Foto: RAFA MOLINA. BENIDORM. Después de ocho años donde las fuerzas de izquierdas han gobernado en la Comunitat Valenciana al tiempo que en Benidorm lo hacía el PP, el gobierno local tiene ahora en València a sus compañeros de filas en el poder. Dos legislaturas que han dado para que los populares reclamaran diferentes inversiones que, en algunos casos se les ha dado respuesta, y en otros muchos siguen a la espera. Un tira y afloja con el Botànic que se traslada al gobierno de Carlos Mazón y donde los colores políticos dejarán de ser una excusa para no lograrlo.
Son varios los asuntos que dependen del gobierno autonómico y que se han enquistado en estos años. Uno de los principales está en la finalización del IES Pere Maria Orts i Bosch. Las obras del centro, como es sabido, comenzaron en 2009, bajo el mandato del PP con Francisco Camps como presidente. Sin embargo, no se llegaron a terminar, dejando a los alumnos en barracones que se emplazaron allí mientras se terminaba el edificio pero que se quedaron hasta encontrar una respuesta.
No fue hasta el 2018 cuando se retomaron las obras, ya con inversiones que provenían del Botànic. Pero no todo iba a ser fácil, se encontraron problemas en la estructura con las que no contaban, y la solución pasaba por derribar uno de los edificios, lo que se salía del presupuesto asignado al contrato y tenían que iniciar de nuevo el procedimiento de redacción de los nuevos proyectos, pliegos, etc. Una situación que todavía no se ha terminado de solventar y que será el nuevo conseller de Educación, José Antonio Rovira, el que tendrá en sus manos rematar la faena que en un día comenzó su partido hace 14 años.
Lo que se sabe hasta ahora es que hay una empresa encargada de elaborar el nuevo proyecto, mientras que Educación es la encargada de revisarlo y aprobarlo para volver a licitar la obra. En los últimos meses, el alcalde de Benidorm, Toni Pérez, reclamaba que se les dejara construir el centro.
Una historia parecida cuenta el centro cultural. Comenzó bajo el mandato del PP en la Comunitat Valenciana a principios de los 2000, pero las obras no se llegaron a terminar. Tras más de una década con un esqueleto de hormigón en pleno corazón del Rincón de Loix, las obras se retomaron cuando, en este caso sí, los gobiernos autonómico y local consiguieron ponerse de acuerdo para acabarlo por fases, de nuevo con Ximo Puig de president y Toni Pérez de alcalde. La primera fase está terminada, ahora es cuestión de que la segunda, y en teoría última, cuente con el apoyo del nuevo gobierno valenciano.
De momento, y antes de que hubiera un cambio de gobierno, la cuestión era sentar las bases entre ambas administraciones, con un integrante más, la Sociedad de Proyectos para la Transformación Digital (SPTD), antes Sociedad de Proyectos Temáticos de la Comunitat Valenciana (SPTCV).
En materia de turismo hay dos cuestiones claras. Por un lado, trasladar la sede de la Conselleria de Turismo a Benidorm, cosa que no se ha hecho en el mes que lleva Mazón en el cargo, aunque sí que ha escogido para el cargo a Nuria Montes, quien hasta entonces era la secretaria general de la patronal hotelera Hosbec, con sede en la capital turística. Esta cuestión, que se reclama desde hace años, y que el propio Puig llegó a prometer sin cumplirlo, también lo llegaron a defender desde el PP de Benidorm sin ir más lejos en la campaña de las elecciones municipales celebradas hace tres meses.
Por otro lado, la derogación de la tasa turística. Una batalla que encarnó el PP pero también la propia Montes desde su cargo en la asociación. Ha sido ella precisamente la encargada de anunciar que será "papel mojado" antes de finalizar el año.
Pero eso no es todo, ocho años dan para mucho, y hay asuntos que siguen pendientes. Es el caso de la demolición de Gemelos 28, las conocidas como torres de Punta Llisera. La sentencia es clara, las licencias no se tendrían que haber dado en su momento, sobrepasa el límite de Costas y por tanto, hay que derribarlo. Sin embargo, la Generalitat no ha llegado a tomar una decisión al respecto, y siguen a la espera de que haya una resolución que pasa por lo que se determine en una comisión formada por el Ayuntamiento, el Consell y el Estado.
En esta misma zona hay otra cuestión pendiente. La revisión del Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) de Serra Gelada. En febrero de este año el gobierno local del PP recordaba que llevaban cuatro años pendientes de que le dieran una respuesta para desbloquear la construcción de una balsa para uso agrícola situada en el Parque Natural.
Y sin ir más lejos, también en Serra Gelada, el pleno del Ayuntamiento de Benidorm aprobó la anulación del convenio con los empresarios, comprometiendo a que sea la Generalitat la que deba asumir las indemnizaciones a los empresarios que no puedan desarrollar urbanísticamente las parcelas protegidas. Ambas cuestiones tendrán un nuevo interlocutor afín.
Y eso no es todo, sigue sin resolución aparente la petición de la concesión de los autobuses urbanos que el PP quería rescatar, la construcción de una escuela infantil en Foietes o el centro de salud de Els Tolls que prometieron los populares en campaña.
