Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han firmado solemnemente el inicio de la campaña electoral. El Botànic español. La plasmación de que es factible un pacto entre la izquierda y aún más allá y de lo de las encuestas me han puesto a la derecha cadavérica de los nervios. Transilium. Y bromuro para la tropa. A la competición por quien la tiene más larga entre Pablo Casado y Albert Rivera se ha unido el flamante y genuino macho ibérico, el hombre de moda español, el líder de Vox, el superdotado y guapérrimo Santiago Abascal. Con José María Aznar ya tenemos los cuatro evangelistas. El nuevo Testamento popular es hiperbólico, calatraviano y tiene cuatro versiones como doce catedrales líquidas celestiales y errantes, mucha tensión sexual no resuelta y ningún dios verdadero. Miguel Bosé se ha separado del escultor valenciano Nacho Palau. La verdad es que la desaparición a los diez negritos -un ministro, dos ministros, tres… el mundo es un globo que se me escapó - y el tiro con flecha y hacha al gobierno socialista está siendo encantador y superempalmante. Y más ahora, que se ha levantado la veda y la cosa ya va de caza mayor: directamente a por los cuernos del presidente. Sin piedad. Con lo guapo y aseado que me es. Que no suda ni en inglés. “Si tiene presupuesto estamos perdidos para mínimo ocho años”. Eso va oigo que va “mal” diciendo Luis Barcala por los bares de Alicante. César Sánchez se limita a zurrarle a lo bestia a Mónica Oltra y a Ximo Puig, que son dos catalanes que ya nos han invadido. La gota malaya, la mare de tots els valencians, el botón nuclear de las elecciones adelantadas y la millor clòtxina del món.
Todo se ha embarrado todavía más desde que el ex comisario José Villarejo ha declarado ante notario que no piensa suicidarse. Y, aquí viene lo mejor, ha aumentado el cotilleo -la sexticización- la banalización de la prensa tradicional de alcance nacional. La política espectáculo se ha convertido en chismorreo puro y duro. España se está trumperizando. Que si Corinna, el AVE de la Meca y el cuerno del elefante, que si la ministra Lola Delgado abusa del perfil de ojos porque es la novia de Garzón, que si el cutis de las cuentas corrientes de Nerea Belmonte, de la otra y los sicarios del Papa Francisco, que si que Carles Puigdemont anda perdido en la nieve y que Taylor Swift ha pedido el voto ante millones de espectadores para los demócratas … En fin Pilarín, que habrá que volver a Michael J. Sandel, a Golpes Bajos, a Friedrich Hördelin, al Titi y a la gravosa seriedad del franquismo sacramental. La Virgen de la Almudena.
Letizia Ortiz acudió al desfile de la Fuerzas Armadas con una chaqueta “bar” y falda de encaje tono arena y rosa cordé de Felipe Varela. La infanta Sofía ya le saca un palmo a la princesa Leonor. Aplausos y vítores para el carnero de la Legión. Odín. No acudió el coro de pequeños cantores novios de la muerte exministros de Mariano Rajoy. Que fue expulsado de la Moncloa por la extrema izquierda y los independentistas. Bronca monumental y pitidos divertidísimos para Pedro Sánchez, que es -aunque no lo parezca- un rojo de mierda. Va y se me une -pecado mortal- con Begoña Gómez Fernández al besamanos del Palacio Real. Qué se habrán creído estos dos. No apareció el Pequeño Nicolás. Felipe VI y SM la Reina acudieron por la tarde -arreglados pero informales- a visitar a los damnificados de la riada de Sant Llorenç. El algoritmo de la Galería de los Uffizi, Morante de la Puebla y Rafa Nadal.
La fiesta ganó a la bronca el 9 d’Octubre. Hay que reconocer la labor de Juan Carlos Fulgencio. Como me metí a lo bestia con él ahora le pido disculpas, siguiendo las cariñosas indicaciones, en la red, de Bernardo Guzmán. Eduardo Zaplana envió un artículo -ininteligible- celebrando la Diada al diario Las Provincias desde la cárcel de Picassent. Impresentable la macabra desaparición del periodista saudí Jamal Khashoggi. El PP andaluz abre la campaña contra Susana Díaz en la puerta de una casa de putas. Isabel Bonig quiere internet gratis en los hospitales. Su nonata carretera fantasma en Torrevieja de cuando fue consellera de la cosa -sí, la de la Vall D’uixó es del Viejo Testamento- nos va a costar a todos los valencianos nueve millones y medio. Quédate la vuelta, que le has cortado muy bien la cuerda al bou embolat.
Han cambiado el nombre a los combustibles. Gabriel Echávarri suelta lastre y el humorista Eloy Arenas ya tiene calle en Alicante. Pascual Pérez Cuenca, de Podemos Alicante, no se presenta. En la Comunitat Podemita se perfila la candidatura de la actriz Rosana Pastor. Elevemos nuestras corazones y oraciones por Antonio Montiel. Las mascotas no pueden entrar en las farmacias. Hay que beber agua del grifo. La nueva Fallera Major de València es Marina Civera y toca el ukelele. Ciudadanos tantea a su antecesora Rocío Gil para que se presente contra Joan Ribó y contra la socialista abanderada Sandra Gómez. Pobrets. Ana Juan rechazó ser embajadora de la Comunitat Valenciana. Lo confieso: todavía no me he leído la Ley de Acompañamiento del Consell. Los socialistas alicantinos hacen mítines sin candidatos. Los astronautas de la Estación Espacial Internacional, aislados. Dolores de Cospedal se postula para alcaldesa de Madrid. Ni Carlos Castillo ni Mari Carmen De España se han pronunciado sobre la aparición de ardillas en Alicante, ni sobre la huida del alcalde hacia Madrid plantando al Cuerpo, a la artillería romana y a Aitana Sánchez-Gijón y, tampoco, por supuesto, sobre el huracán Leslie. Ni una palabra del muñeco de cera de Isabel Preysler.
Salgo del río. Noche oscura. Sin alma. Me deja su toalla Inma De la Concepción. El viento aúlla. La niebla cubre la Sierra de Espadán. Son pasadas las seis de la mañana. Nadie sabe dónde está mi nunca bien pagado Herr Direcktor Miquel González. David Martínez, con luz de ordenador, me pide el artículo. Desnudo, siento su voz: “ieei xiquet, no et pareix tot meravellós?”. Hay que esperar hasta las once para que abran los pubs.