ELCHE. Este viernes 28 de octubre se cumple un año de la aprobación de la Ley del Palmeral. Desde el gremio de palmereros, Apelx, califican la situación de "desesperante". Arguyen que estaban esperanzados al ver que se había aprobado, pero "un año no se ha aplicado nada de lo que dice la ley", que ya nació "lenta", añaden, porque se ha tardado 21 años en gestarse y aprobarse. “Ya en el año 2000, cuando la Unesco reconoció nuestro palmeral como patrimonio mundial, se vio la necesidad de crearla”. Por ello piden a la política que cambien los ritmos, “no nos podemos permitir que la ley del palmeral después de un año, siga durmiendo, nos está saliendo muy caro”.
A este respecto indican que son muchos los incumplimientos de los plazos que da la propia ley. Sobre su profesión, explican que la ley dice que en tres meses se debería haber creado el nuevo Patronato, algo en lo que ya han incidido otros colectivos como Volem Palmerar, “donde a los palmereros se nos reconoce el estar representado. Después de un año, no se ha constituido y ni se sabe cuándo. Teníamos la esperanza de que desde el Patronato se pudiera impulsar el cumplimiento de otro apartado de la propia ley: allí donde dice, que las administraciones tienen el deber de impulsar cualquier cambio legislativo que ataña a la pervivencia del oficio de palmerero y artesanía de la Palma Blanca”.
Aseguran que “el futuro del oficio de palmerero, algo tan de Elche, está en serio peligro por la ley europea de Seguridad e Higiene, de debido cumplimiento para todos los países miembros”. Recuerdan que esta legislación da prioridad al uso de plataformas para podar las palmeras, por lo que viene a decir, aseguran, que los palmereros “solo podemos podar palmeras si no puede llegar la plataforma”. Y dado que con esta herramienta se pueden podar el 90% de las palmeras, “si se aplicara la ley tal cual, desaparecería el oficio”, aseveran en el comunicado. Por eso colateralmente desarrollan otros métodos como herramientas homologadas.
La aplicación de esta ley, sobre la que ya han puesto el foco con anterioridad, “hace que las palmeras ilicitanas de la vía pública se poden con plataforma. Esto aparte del atentado cultural que supone resulta más caro, lento y es el responsable directo de que desde el 2016 en estas fechas del año las calles de Elche sufran en sus aceras el conocido ‘chapapote’ de dátiles”. Explican que el mismo empezó a existir en Elche, el mismo año que se empezó a aplicar la ley.
Por eso piden a Ayuntamiento y Generalitat que impulsen una excepción dentro de la ley europea, “para que las plataformas no tengan prioridad ante la poda tradicional”. “Sabemos por experiencia, que el uso de las plataformas no implica más seguridad, sí implica tener palmeras que al no subir el palmerero no se testa si son seguras para que estén en la vía pública o deben eliminarse”. Y matizan que eso “sí es un peligro”.
Añaden que no están contra las plataformas, pero reivindican que como técnicos del oficio, puedan elegir el método más seguro y práctico y hacer uso de la plataforma cuando sea necesario, así como la trepa cuando sea necesario; con la forma tradicional. “Pensamos que hay mucho en juego y que el lujo que nos dimos de tardar 21 años en hacer una ley no nos lo podemos dar en que se aplique”. Por eso piden a los políticos que “cambien el ritmo. Queremos que la pervivencia del oficio esté asegurada cuanto antes, queremos ver en nuestras calles podar las palmeras por palmereros y no por usuarios de plataformas. Esto es una llamada de atención, de que nos tenemos que poner en marcha ya y de que hay mucho por hacer. Nuestra cultura y nuestro palmeral está en juego”, sentencian.
