento del coste del capital ha cambiado las normas del juego de financiación de negocios tecnológicos. Este incremento es doble en la medida que se ancla en unos tipos de interés que continúan al alza y una prima de riesgo muy conservadora en todas las clases de activos, teniendo en cuenta la incertidumbre que continúa reinando. En 2023 esperamos que algunas de estas incertidumbres se despejen y podamos observar una foto más clara de lo que nos espera en adelante.
Ya sabemos que los niveles de inversión en startups en 2022 en España estarán ligeramente por debajo de los de 2021, que fue un año récord. La estadística es importante, pero nos parece algo engañosa en varios sentidos. Debido al desfase entre cierre y anuncio de rondas, la primera mitad del año no es demasiado representativa del sentimiento inversor en 2022, que en general ha sido cauto, especialmente en etapas maduras.
A nivel fundamental, más allá de las turbulencias a nivel financiero y sus repercusiones, 2022 ha sido un buen año para el sector tecnológico. La digitalización de personas y negocios continúa su avance imparable, abriendo nuevas oportunidades. Los grandes avances tecnológicos continúan sucediéndose y la última década ha consolidado el venture capital como catapulta al mercado de las aplicaciones comerciales de la tecnología.
Si bien el entorno financiero es muy relevante en nuestro día a día, en última instancia los retornos de los fondos venture capital dependen fundamentalmente de las oportunidades a nivel tecnológico y de negocio. En este sentido, continuamos siendo muy optimistas mirando a los próximos años en Europa.
Manu Nieto, cofundador de First Drop:
Bueno desde luego, no sé si es un sector, una filosofía o una manera de hacer las cosas, pero sin duda los próximos años vamos a ver una explosión de todas las startups relacionadas con solucionar los problemas englobados dentro de los objetivos de desarrollo sostenibles. Las llamadas startups de impacto. Cada vez vemos que la gente se mueve, come y consume de una manera más consciente y esto se puede ver en sectores como Cleantech, movilidad o textil.
Si entramos en modelos de negocio, seguirán siendo los reyes aquellos modelos basados en ventas B2B y SaaS, por lo menos durante 2023. Por otro lado, hay muchos inversores que en épocas tan convulsas como estas deciden invertir en startups con algo más de seguridad, pero menos escalables.
Por último, no hay que perder de vista todo lo que tenga que ver con el metaverso y la web que parecen ser los nichos más fuertes.
José del Barrio, fundador de Samaipata:
Si miramos nuestras inversiones recientes encontramos varias tendencias tecnológicas y sectoriales interesantes por las que estamos apostando. En cuanto a tecnologías, hemos invertido en compañías que se apalancan en la inteligencia artificial para hacer procesos más escalables en sectores tradicionales como la odontología en el caso de Allisone. Anticipamos que la inteligencia artificial va a ser un tema clave en 2023. Las últimas versiones de los grandes modelos de inteligencia artificial suponen un salto de gigante que abre un nuevo universo de oportunidades para otras startups. Asimismo, hemos invertido en Komon y Veremark que utilizan blockchain en sus propuestas de valor de forma muy innovadora.
En cuanto a sectores, hemos hecho varias inversiones en proyectos de proptech, donde creemos que aún hay un potencial enorme de reinventar el status quo a través de la digitalización, por ejemplo, Vivla o PropHero. La sostenibilidad es otra tendencia que capitalizan proyectos como Retraced y otros que anunciaremos pronto.
Manu Nieto, cofundador de First Drop:
Ventajas hay muchas puesto que estás entrando en una empresa que está todo por hacer, si eres un inversor implicado puedes llegar a involucrarte dentro de la empresa y conocer de primera mano cómo puede funcionar tu inversión.
Respecto a la parte económica, los tramos de rentabilidad más grandes que se han conseguido ha sido generalmente en aquellos inversores que han invertido en estas fases puesto que al inicio la valoración generalmente es baja y luego se dispara tras haber conseguido los objetivos prometidos.
Por contra, la principal desventaja de invertir en estas fases es la tasa de mortandad que tienen estas startups y por ello es tan peligroso meterte a invertir en startups sin tener una estrategia clara y una buena diversificación/variedad de modelos de negocio y sectores.
José del Barrio, fundador de Samaipata:
En Samaipata estamos comprometidos con la inversión en fases tempranas por una mezcla de factores racionales y emocionales. Es la etapa con el binomio rentabilidad-riesgo más binario y por tanto la que ofrece más potencial de rentabilidad a nuestros inversores. En otras palabras, es dónde más valor se crea en relación a los recursos. Las fases tempranas están en la vanguardia de la innovación tecnológica y de negocio, lo que nos expone a fundadores y tendencias excepcionales. Así mismo es la fase en la que como inversores más podemos ayudar a las compañías a despegar. Y por último nos apasionan los proyectos en fases tempranas y los retos a los que se enfrentan y creemos que esto también se traduce en retorno.
Lógicamente, son etapas más arriesgadas, menos profesionalizadas y con un volumen ingente de oportunidades. Las barreras de entrada al emprendimiento y a la inversión en fases tempranas son bajas, por lo que existe bastante ruido que hay que filtrar con profesionalidad, tecnología y criterio. Pero este es un reto muy atractivo en nuestra opinión.
Manu Nieto, cofundador de First Drop:
Los principales consejos están relacionados con la gente que se rodean. Tanto a la hora de elegir los fundadores de la empresa como a la hora de decidir quién metes en tu compañía como inversor.
Vemos muchos amigos que deciden emprender juntos, pero tienen perfiles similares y que no son complementarios y eso es un error y muchos que aceptan capital de la primera persona que lo ofrece porque la valoración es más alta pero sin saber muy bien que le va a aportar a la compañía y eso a la larga es un problema.
El consejo principal es que vivan de sus clientes y no de los inversores. Las rondas de inversión deben servir si se quiere crecer, conseguir cuota de mercado de forma rápida pero no se puede estar quemando dinero sin saber si el producto satisface una necesidad, sin tener claras las palancas de crecimiento y sin validar un mercado.
Hay que intentar pivotar lo más rápido y barato posible hasta encontrar esas formas de crecer sin sobredimensionar el equipo y en ese momento es donde ya se puede crecer de forma más agresiva con capital externo o de forma orgánica con los propios beneficios, pero sin perder el norte pero no acabar haciéndose trampas al solitario.
José del Barrio, fundador de Samaipata:
Desde el punto de vista de la financiación, la respuesta depende mucho de la etapa y el modelo de la compañía, puesto que el mercado ha evolucionado de forma diferente a través de las diversas etapas y verticales. Asimismo, la flexibilidad de ajustar la narrativa y el caso de inversión al entorno es mayor en etapas tempranas.
La prioridad del emprendedor debe ser crear un negocio de calidad. Si se recurre a la financiación externa, el uso eficiente del capital es un tema transversal en la medida que todo apunta a que la disponibilidad del capital ha cambiado significativamente. Más que nunca, es necesario argumentar bien qué nuevos hitos va a desbloquear ese capital y plantear un camino eficiente a la escala necesaria para alcanzar la rentabilidad. Y tener un plan B orgánico, sin financiación, ayuda a no perder de vista el camino a la rentabilidad y a afrontar las rondas con más confianza y opcionalidad.
De cara a levantar una ronda, antes de dirigirse al mercado conviene empaparse bien de la situación de financiación, hablar informalmente con inversores y otros fundadores, y hacer una autoevaluación diferenciando entre lo que está, en mayor o menor medida, bajo el control de la startup (pitch, timings, go-to-market, plan de negocio, etc.) y lo que escapa a su control o no tiene sentido cambiar (sector y modelo de negocio, runway, etapa, última valoración y cap table, entorno de mercado). En base a esto, decidir si tiene sentido o no acudir al mercado. En caso de seguir adelante, es importante recalibrar desde cero el pitch y los términos de la ronda, especialmente startups que hayan levantado rondas en el pasado.