ELCHE. La limpieza y desbroce de los barrancos de Elche sigue trayendo cola tras las actuaciones que el Ejecutivo local está acometiendo de forma unilateral ante la falta de actuación de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), bajo pena de apercibimientos o sanciones, y a quien insta a intervenir tras falta de intervención, defienden desde el Ayuntamiento. Ahora bien, desde la oposición están solicitando información sobre cuáles son los informes técnicos que expliquen la intervención en uno u otro sentido. Ahora los socialistas han pedido también al equipo de gobierno tanto el permiso de la CHJ como de la confederación del Segura para la limpieza, "así como los informes donde conste el criterio técnico que se ha seguido para proceder".
El portavoz Héctor Díez indica que estas labores de desbrozamiento y limpieza "deben realizarse con criterios técnicos y no a golpe de Tik Tok", alude respecto a la difusión en las redes sociales. Además, Díez defiende que en los anteriores mandatos también se han estado limpiando, ya que desde el Ejecutivo local se habla de falta de mantenimiento de los barrancos y nula limpieza, y defiende que "hay que seguir limpiándolos, por supuesto", pero con ese criterio técnico, indican.
Unas cuestiones que inquieren los socialistas, como planteaba también Compromís, porque a colación de la prevención en situaciones como la Dana, se está hablando de la necesidad de los cauces de ríos y barrancos, mientras que también está sobre la mesa que expertos en Geografía y otros colectivos, como el ecologista, ponen de relieve que hay que mantener la vegetación autóctona para frenar la velocidad de la pasada del agua ante eventuales inundaciones. Lo que reduciría a su vez la fuerza destructora, y sin que ello sea excluyente de limpiar sobre todo restos urbanos, sedimentos y elementos artificiales que generen taponamientos y crecidas.
En este aspecto, Díez asevera que en su época de gobierno, "se pedía permiso a la CHJ y la CHS, y se actuaba en la medida en que se permitía", centrando las limpiezas donde se producen los mayores riesgos en los barrancos, que es el colapso "por exceso de vegetación en las intersecciones con puentes, carreteras o caminos rurales". Es el procedimiento, asegura Díez, que también ha seguido la Diputación de Alicante cuando este riesgo era en intersecciones de su competencia, como carreteras comarcales. El amontonamiento de vegetación o residuos pueden provocar tapones y por ende que generen saltos de agua a carreteras o puentes "y que por superficie puedan acabar en inundaciones en las zonas aledañas", explica el edil.
Sobre esta cuestión, algunas fuentes consultadas plantean que la intervención que se está realizando no es la adecuada, por ejemplo con retroexcavadoras, y que los criterios técnicos no parecen ser los adecuados para la limpieza de un barranco, ya que se recomienda el uso de poda y no eliminar los márgenes.
En este sentido, frente a una limpieza 'total' de los barrancos y cauces, la guía de actuación del Patricova (el plan de inundabilidad autonómico) para prevenir inundaciones plantea entre otros ámbitos, la renaturalización como un eje de actuación:
La restauración hidrológico-forestal tiene por objeto corregir el desequilibrio hidrológico ocasionado por el deterioro del suelo y la cubierta vegetal, mediante la conservación o la reforestación con especies autóctonas o mediante la aplicación de medidas de control de la erosión, que disminuyen la producción de escorrentía, como pueden ser la corrección de laderas, la corrección de torrentes mediante presas y albarradas o la corrección de prácticas agrícolas.
Estas medidas disminuyen el caudal pico y el volumen de agua vertida, ya que incrementan la capacidad de retención e infiltración de los suelos. La figura muestra el porcentaje de caudal pico obtenido ante episodios de lluvias de distinta magnitud, donde puede apreciarse claramente que esta reducción depende de la magnitud de la tormenta. Además, la restauración hidrológico-forestal disminuye el aporte de sedimentos aguas abajo, lo que favorece al mantenimiento de la capacidad de los cauces.