ALICANTE. Nueva tentativa para salvar el funcionamiento de la Lonja de Pescado de Alicante. Y, además, de la mano de parte de los empresarios que habían asumido su explotación hasta hace una año, a través de la sociedad Llotja d'Alacant. La nueva propuesta que podría reflotar la actividad del edificio del Puerto parte de otra compañía que, en cierto modo, vendría a constituirse en su heredera. Se trata de Lonja Pesquera de Alicante, fundada por los empresarios Francisco José Mira (uno de los creadores de Llotja d'Alacant) y Pablo Díaz justo el mismo día en el que se produjo la extinción de la sociedad concesionaria precedente, como informó este diario.
Dicha compañía ha registrado una solicitud para asumir la gestión directa de las instalaciones de la Lonja, sin necesidad de concurrir a través de un concurso público, después de que la primera licitación convocada por la Autoridad Portuaria quedase desierta por falta de interesados el pasado mes de septiembre. Fuentes consultadas precisaron que la solicitud de explotación será analizada en el consejo de administración del Puerto previsto para mañana jueves y que, en principio, podría adoptarse una resolución favorable, toda vez que el planteamiento se ajusta al procedimiento requerido en aquellos supuestos en los que no se haya encontrado concesionario tras una primera convocatoria pública.
¿En qué consiste la nueva propuesta de Lonja Pesquera de Alicante? La compañía aspira a recuperar el uso del edificio como puesto de primera venta de pescado durante un periodo inicial de diez años, con la opción de solicitar otros cinco años adicionales. Es decir, el horizonte temporal previsto en el concurso declarado desierto. No obstante, la solicitud de concesión queda limitada solo a parte de la planta baja del edificio, de modo que la planta superior destinada al servicio de cantina y de oficinas quedarían disponibles para otros usos pendientes de una posible nueva licitación.
Así, Lonja Pesquera de Alicante pretendería utilizar el área dedicada a la recepción y preparación del pescado para su posterior subasta, así como las instalaciones asociadas a ese fin con la intención de poder dar pie a la venta de hielo y de cajas de transporte, entre otro usos. Para ello, la empresa habría comprometido la ejecución de determinadas obras de adaptación en el edificio con el propósito de mejorar su funcionalidad.
De aceptarse ese planteamiento, el Puerto se garantizaría la recuperación de la actividad prevista en el edificio sin necesidad de volver a convocar otro procedimiento abierto a posibles interesados. Y, además, obtendría el rédito de las correspondientes tasas de explotación que rigen en toda concesión portuaria.