ALICANTE. La tienda online de artículos para deporte de exterior Deporvillage, integrada desde el año pasado en el grupo de Sprinter, Iberian Sports Retail Group (ISRG), da el salto al canal físico. Junto a la inauguración de la mayor tienda hasta la fecha de la enseña alicantina de ropa y calzado deportivo, que abrió sus puertas en Madrid hace una semana, el grupo con sede en Alicante puso en marcha el primer establecimiento offline de Deporvillage, centrado en el ciclismo.
La tienda de Deporvillage, que ocupa 1.200 metros cuadrados en la planta superior de Sprinter, cuenta con un stock de 1.200 productos de 75 marcas, de las que 10 son de bicicletas. Para su primera tienda física, la marca ha apostado por el ciclismo porque es su categoría reina. “La vertical de ciclismo nos aporta entre el 43 y el 45% de nuestro negocio”, explica Amparo Cuerda, co-CEO de Deporvillage. El salto al mundo físico tras doce años comoe-commerce puro se explica porque “creemos en la omnicanalidad, y esta tienda es un experimento”.
Deporvillage busca entender “cómo se comportan los clientes en la compra física, sobre todo de bicicletas”, que es el producto más caro que vende la enseña. Una compra de esta envergadura suele ser muy meditada, y el cliente quiere verla, probarla, recibir asesoramiento especializado… antes de llevar a cabo el desembolso. Eso es lo que quiere ofrecer la firma con su canal físico, tal como explica Cuerda.
“Nosotros vendemos bicicletas profesionales, para deportistas especializados”, destaca, por lo que “requieren acompañamiento, asesoramiento, una atención especial para llevarse el mejor equipo que les permita avanzar en sus retos”. Para ello, el personal de la primera tienda de Deporvillage está formado por 12 profesionales que vienen del mundo del ciclismo. El salto físico no significa que la empresa pierda el foco, que sigue siendo el canal digital, asegura su co-CEO.
El local, donde hay disponibles 400 bicicletas entre la exposición y el almacén (y si algún modelo no está disponible en ese momento, se obtiene del stock de la tienda online), ofrece también multitud de accesorios tanto para la bicicleta como para su usuario, además de una zona de personalización para adaptar la bicicleta a la morfología del deportista, un taller que admite bicicletas de otras tiendas y un rincón chill out para esperar a ser atendido o cerrar las ventas de mayor importe. “El espacio físico nos permite poner en valor a las marcas que colaboran con nosotros, tantos en términos expositivos como de experiencia con el cliente”
Deporvillage ha apostado por ciclismo porque es la vertical más fuerte del negocio, entre el 43 y el 45%, pero una gran parte de esa facturación la aportan componentes y accesorios, y con la tienda “queremos representar mejor la bicicleta, que es la que vertebra, entender mejor al cliente y ganar experiencia y puntos de contacto”.
La tienda online valora el resultado del ejercicio 2022 como un éxito, porque mantuvo la facturación de 2021, en un contexto en que los operadores digitales estaban viendo cómo su negocio se ajustaba tras el pico de 2021. “En pandemia crecimos exponencialmente, y ese cliente no se ha ido. De hecho, tras el éxito de mantener el negocio el año pasado, proyectamos crecimiento a doble dígito para los siguientes: este año un 10-11%, y a partir de 2024 esperamos un crecimiento interanual del 20%”.
Cuerda se muestra optimista respecto al resultado del “experimento”, porque a pesar de que 2022 fue un año complejo para el ciclismo, “hemos percibido que el deporte en un sector resiliente”. En este sentido, avanza que en el mes de junio ya tienen prevista su segunda apertura, en este caso independizados de Sprinter, en la ciudad de Granada.
