VALÈNCIA. (EFE) Un centro de UGT en Almàssera (Valencia) que ha sido adquirido por el servicio de empleo de la Generalitat, Labora, ofrecerá formación básica a desempleados y especialización a profesionales a partir de las necesidades de Volkswagen para su futura gigafactoría de baterías de Sagunto.
Labora está adecuando el centro, que cuenta con una superficie construida de 2.361 metros cuadrados y podría llegar a albergar 600 plazas, dotado con las instalaciones y equipamientos necesarios para impartir formación ocupacional. Así, gran parte del centro se dedicará a la formación de personal para la gigafactoría, afirma el secretario autonómico de Empleo y director general de Labora, Enric Nomdedéu, en una entrevista con EFE.
La Generalitat ha puesto el centro de formación a disposición de la compañía alemana y esta tiene que perfilar sus necesidades y trasladarlas a Labora para poner en marcha la formación suficiente "como para que puedan elegir a su plantilla".
Almàssera se sitúa en el ámbito territorial más próximo a la gigafactoría de baterías, y dispone de 26 aulas de las cuales 20 están acreditadas por Labora Servicio Valenciano de Empleo y Formación para la impartición de determinadas especialidades formativas, en su mayoría Certificados de Profesionalidad de diferentes familias profesionales. Son Administración y Gestión, Artes Gráficas, Electricidad y Electrónica, Energía y Agua, Fabricación Mecánica, Informática y Comunicaciones, Imagen y Sonido, Instalación y Mantenimiento, y Servicios sociales a la comunidad.
Según destaca Labora, con la adquisición del centro de Almàssera se mantendrá una oferta formativa en la provincia de Valencia y en toda la Comunitat Valenciana que responda a las necesidades de formación de la población desempleada en función de las exigencias del mercado laboral, teniendo en cuenta el incremento de la importancia de la formación certificable.
El secretario autonómico apunta como uno de los retos de Labora hacer entender que el servicio también puede ser útil para la demanda de empleo cualificado, ya que durante mucho tiempo ha sido refugio de los demandantes con más dificultades.
"Queremos ser un servicio moderno que ayude a los que tienen más dificultades y a los que menos, pero nos está costando porque la empresa tecnológica que necesita licenciados, va a la facultad y se los lleva", explica Nomdedéu.
Además, en algunas actividades hay un desajuste entre la oferta y la demanda, sobre todo en determinados oficios vinculados a la construcción (como carpinteros, soldadores o fontaneros), al mueble, la agricultura y la hostelería.
En relación a la construcción, Nomdedéu apunta que el sector ha cambiado y es mucho más tecnológico que hace años, "con menos peligro y mucha seguridad laboral, buenos sueldos y estabilidad en el empleo", pero hay "una generación que ha visto a su padre trabajar en eso y a los 50 años quedarse sin nada, y le da miedo este sector".
En agricultura y hostelería, la temporalidad de las campañas y la inestabilidad en el empleo son los grandes inconvenientes para el trabajador.
Algo similar ocurre con los salarios en la hostelería. "¿En serio el problema son los sueldos?", se pregunta Nomdedéu para comparar el aumento de los sueldos en un 4,5 % con el incremento de los costes de la electricidad y gas en un 150 % y de los alimentos un 20 % y de una subida "voraz" del precio de los locales.
"Me gustaría oír a alguien que dijese: yo quiero este modelo de negocio, pero no es sostenible y este mes no voy a pagar la luz, o no voy a pagar el IVA; pero no, dice que no va a pagar las horas extra".
Según reflexiona, "como administración no voy a permitir que se hunda el mundo y dejar en desprotección a los trabajadores solo para que pasen tanta hambre que les acabes ofreciendo miseria y te digan que sí, por ahí no vamos a pasar".