Pere Mayor: "En la dirección actual del Bloc hay demasiada soberbia intelectual"
Pere Mayor: "En la dirección actual del Bloc hay demasiada soberbia intelectual"
VALÈNCIA. Compromís atraviesa un periodo complejo de cara a su futuro. Los resultados de las elecciones generales no han sido especialmente buenos y, además, la aritmética no le permite ser una fuerza decisiva en el Congreso de los Diputados, algo que lastra su capacidad de presionar para conseguir las exigencias que marca la agenda valenciana.
Además, el inicio de la legislatura autonómica ha evidenciado las diferencias con el principal socio en el Consell, el PSPV-PSOE de Ximo Puig. Una falta de sintonía que, de no reconducirse, augura un mandato muy complicado para el Botànic II.
Valencia Plaza se reúne para hablar sobre estas y otras cuestiones con el que fuera líder de Unitat del Poble Valencià (UPV) y presidente del Bloc, Pere Mayor (Ontinyent, 1959).
-Es obligado preguntar: ¿Cómo ha visto las elecciones generales?
-Tengo la ventaja de que lo veo con la distancia del que ya no es protagonista, pero procuro analizar las cosas intentando ser objetivo para poder decir: "Bueno, esto es lo que hay y no lo que a mí me gustaría". En cuanto a las elecciones, volver a convocar para que la cosa se quede como estaba es para decir: "Este Pedro Sánchez es un crack", y cualquiera se pregunta: ¿Qué pasó para que tomara esa decisión? Pues imagino que seguramente cuando lo decidieron los números que tendría el PSOE no fueron los que finalmente salieron.
-¿Y el papel de Compromís con su alianza de Más País?
-Por lo que respecta a Compromís, el planteamiento de la operación yo sí que lo veía aunque alguna gente considera que no ha salido bien. Sí que creo que el problema es que el señor Errejón planteó mal su estrategia, porque cuando aparece está en un escenario del 6,5% a nivel de español y a partir de ahí solo hace que bajar. Seguramente se precipita, aparece demasiado rápido y habla más de lo que tenía que hablar cuando no lo necesitaba porque tenía una imagen construida y su posición política ya había recogido ese millón y pico de posibles votos. Por otro lado, también hay que pensar que quizá si Compromís no hubiera pactado y Errejón se hubiera presentado en la Comunitat, tal vez habría restado votos y Baldoví no sería hoy diputado. Ese es otro análisis que puede hacerse. Así que la operación pienso que era buena o, como mínimo, mala no ha sido, aunque no haya dado el resultado que se esperaba.
-¿Cuál cree que es el problema de Compromís en este tipo de cita electoral? Porque pese a tener un discurso diferenciado, no termina de sacarle rédito...
-El problema de Compromís es que o no quiere, o no sabe o no puede transmitir a la gran mayoría de sus votantes que la representación en Les Corts Valencianes y en los ayuntamientos es importante pero tanto o más lo es el resultado que se obtenga en Madrid. De hecho, para mí es más importante tener un grupo parlamentario en Madrid que tener en las Cortes Valencianas 19 o 22 diputados. Así que creo que esa es una parte del fracaso pero, ojo, tampoco el Gobierno valenciano en general, sabe transmitir a la sociedad valenciana que el problema de la financiación es básico. No se termina de hacer llegar que las listas de espera, cumplir con la construcción de los colegios o prestar los servicios sociales difícilmente se puede acometer con éxito si no se pone sobre la mesa la reforma del sistema de financiación. Así vas destinado al fracaso en el cumplimiento de tu programa electoral. Ahí el Botànic va a tener un problema y es que más bien pronto que tarde el PSOE gobernará en Madrid, ya veremos cómo, posiblemente con legislatura corta. Y la pregunta que yo me hago es: ¿Compromís y Podemos configuran un acuerdo con el PSOE en la Comunitat in aeternum en esta legislatura dando igual lo que pase con la financiación?
-No tiene mucha confianza en que Pedro Sánchez vaya a abordar la reforma del sistema...
-Desgraciadamente, tengo muy poca y no porque sea una persona desconfiada, sino porque el peso político, social, económico, empresarial y sindical de la sociedad valenciana delante del Estado es de muy baja intensidad, por no decir nulo. La responsabilidad de lo que está pasando la encabezan las fuerzas políticas, pero sin ninguna duda es de toda la sociedad valenciana. ¿Por qué? Porque es una sociedad muy débil, muy floja, y eso lo saben en Madrid porque llevamos así décadas y décadas. Contribuimos solidariamente al Estado y el Estado te devuelve para tus servicios pero resulta que la renta de los que tu ayudas es superior a la tuya.
-Lo cierto es que la aritmética nunca le ha venido de cara a Compromís, pero tampoco han servido los diputados valencianos en el Congreso de otras formaciones políticas para lograr una reforma del sistema. Para colmo, las reivindicaciones valencianas resultan más caras al Gobierno que las de otras autonomías. ¿Cree que alguno de los tres partidos -Bloc, Iniciativa y Verds-Equo- no tienen clara la importancia de ser fuertes en Madrid?
-Como mínimo se transmite una imagen de que eso no es un tema importante, porque en cada cita electoral de 400.000 votantes que tienes en autonómicas hay dos de tres que luego no te apoyan en las generales. No creo que sea cosa de uno de los partidos en concreto, sino que pienso que es una transmisión general de Compromís. Ahora bien, sí creo que el Bloc, que es mayoritario, tiene un punto de vista diferente al resto pero entiendo que también se lo tendrá que hacer mirar. Y un buen momento será este mes de mayo cuando celebre su congreso: tendrá que analizar qué papel estamos interpretando y cómo solucionar este asunto, que lo estamos planteando desde finales de los 80 y principios de los 90. Y en general, pienso que Compromís se tendría que plantear qué hacemos toda una legislatura gobernando con el PSOE si no es capaz de solucionar la financiación. No sé con qué cara iríamos a las siguientes elecciones sin resolver esta cuestión.
-¿Y qué decisión habría que tomar?
-Los militantes deberían opinar. Tanto los cargos públicos que cobran un salario como los que no, que son la mayoría porque es evidente que hay una posición política que, a medida que pasa el tiempo, se va complicando. Si no se arregla el tema de la financiación tenemos que plantearnos cuál es nuestro papel político: ¿hacer de palmeros del PSOE toda la vida? ¿hacerlo solo en esta legislatura? Y todo esto lo digo bajo la premisa de que no deben tomarse decisiones en base a que si te vas del gobierno se van a quedar 50 personas sin trabajo.
-Pues para la mayoría de partidos políticos es un factor a tener en cuenta en las decisiones...
-Lo que digo es que me da la sensación de que si Compromís no toma decisiones contundentes y radicales va a quedar sumergida como una fuerza comparsa del PSOE. Y eso tendría una explicación si a cambio hay unas ganancias políticas que las puedas explicar a la sociedad. Mire usted, yo estaba aquí jugando de número dos, pero esto tiene una compensación social importantísima porque resulta que hemos arreglado la financiación y nos va a llegar el dinero para que tengamos, como mínimo, la renta media que el resto de España. Por eso me da la sensación de que si eso no pasa, pues claro, mucha gente que está votando y apoyando a Compromís, se preguntará para qué si no consigues que se solucione un problema histórico que nosotros ya denunciábamos en el año 88.
-Ha dicho antes que la sociedad valenciana es muy débil.
-Sí, sin ir más lejos, lo vimos en el intento de macromanifestación que se hizo por la financiación hace un par de años. Quedó una manifestación muy suave y muy flojita. No fue ningún éxito, como algunos quisieron vender. Hay una actitud muy timorata por parte de las fuerzas políticas, pero también por parte de la débil sociedad civil valenciana. Y ahí incluiríamos a la patronal, sindicatos, fuerzas políticas y entidades en general. Eso al final, se paga. Políticamente, ¿qué tendría que hacer Compromís? Bueno, yo creo que Compromís o se lo explica a la gente y sobre todo a sus votantes y posibles votantes y la gente ve que ese voto tiene una utilidad o si no, irá perdiendo respaldo electoral.
-Habla de Compromís como sujeto político pero, en realidad, sigue siendo una mera coalición electoral que en los últimos cuatro años no ha acometido ninguna evolución e incluso podría decirse que ha retrocedido en ese sentido.
-La sensación que tengo desde fuera es que ha habido una voluntad clarísima de otras fuerzas políticas que no son el Bloc de que Compromís no dejara pasar nunca de ser una pura y estricta coalición electoral. Y eso ha comportado un tema que para mí ha sido bastante feo, que es como se ha tratado a Gent de Compromís, porque para llegar a este final era mejor haber empezado desde el principio diciendo que no había que formar ese colectivo puesto que ya existían tres fuerzas políticas. Es decir, que si querías colaborar, podías colaborar como independiente a la coalición o formando parte de uno de esos partidos. Ha habido una voluntad política desde el principio de que esto no avanzara y es evidente que la fuerza política que más fuerte ha jugado para que Compromís pasara a ser algo más que una coalición, como por ejemplo una federación de partidos y tuviera un carácter más permanente, ha sido el Bloc; pero no ha ganado la batalla ni de lejos. Ahí se ha impuesto la posición de Iniciativa de que se quede como una mera coalición electoral.
-¿Usted es de los que piensan que se debería haber avanzado en Compromís hacia un partido único?
-Yo creo que había que avanzar, pero evidentemente no llegar a un planteamiento en el que una gente se pudiera sentir machacada por otros. Pero tampoco veo bien dejar al instrumento político como una pura coalición electoral.
-Lo que no da demasiado buena imagen es que al final crees una estructura ficticia con un supuesto Consell General de Compromís que no se reúne ni una vez en tres años. En fin, para una coalición que aboga por la participación y la transparencia, que se ha atrevido a hacer las primarias más abiertas y arriesgadas de España, es un borrón.
-Cierto que las primarias son muy arriesgadas y muy cainitas también. La verdad es que no me gusta mucho el resultado de las primarias y no creo que sea la mejor fórmula. Pero por resumir, si Compromís juega bien sus cartas le quedarán muchos años de vida y si no, le queda muy poca vida.
-¿Y qué es jugar bien las cartas?
-Que tus votantes y que la sociedad en general te perciba como una fuerza política útil, un instrumento político que sirve y que avanza. Si no hacemos eso, poco a poco, pero más rápido que lento, en unas pocas citas electorales Compromís pasará a ser una fuerza muy minoritaria.
-La legislatura ha empezado con muchas dudas en el Botànic. Tensiones, quizá algunas heredadas del adelanto electoral de Ximo Puig. ¿Cree que es un gobierno para cuatro años?
-No tengo una información directa de los miembros del gobierno para saber exactamente lo que está pasando. Ahora bien, por los movimientos políticos que estamos viendo es muy posible que no se termine la legislatura con un Consell del Botànic y que acabe con un gobierno del PSOE en minoría. No obstante, eso dependerá mucho de cómo se desarrollen los acontecimientos y de cómo se juegue la partida. Es cierto que la formación socialista no respetó el acuerdo con el adelanto electoral pero también es verdad que el presidente de la Generalitat tiene la capacidad legítima de hacer lo que hizo. ¿O es que creíamos que le haríamos presidente y nos iba a consultar absolutamente todo? También digo que el PSPV debe saber que si engañas una vez, dos... pues quizá a la tercera se hace muy complicado. Compromís y Unides Podem tendrán que hacérselo mirar porque cuando falte un año y medio o un año para las elecciones siguientes, las encuestas hablarán, los estudios dirán, y habrá que ver la percepción social del papel que han interpretado en el Botànic. Y si eso beneficia a la mayoría de la sociedad, bien, pero si no es así, pues estos partidos tendrán que hacer un pensamiento.
-Si pasan dos años y aquí, por ejemplo, no tenemos ninguna novedad con la reforma de financiación. ¿Usted cree que Compromís debería romper?
-Creo que Compromís debería plantearse seriamente y de una manera democrática salir del Gobierno.
-Ahora bien, usted sabe, como decíamos antes, que es muy difícil salirse de un Consell en el que tienes decenas de altos cargos y asesores que se van a la calle en mitad de una legislatura.
-Entonces la pregunta es: ¿somos un partido que estamos haciendo política o es una agencia de colocación? Porque son dos cosas diferentes...
-Diría que, en general, todos los partidos a veces se emplean para las dos cosas.
-Nunca, nunca he pensado que estaba organizando un partido político para hacer una agencia de colocación. No dediqué 30 años de mi vida, de mis mejores años de vida, para montar una agencia de colocación. Los dediqué a montar una fuerza política que acabara estando en un gobierno de este país y que acabara ayudando a la gente y transformando la realidad en más igualitaria, más social, donde hubiera una sociedad que tuviera derecho a sanidad, educación y servicios sociales. Siempre pensé eso. Así que yo quiero pensar que nuestro partido no lo ve así y, sobre todo, estoy convencido de que la mayoría de los militantes no lo ve así. Puedo entender que a las personas que les toca en particular, que están ahí en esa posición... pues bueno, pero ellos también deben saber que algún día esto se les terminará. Así que a ver si por aguantar un año y medio más lo que se consigue es pan para hoy y hambre para mañana. Porque lo vuelvo a decir, si tú has solucionado el problema de la financiación, tienes una explicación social que ofrecer para justificar que te has mantenido en el gobierno. Pero si no se ha hecho, ¿tú que explicarás en campaña? ¿qué has sido el palmero del PSOE y quieres que te voten para seguir siéndolo?
-¿Cómo está viendo a Unides Podem y en especial al vicepresidente segundo, Rubén Martínez Dalmau?
-Lo conozco poco aunque me cayó bien en ese primer contacto. Es cierto que me pareció percibir una cierta dosis de ingenuidad y bonhomía. Y bueno, solo diré qué cuidado porque el PSPV para esto son un grupo de profesionales.
-¿Cree que Vox ha venido para quedarse o su ascenso es fruto de varios factores cruzados?
-La gente que nos hemos dedicado años a la política recordamos que, cuando empezábamos a tener estudios electorales allá por el 97, veíamos que el PP tenía más de dos millones de votos que eran de extrema derecha pura y dura. Solo que, claro, eso no lo iba a recoger Falange Auténtica ni los restos del franquismo. Tenía que ser una cosa nueva, diferente, al estilo europeo. Por tanto, esta gente ha venido para quedarse, solo que oscilarán. Otra cosa es que alguna parte de la izquierda oficial, el PSOE, consideró en principio jugar esta carta para dividir el voto de la derecha y movilizar a los suyos. Es algo que funciona pero claro, estas cosas son peligrosas. Los experimentos en casa y con gaseosa, porque al final crees que has creado una cosa para perjudicar al PP y ahora has alimentado un monstruo que ha superado los 50 escaños.
-¿Ve À Punt? ¿Qué le está pareciendo la televisión autonómica?
-La sigo poco, la verdad. He visto algunos programas puntuales que tenían su interés y estaban bien hechos y otros no tanto. Lo que es evidente es que no está teniendo audiencia. No se ha hecho bien, los informativos son muy flojitos y la noche electoral también fue muy flojita. Me da la sensación de que es un modelo de televisión de hace 30 años y ese sector ha evolucionado mucho Yo mismo no soy el mismo televidente que hace tres décadas.
Pere Mayor: "En la dirección actual del Bloc hay demasiada soberbia intelectual"