ALICANTE. "Llegará un día en el que toda la energía que se consuma en España provenga de fuentes renovables". Así de tajante se muestra Isaac Torregrosa, un joven ingeniero alicantino convertido en CEO de la consultora Quetzal Energía, dedicada al diseño de instalaciones de autoconsumo basadas en la energía solar. Isaac, aún treintañero, dirige un equipo de cuatro ingenieros que, desde su cuartel general en la calle Carmen Tato de la capital alicantina (a espaldas de la avenida de Salamanca) han realizado instalaciones para empresas, particulares y centros comerciales de toda España.
"En realidad, hay momentos en que toda la energía que consume España es renovable, por ejemplo cuando hay tormentas. Pero normalmente el mix está en un 40-50% de energía renovable", ya sea solar, fotovoltaica o hidroeléctrica, explica. El CEO de Quetzal vaticina que este porcentaje va a ir a más, por una sencilla ecuación: no tenemos combustibles fósiles, y las centrales nucleares están llegando al fin de su vida útil. "Además, cada vez hay más conciencia entre los consumidores".
Las perspectivas para 2018 son que "el autoconsumo va a crecer, quizá no exponencialmente, pero sí con instalaciones cada vez más grandes". Y hay dos motivos: la subasta de renovables, en la que se han adjudicado 4 gigawatios (GW) de energía solar y otros 4 de eólica, por un lado, y el hecho de que los parques solares adjudicados tienen que estar terminados en 2019. "En el mercado hay cada vez más grupos de inversión, e incluso las propias eléctricas, que están firmando contratos bilaterales con compañías comercializadoras". Los inversores extranjeros ya no buscan solo promociones inmobiliarias o participaciones industriales, sino que también quieren invertir en energía.
La gran pregunta: ¿se puede llegar a ser autosuficiente? Es decir, ¿puede un hogar o una empresa, por cuestiones ideológicas o económicas, abastecerse solo con la energía que genera, sin depender de la red? "Es factible", asiente Torregrosa. "Puedes llegar a ser autosuficiente, pero necesitas baterías, porque el precio de verter la energía que te sobra es un cuello de botella: el precio que pagas tú multiplica por tres el que te pagan a ti". Las empresas lo tienen más complicado, porque funcionan solo unas horas al día, su demanda de energía tiene picos mucho más grandes, y el precio de la batería dispara el presupuesto. "Pero en un hogar es más fácil, de hecho hay alguna vivienda en la Marina Baixa que ya es independiente de la red", sonríe. "Cada semana nos llama algún cliente interesado en desconectarse de la red".
La clave no es solo que sea factible, sino que es legal. Isaac subraya esta palabra. "Para tener licencia de ocupación, una vivienda tiene que certificar que tiene luz y agua. El certificado de la luz te lo suele hacer una eléctrica, pero no es imprescindible: si tienes una instalación de autoconsumo, un ingeniero como nosotros te lo puede certificar también". El CEO de Quetzal cita de memoria los dos últimos casos: una vivienda unifamiliar en Aigües, y otra de reciente construcción en una pedanía murciana, en diciembre.
A pesar de que cada vez hay más conciencia, y mayor interés en ser autosuficiente, e incluso a pesar de la necesidad de dejar de depender de nucleares y fósiles, este alicantino considera que la postura del Gobierno español es bastante obstruccionista. "No vemos que haya cambiado demasiado desde que le puso el famoso 'impuesto al sol'", afirma. "Hay peajes para el autoconsumo, sobre todo en empresas, porque depende de la potencia contratada, y ahí siguen, aunque los han bajado algo, es todo lo que han hecho". Además, los trámites siguen siendo largos, aunque algunas comunidades autónomas tienen subvenciones al autoconsumo que animan el mercado.
Isaac se formó como ingeniero industrial en la UMH, en la promoción del 97. Luego emigró a Alemania, donde se formó en el campo de las renovables. De vuelta en Alicante, fundó Quetzal, donde ahora emplea a cuatro personas en la sede central, y seis colaboradores repartidos por España. Una estructura que permite a la consultora trabajar casi en cualquier parte, a través de acuerdos con instaladores locales. De hecho, donde más trabajo tienen en es Cataluña, Sevilla y Toledo. "Recibimos más encargos de Madrid hacia el sur, quizá por el clima, aunque Castilla y León tiene muchísimos días de sol", explica. Quetzal nació en el vivero de empresas de la UA, pasó por el polígono del Canastell y hace unos años dio el salto de startup a empresa. Aunque trabajan más con empresas (tienen mucho éxito entre las agrícolas, para abastecer instalaciones de riego), también tocan particulares.
"Una instalación de autoconsumo hoy en día cuesta alrededor del 10% de lo que costaba en 2008. Para una vivienda que instale 5 kilowatios (Kw), puede estar en unos 7.000 euros. Además, la inversión se rentabiliza en siete años, y la instalación tiene una vida garantizada de 25. Aunque en realidad algunas pueden llegar a durar 40 años", asegura. En cuanto a la financiación, los bancos suelen ser bastante receptivos a este tipo de inversiones, si se trata de una empresa. "Y la Generalitat va a abrir una nueva convocatoria de ayudas". Así las cosas, Quetzal encara con optimismo el ejercicio que acaba de empezar. El teléfono, asegura Isaac, no para de sonar.