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entrevista | el promotor mexicano de grupo veq busca inversiones en alicante

Jack Levy: "Los empresarios aportamos valor, los que solo lo quitan tienen otro nombre"

jack levy veq capital
2/11/2022 - 

ALICANTE. “Que mi papá se enfermase cuando yo tenía 17 años y me viese obligado a convertirme en empresario me salvó la vida”. Jack Levy, el principal promotor del estado mexicano de Jalisco, al frente de Grupo Veq, una de las cinco constructoras mexicanas que más ha crecido en el último año (factura 350 millones de dólares y tiene obras por valor de 8.000 millones en marcha), es un convencido del valor social que aportan los empresarios, y trata de evangelizar a la clase industrial allá donde va. Su receta, revolucionaria de puro simple, consiste en emprender con el ánimo de aportar valor a la sociedad y no a la cuenta corriente de uno mismo, ser justo con tus empleados, proveedores y clientes, y reinvertir el beneficio de la empresa (una vez remunerada la inversión de los socios) para mejorar el entorno.

Hace unos días, Levy estuvo en Alicante invitado por la consultora inmobiliaria especializada en operaciones singulares Equilibra, de Pedro Menárguez y Agustín Bascuñana, para reunirse con los principales empresarios del sector inmobiliario y hotelero de la provincia y estudiar posibles inversiones juntos, tanto en Alicante como en México. “El mercado de Alicante tiene muchas similitudes con el de México por los valores que comparten, pero también muchas diferencias”, indica Levy. “México está creciendo mucho más, con la natalidad más alta que nunca, solo superada por Israel, mientras Alicante es un mercado más maduro, y el mix de inversiones tiene que ser distinto”. El fundador de Grupo Veq destaca, para los interesados en explorar el sector en su país, que “es más volátil, con más oportunidades, y tener de vecino a Estados Unidos permite marcar otros precios: en Cancún, Puerto Bayarta, Los Cabos… puedes comprar y construir en pesos y vender en dólares”.

Ese escenario y el saber aprovecharlo es lo que ha disparado a Grupo Veq, fundada en 2004 cuando Levy ya había acometido algunas promociones singulares en compañía de otros inversores, como la torre más alta de Guadalajara. Actualmente, su empresa tiene una rentabilidad del 25%, cuando el margen más elevado que se ve en el inmobiliario español ronda el 10%. Pero el promotor se centra y vuelve a llevar la conversación por donde le interesa: “Una empresa que no es rentable no puede generar empleo ni ayudar a su comunidad”, admite. “Hay mucha gente que equivoca el motivo para ser empresario; uno emprende pensando en qué valor puede aportar a la sociedad; ser empresario, idóneamente, consiste en participar en un intercambio de valor: tu das un servicio a la sociedad, que lo intercambia por dinero. Si no aportas valor a la sociedad y solo lo quitas, eso no es ser empresario, tiene otro nombre”.

Un momento de la entrevista con Levy en la sede de Equilibra. Foto: RAFA MOLINA

En el fondo, Levy es un fan del capitalismo, pero entendido desde otra dimensión muy distinta a la de los postulados que pintan al empresario, en el imaginario de izquierdas, como aquel que protagonizaba la portada del LP ‘El vals del obrero’ de Ska-P. “Confundimos el capitalismo con el materialismo, que consiste en acumular cosas, cuantas más mejor, y a costa de lo que sea. Esa idea conduce a un tipo de dictadura muy peligrosa, pero en el auténtico capitalismo, el que da oportunidades, si todos producimos tenemos cada vez más para todos. La culpa de esta confusión es de que hemos identificado la calidad de vida con tener muchas cosas. Pero tener muchas cosas no es calidad de vida, solo es tener muchas cosas”. Claro que hay mucho de actitud personal en cómo funciona el sistema: “Ser un empresario considerado requiere más esfuerzo que no serlo, es un tema de comodidad, qué tanto esfuerzo estamos dispuestos a poner”. Levy exclama que “cuando uno logra algo sin esfuerzo no es porque sea más listo, es que es más flojo”.

Grupo Veq: ser considerado sale rentable

Durante la pandemia, Grupo Veq decidió que no iba a despedir a nadie, y siguió pagando la misma nómina pero con mucho menos trabajo. Así que en vez de contraerse, se expandió: si antes solo promovía, en 2020 comenzó a construir directamente en vez de subcontratar, y a administrar los edificios que levantaba. “El resultado fue que con menos negocio inmobiliario, terminamos trabajando más y tuvimos que contratar más gente, cuando el objetivo era no despedir”. Levy defiende en este aspecto también la honestidad. Pagar lo justo, tratar bien a tus colaboradores, no intentar engañarlos. “No toleramos que nuestros empleados maltraten a un proveedor aún cuando sea para beneficiar a la empresa, lo paramos. Porque a lo mejor de donde viene sí lo hacían así. Y si ese proveedor sigue contigo pese a engañarlo, es que no puede ser un buen proveedor”, argumenta. “¿Cómo va a ser rentable tener en tu empresa a gente a la que solo le han enseñado a quitar?” Entre el crecimiento de la empresa y la filosofía que aplica a todo su fundador, en México ya se empieza a escuchar “yo quiero trabajar en Veq”.

Foto: RAFA MOLINA

Uno de los objetivos ‘sociales’ de este empresario famoso por su filantropía, “tristemente porque ven como filantropía lo que debería ser normal”, es mejorar la educación de su país. No guarda un buen recuerdo de su paso por la escuela, y cree que tiene mucho que ver con que “crecimos valorando el resultado, y no el proceso para conseguirlo”, y eso “crea malos empresarios”. “A ti te premian por el resultado, no por cómo lo conseguiste, a partir de un 8 te toca aplauso, y da igual si hiciste trampa o lastimaste a otro; pues si eso aplaudimos, eso tendremos”, lamenta. Por ello, buena parte de la reinversión del beneficio de Veq en mejoras sociales está destinada a la educación, a la que ve como un antídoto contra el populismo. “Si educamos en valores, es más difícil que uno llegue a robar”, defiende. “El objetivo de Veq es llegar a tener un tamaño que nos permita invertir de forma constante, tener utilidades para apoyar la educación”.

Levy cree que hay muchos más empresarios como él que del otro lado, aunque “los mediocres se apoyan entre ellos, porque el sistema que hicimos incentiva eso”. A su juicio, “hay mucha gente que sí quiere hacer las cosas bien, pero no sabe cómo porque le enseñaron lo otro, y nosotros queremos ayudar también a ver dónde se pueden realizar inversiones con valores”. En el caso de Alicante, Levy ha estado estudiando posibles proyectos hoteleros y de senior living, un sector cada vez más en boga por la pirámide demográfica europea y alicantina. “Queremos llevar inversión de España a México y viceversa, porque aunque aquí haya una rentabilidad más baja existe mucha más solidez; se trata de crear sinergias y usar la estrategia de la polinización”, avanza. Y admite que, tras las reuniones mantenidas en Alicante de la mano de Equilibra (que entraría como inversor, además de como intermediario), “ya hemos cerrado algunos acuerdos”.

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