El club blanquiazul necesita que la Comisión Europea acepte el pago fraccionado de los 6,9 millones de euros que le reclama
ALICANTE. El varapalo judicial que se llevó este jueves el Hércules lo coloca al borde del precipicio.
La desestimación de la suspensión cautelar de la obligación de pagar de manera inmediata y efectiva los 6,9 millones de euros que le reclama la Comisión Europea desde el verano de 2016 deja a la entidad al borde de la liquidación, por mucho que no se haya conseguido que el Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) lo aprecie (es más, este no concede la suspensión cautelar solicitada precisamente porque no cree que "la sangre llegue al río" y así lo viene a hacer constar en su resolución).
En Segunda División B, sin patrimonio e ingresos y con embargos por parte de la Agencia Tributaria por 4,5 millones de euros, el Hércules no tiene opción de dar cumplimiento a una decisión de recuperación que no olvidemos que ha recurrido, buscando la nulidad de la misma, algo sobre lo que el TGUE no se ha pronunciado, a diferencia de la solicitud de medidas provisionales.
El Hércules no ha conseguido que el Tribunal comparta que la no concesión de la suspensión cautelar de la obligación de pago de la cantidad que le exige Bruselas, después de declarar ayuda de Estado prohibida el aval de 18 millones de euros que su fundación recibió en 2010 del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), le causaría un "perjuicio grave e irreparable", le abocaría a la desaparición y es que la política de recuperación de la Comisión Europea contempla para el insolvente, aquel que no cumpla y pague la cantidad que se le reclama de manera inmediata y efectiva, la liquidación: Bruselas entiende que, de no haber recibido la ayuda prohibida, esa empresa (el Hércules en este caso) ya no existiría en el mercado, por lo que, ante la no devolución de la cantidad que se le exige, su desaparición también permite poner fin a la distorsión. Es decir, que argumentos como el que "si el Hércules desaparece no cobra nadie", deslizados en el pasado para acompañar las bravuconadas varias que desde el club se lanzaron y de nada sirvieron ante la Agencia Tributaria, poco futuro pueden tener aquí..., salvo un cambio radical por parte de la Comisión Europea, algo que los expertos en la materia descartan.
Pago fraccionado
La realidad es que, además de interponer un recurso de casación ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, el Hércules hace tiempo que tiene claro que la solución es pagar, pero, comoquiera que no puede hacerlo en las condiciones que exige la Comisión (el TGUE apunta en su auto que hay terceros que pueden hacer aportaciones, pero el club, consciente de la postura de Enrique Ortiz, lo descarta), espera que le acepten otras, concretamente un pago fraccionado y además condicionado a un ascenso a Segunda A, categoría en la que tendría mayor capacidad económica, o subsidiariamente que el Estado se haga cargo del pago de los 6,9 y acepte que se le devuelva el dinero en las citadas condiciones: de manera fraccionada y sujeta a militar en el fútbol profesional.
Manuel Illueca, director general del IVF, reiteraba este jueves algo que ya adelantó en Alicante Plaza semanas atrás: que el banco del Consell mantenía su voluntad de "hacer de interlocutor entre los clubes y Bruselas, trasladando las propuestas de pago que estos deseen", pero también recordaba ayer que es la Comisión Europea "la que tiene la sartén por el mango" y que están "obligados a seguir sus instrucciones", ya que en caso contrario se exponen a duras sanciones económicas.
El pago fraccionado choca con la política de recuperación de la Comisión, pero también con la legislación española: la Ley General Tributaria no permite el fraccionamiento del pago de las deudas derivadas de decisiones de recuperación. Se trata de algo que ya se le hizo saber al Hércules desde la Agencia Tributaria hace un año, si bien no fue obstáculo para que el club lo volviera a proponer en el marco de su peculiar negociación con el fisco para el pago de su deuda: pese a que Carlos Parodi conoció en primera persona de Hacienda que no cabía el pago fraccionado de la suma que ya entonces reclamaba Bruselas, su sucesor en el cargo, Juan Carlos Ramírez, se descolgó el junio pasado con una propuesta de pago que se sustentaba en lo mismo y que también fue descartada (en lo que a la suma que se correspondía con la decisión de recuperación se refiere).
El tercer presidente que tiene el Hércules en apenas nueves meses, Quique Hernández, insistía la semana pasada en la voluntad del club de cumplir con sus obligaciones, pero también en la especial situación que atraviesa y que le impide atenderlas como se le exige. Hernández, que tiene previsto reunirse con un President de la Generalitat que estos días anda precisamente por Bruselas, no esconde que el club necesita condiciones de pago flexibles... Lo anterior o que Enrique Ortiz se rasque el bolsillo, claro, pero eso es algo que desde el club descartan.