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entrevista | presidente de terciario avanzado

Javier Reina: "Alicante saldrá reforzada de esta crisis como destino para inversiones"

19/04/2020 - 

ALICANTE. Las empresas del sector de los servicios avanzados (marketing, consultoría, abogacía, finanzas) han mantenido la actividad con teletrabajo desde la declaración del estado de alarma y el confinamiento. Abordamos con el presidente de la asociación Terciario Avanzado de Alicante, Javier Reina, el estado del sector, su análisis del escenario económico actual y sus propuestas para el desconfinamiento. Reina nos concede la entrevista por Zoom desde su despacho en el Business World Alicante (BWA), que ha reabierto sus puertas para que los usuarios de sus oficinas flexibles (entre ellos, varias multinacionales) puedan hacer uso de las instalaciones.

-En líneas generales, ¿cómo valoran desde Terciario Avanzado la situación económica que ha desatado la irrupción del coronavirus?

-En el plano económico, el sector está demostrando ahora la importancia que tiene. Aunque nos ha afectado, como a todos, las empresas de Terciario Avanzado están teniendo muchísimo trabajo: asesores laborales, comunicación... es el momento en que nuestro tipo de actividad cobra más protagonismo porque las empresas necesitan de asesoramiento para sobrellevar la situación. En este sentido, es positivo que se pone en valor nuestro sector. La mayoría de los asociados siguen trabajando, por un lado estamos teniendo más actividad, pero la está teniendo de una manera que está desbordado totalmente, sobre todo en los asesores laborales, que se quejan de que la relación con la Administración está siendo caótica en la gestión de los ERTE. Luego, internamente, es verdad que los asociados están preocupados, como todos. Los contratos previos a la crisis se han paralizado o se han caído, y entonces lo que están pidiendo es lo que todos, liquidez para aguantar el tiempo indefinido que dure esto, y en cuanto a impuestos pues que se puedan aplazar.

-Otro factor diferencial de las empresas que forman parte de su asociación, entiendo, es que ya estarían acostumbradas a teletrabajar, o al menos, se dedican a actividades que se pueden desarrollar en la mayoría de los casos a distancia.

-Sí, nosotros ya estábamos adaptados al teletrabajo, y además por eso estábamos reivindicando un tema del que de repente ya no se habla, el chequeo de horas. Porque nuestro trabajo no es entrar a la oficina y salir; estás con el cliente, te llevas trabajo a casa para terminar un informe, hacer un análisis... trabajas prácticamente 24 horas. Y en la mayoría de las empresas, por no decir todas, estaban adptadas al teletrabajo. Ese cambio no ha sido difícil.

-¿Se da la paradoja de que las empresas de Terciario Avanzado son ahora más necesarias que nunca para sus clientes, justo cuando esos clientes están pasando un mal momento económico y quizá no pueden recurrir a sus servicios?

-Nosotros tuvimos un debate interno, en el que yo defendí que si dejamos de comunicar porque estamos mal, la economía se va a ver resentida. Las empresas tienen que seguir invirtiendo en una buena comunicación, en formación para tus equipos... no puedes parar, quien tiene que parar es quien se ha visto directamente impactado, como el turismo. No tiene sentido que nuestras consultoras hagan un ERTE ahora porque tienen trabajo, no podemos contagiarnos de la crisis mental y parar. Es una responsabilidad que si tu sector no se ha visto afectado y puede seguir invirtiendo, que lo haga. Es verdad que los clientes han pasado a la fase reactiva: hay trabajo, pero reactivo, de solucionar problemas, no de mirar hacia adelante y posicionarte, o hacer un plan estratégico sobre posibles oportunidades, planes de contingencia... los clientes aún no están pensando en eso y deberían hacerlo. Ahí es donde entra la consultoría: te tramitamos un ERTE, una reestructuración, formación, campaña de crisis... actuar sobre el problema. Pero ya es momento, y ojalá estemos en el tramo final de todo esto, de pensar en futuro. ¿Cómo voy a salir, cómo me voy a posicionar, cómo preparo financieramente mi compañía? No pedir un ICO por pedirlo, sino en base a lo que quiera hacer en los próximos meses. Por ejemplo, si no hay una actuación estratégica sobre el turismo, llegará el primer día, abrirá la puerta, y dirá "¿ahora què?". Aprovecha este tiempo para adaptarte a lo que viene, que será difícil. Habrá una limpieza de mercado, y hay que intentar estar entre los primeros. Y a nivel de provincia de Alicante, lo mismo: hay que pensar dónde queremos estar para prepararnos.

-¿Ha llegado el coronavirus 'demasiado pronto' en la transformación hacia el modelo digital que parecía que había emprendido Alicante? ¿Nos habría ido mejor, económicamente, si el peso del sector digital hubiera sido ya mayor?

-Alicante tenía una tendencia muy buena, muy positiva, y evidentemente se ha parado como todo. Y aquí hay que abrir la reflexión de cómo va a trabajar la gente en el futuro, y se va a imponer la flexibilidad de horarios y espacio, la digitalización... Había muchas empresas interesadas en venir a Alicante con esta filosofía, y ahora no es que no quieran venir, es que no saben si van a poder ir a algún sitio, sus planes de expansión están en un cajón mientras solucionan el problema. Toda esa inversión se ha parado. Hay que ver, cuando esto pase, si esa tendencia se retoma o no, aunque cabe suponer que los planes inversores se van a parar un poco. Pero lo que no desaparece es la oportunidad de Alicante como destino de esa inversión cuando esto se reactive, porque sigue estando en las mismas condiciones o incluso mejoradas. El concepto de grandes empresas que venían aquí por las condiciones que aportaba la zona, que sigue ahí, y además si nos vamos a los datos de la pandemia, los de Alicante no son tan malos como en otros muchos sitios. Como al final, si siguen creciendo, y yo creo que dentro de dos trimestres volverán a hacerlo, su lugar, todavía más estratégico, sigue siendo Alicante.

-Decía antes que sus asociados gestores se quejan de los problemas para relacionarse con la Administración. ¿La profusión normativa, los cambios casi semanales de criterio, y el hecho de que todo esté cerrado y no haya ventanilla a la que acudir han complicado su tarea?

-En el último grupo de trabajo que celebramos, los asociados de la rama de asesoría estaban muy enfadados porque la ministra de Trabajo ha culpado a las empresas de los retrasos en los pagos a los trabajadores afectados por ERTE o regulaciones de empleo, por haberlo presentado mal. Días antes de esta reunión, ya se quejaban de que para tramitar los ERTE, la Administración cargaba sobre ellos la responsabilidad de facilitar todos los datos del empleado afectado, cuando esto era algo que antes hacía la Administración. Entonces, el trabajo se les duplicó, porque tienes que hacer el ERTE, su gestión, y coger los listados de empleados, con 2.000 o 3.000 personas. Y si dan algún dato mal, como el código de cuenta bancaria, el trabajador no va a cobrar. Por no entrar en la protección de datos. Y encima, cuando llamaban al SEPE, que no había nadie trabajando, no podían resolver sus dudas. Claro, pasan las semanas, los trabajadores en ERTE no han cobrado, y se encuentran con estas declaraciones de la ministra echándoles la culpa. Lógicamente están indignados. La verdad es que está siendo muy duro, están trabajando 24/7, incluso en algunos casos ampliando plantilla para atender a sus clientes, y asumiendo mucha responsabilidad.

-En tanto que presidente de Terciario Avanzado y vocal de CEV, ¿cómo valora las medidas puramente económicas que está adoptando la Generalitat? ¿Son adecuadas, hay alguna que falta?

-A ver. Las medidas que está tomando el Gobierno central no están siendo buenas. Y son improvisadas. Es verdad que en el caso del Consell, yo detecto una mayor cercanía a la realidad de lo que está sucediendo, por tanto sus medidas son mejores y van por delante de las del propio Gobierno. En este sentido, las políticas del Consell están siendo mejor que las del Gobierno, pero no quiere decir que sean las más adecuadas. Ahí está la clave. Se nota que van en el buen camino porque están teniendo mucho diálogo con la CEV y los sindicatos, continuamente, y por eso son más ajustadas a las necesidades, pero aún no son suficientes para paliar lo que se nos viene encima.

-¿Quizá porque están siendo reactivas, como decía antes? ¿Intentas parar la avalancha y no te da tiempo a pensar?

-Sí. Hago otra reivindicación del sector: si nuestros clientes solo se centran en resolver el problema cuando llega y no tienen un buen consultor para mirar más allá, se bloquean. La Administración es la empresa más grande que tenemos, y si ellos mismos no son capaces de mirar más allá, de preguntar fuera, de contar con expertos, planificar, pues pasa que estás esperando a que el problema entre por la puerta, intentar solucionarlo lo más rápidamente posible y apartarlo para que pase el siguiente problema. Eso es lo peor que puede hacer una compañía. Esa es la dirección operativa, y para ser un buen director operativo tienes que tener muchísima experiencia, y el Gobierno ha demostrado que no la tiene, por tanto es una dirección malísima. En contra, está la dirección estratégica que lo que hace es ponerte un paso más allá del problema para impedir que entren más problemas. Pongo un ejemplo: en un barco hay un agujero, y la gente se coordina para achicarla. Y por muy bien que se coordinen y mucho que trabajen en equipo, el agujero sigue estando y sigue entrando agua, con lo cual nunca van a terminar. Pues tapemos el agujero y dejará de entrar agua. Y necesitaremos menos recursos para taparlo que para seguir achicando, seguro. Me parece un ejemplo perfecto para esta situación.

-La última. ¿Qué le pediría como presidente de Terciario Avanzado a los Gobiernos para acelerar la resolución de esta crisis? Haga su lista de tres deseos.

-Lo primero que le pido a la Administración es, evidentemente, por encima de la economía, cuidar nuestra salud. Que no echemos por tierra los avances que se han conseguido. Pero sin olvidar, y es la segunda petición, que la crisis económica va a ser tan grave o más que la sanitaria, si no se planifica bien. Gente perderá su trabajo, acabará psicológicamente golpeada y necesitarán también recursos sanitarios. Y se van a dar situaciones de exclusión social, que es tan malo como morirte de un virus, porque te mueres lentamente. Lo primero, lo sanitario, lo segundo, que dejemos de diferenciar entre lo social y lo económico, o entre empresa y trabajadores, entre unos y otros, y centrémonos en el conjunto, con una simbiosis generosa. Las empresas son personas, si trabajamos todos en el mismo sentido se resolverá. No empecemos a diferenciar entre buenos y malos. Vamos a necesitar de acuerdos y un objetivo común por todas las partes. Y en tercer lugar: planificación, no pensar en el corto plazo, ser valientes en cuanto a las decisiones aunque no gusten, ni mucho menos pensando en elecciones, porque van a ser medidas necesarias. Y sobre todo, sobre todo, no alimentar más el miedo. Porque esta crisis en términos macro será una U, no como la de 2008, porque la situación que la ha provocado no es un problema de mercado, y cuando pase se resuelve. Y cuando pase, todo volverá a ser normal: volveremos a ir a conciertos, a la playa, y nos daremos abrazos. Igual que volvimos a coger aviones después del 11-S o trenes después del 11-M. La vida se abre paso. ¿Dónde está el problema? En la incertidumbre y la desconfianza. Si cuando vuelva a haber malas noticias, o rebrotes, que los habrá, o fake news, y los gobiernos o incluso la OMS no han generado la confianza para que la gente les crea, volverá a generarse miedo. La confianza en quien nos gobierna es fundamental. Con la desconfianza que ha generado este Gobierno al no tomar las decisiones cuando tenía que tomarlas, si cuando haya un conato no hemos recuperado la confianza, se podría reactivar esta situación, y eso sí sería catastrófico.

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