Los propietarios del Principal elegirán al sustituto de Sanguino antes de su salida para evitar 'un vacío'

ALICANTE. El Teatro Principal de Alicante tendrá nuevo director gerente en sustitución de Paco Sanguino antes de que finalice el mes de abril. Al menos, esa es la voluntad del equipo de Gobierno del PP en el Ayuntamiento de Alicante: uno de los tres copropietarios del coliseo junto al Banco Sabadell y la Generalitat Valenciana, tras su entrada en el accionariado registrada el pasado mes de diciembre. 

La edil de Cultura, la popular María Dolores Padilla, avanzó en declaraciones a Alicante Plaza este lunes que las tres partes que constituyen la comunidad de bienes no permitirán que se produzca una hipotética situación de vacío al frente de la sala por lo que señaló que se convocará una próxima reunión del Consejo de Gobierno del Teatro en el plazo de unas semanas para organizar el relevo de manera natural. "El Principal podría seguir funcionando igualmente incluso después de la marcha oficial del director actual pero lo lógico es que antes ya se tenga decidido el nombre de la persona encargada de sutituirle", explicó. 

Hasta el momento, no ha trascendido la identidad de ese posible sucesor o sucesora. Tampoco se barajó ningún nombre en el momento en el que se produjo la llegada del PP a la Alcaldía, el pasado abril. En ese momento, el equipo de Gobierno que coordina Luis Barcala optó por la vía de la continuidad y ratificó a Sanguino como máximo responsable del Teatro.  

Como ha publicado este diario, fue el propio Sanguino quien concretó este lunes que ya había comunicado a la Concejalía de Cultura -responsable de su contratación- su voluntad de dejar el cargo, una vez confirmado su nombramiento como cabeza de lista de la candidatura del PSOE para la Alcaldía de Alicante. El propio alcaldable señaló que la fecha máxima definitiva para que se produjese su salida sería el 30 de abril, salvo que se acordase un relevo con antelación. 

En todo caso, apuntó que él ya había dado el paso de comunicar su renuncia al cargo con la antelación de dos meses a la que está obligado por contrato, ya que, de lo contrario, quedaba expuesto a la devolución de dos meses de salario ante un supuesto incumplimiento de esa cláusula.