ALICANTE. Blas Ruíz ha tenido a sus lectores varios años enganchados a la trilogía protagonizada por el agente Nicolás Valdés. Crímenes y suspense a lo largo de tres volúmenes: No mentirás, No robarás y No morirás. Un thriller escrito por este rafaleño que te dejaba con ganas de más a cada nuevo título. Por fin llega el final de una de las trilogías que más en tensión me habían dejado, No morirás es la última parte; el fin de este apasionante viaje literario. Un trayecto por Mors, un pueblo inventado pero lleno de misterio.
Ruíz ha trabajado en la trilogía tantos años que seguramente terminar con la historia habrá sido casi un alivio. “En parte sí; son seis años trabajando en ella y al final uno se carga psicológicamente al límite. También necesitaba acabar”, confiesa el escritor alicantino. El éxito ha sido apabullante. La crítica y el público se han volcado con la trilogía; sus escenarios, su narrativa (tan cercana) y su misterio han cautivado a centenares de personas.
La última parte es el final, quizás el momento de mayor tensión, donde el autor se la juega más. El final de cualquier historia siempre genera más vértigo que el inicio o el nudo. “Uno cree que gustará lo que ha escrito, de ahí que quiera que lo lean, pero cuando la cosa se va de madre da un poco de miedo porque quieres superarte cada vez más. Ojalá consiga estar a la altura”, apunta el alicantino. Ruíz cierra el círculo del asesino de Mors, el pueblo inventado donde se desarrolla la acción; no obstante, el inspector Nicolás Valdés puede tener recorrido.
De hecho, puede transformase en un personaje clave en la novela negra nacional. “Es necesario que vuelva, pero eso sí, primero toca otra historia diferente con otros protagonistas”, señala. El autor comenzó su carrera en el mundo digital, teniendo mucho éxito en Amazon, por supuesto también reivindica el papel. “Más que el papel, reivindico que se compre en librerías”, apunta. “Evidentemente a los que quieran digital trato de dirigirlos donde se vende así. Pero ya digo, quiero que las librerías sobrevivan y sólo se puede conseguir si venden libros, claro”. La saga ha sido un éxito literario, y en este momento, cada vez más en el cine y especialmente en la televisión, se está apostando mucho por la adaptación. Quizás veamos a Nicolás Valdés en carne y hueso. Nos sería algo nuevo, hace poco lo hemos visto con la detective Amaia Salazar, de la saga La Trilogía del Baztán. “Podría, pero es algo lento y que requiere de mucho esfuerzo. Ya veremos qué pasa”.
En una época tan dispersa y plagada de distractores muy llamativos, es cada vez más difícil captar la atención del lector. Enganchar al público es un trabajo complejo; sin embargo Ruíz lo ha conseguido con su trilogía. Las miradas se han vuelto hacia sus libros y sus historias. ¿Dónde residirá el secreto? “Creo que es el vaivén en la trama, que mueve violentamente al lector y no le deja perder atención”, apunta. Con todo, hemos perdido algo de concentración para una única cosa, en este caso, leer. “Tengo muy claro eso que dices y es muy cierto, cuesta muy poco distraerse, así que toca dar bofetadas en forma de palabras”.
Aunque Ruíz ya lleva años como autor de prestigio y en grandes editoriales, es bueno seguir teniendo nervios ante una publicación; no acomodarse en lo más necesario. “Y cada vez peor”, comenta. En el libro que nos ocupa, esos nervios pueden ser incluso mayores debido a las expectativas generadas por el público por el final de la saga. “En esta última lo pasé realmente mal, es mucha la exigencia conmigo mismo y quiero estar a la altura. Y eso me hace temblar a veces”, reconoce el autor.
El panorama literario en Alicante parece vivir un buen momento. El thriller está atravesando una situación dulce “Aquí hay muy buenos escritores, como por ejemplo Paz Castelló, así que realmente bien”. Y no solo de autores, sino también de historias que están por contar. “Además, aunque la mayoría de la gente no lo sepa, la terreta se presta muy bien a este tipo de tramas porque hay un submundo que da miedo explorar”.