ELCHE. El Ayuntamiento sigue ordenando poco a poco las piezas del rompecabezas patrimonial que tiene el término municipal, con planes y catálogos desfasados que se ha propuesto renovar. Una de las cuestiones pendientes es la de extender la tutela arqueológica al Recinto Histórico Artístico y al barrio del Raval y el Salvador, señalando estas como Áreas de Vigilancia Arqueológica. Algo que se venía realizando de facto hasta ahora, aunque no está reflejado en los instrumentos urbanísticos municipales.
De esta forma, la Junta de Gobierno acordaba este viernes emitir el informe ambiental y territorial estratégico favorable para la modificación puntual estructural del Catálogo de Protecciones, incluyendo estas dos áreas. No se trata del primer intento que realiza el equipo de gobierno, ya que en 2018 la oposición en bloque se abstuvo impidiendo la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para ampliar esa protección patrimonial. Entonces, la conselleria responsable de urbanismo había dado el visto bueno a nivel ambiental y territorial estratégico.
Ahora el trámite es diferente, el propio Consistorio constituido como órgano ambiental da ese visto bueno ambiental y territorial estratégico, aunque también tendrá que pasar por el pleno la aprobación inicial del documento, que ahora volverá a exposición pública. Tras ello, si no hay alegaciones y se consolida esa aprobación, pasará por el pleno, aunque será la conselleria de Cultura, competente en materia patrimonial, la que tenga que aprobar definitivamente esta tutela arqueológica. Aunque se viene haciendo de facto desde 2018, cada actuación y remoción de obras para nuevas construcciones o demoliciones precisan del permiso de la Generalitat.
Con esta propuesta se delimitan las dos áreas de vigilancia arqueológica afectadas por el casco histórico, la del Recinto Histórico Artístico y la del Salvador. En total, es una gran área que abarca la mayoría del Núcleo Histórico Tradicional (NHT), salvo el lado Oeste del río. Está delimitada por la ladera del río Vinalopó, en la calle Lluna, hasta Filet de Fora. En el eje Norte-Sur, desde el Palacio de Altamira y el Mahe y a la altura de Carrer Porta d'Alacant, hasta Carrer Fray Luis León, finalizando prácticamente en Pedro Juan Perpiñán.
Por otra parte, ligada a esta iniciativa de protección arqueológica está la de protección patrimonial, ya que está en trámite el nuevo Plan Especial del Conjunto Histórico-Artístico (CHA) Histórico, lo que habitualmente se conoce como el 'casco histórico', es decir, toda el área patrimonial, que está catalogadoa como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1968, aunque desfasada y con planes sectoriales que no están cohesionados entre sí. Por tanto, fusionará ese BIC con los mencionados planes posteriores aprobados; unificando dichas delimitaciones con la del Recinto Histórico Artístico delimitado por el Plan General en 1998 o la del Plan Especial de la Plaça de Baix de 2010.
Se busca unificar la delimitación del Conjunto Histórico Artístico con la de la Vila Murada y para se plantean dos alternativas de ampliación del CHA, una es unificando los distintos recintos BICs en una sola delimitación, bajo la denominación de Conjunto Histórico Artístico-Vila Murada d’Elx. Engloba el perímetro de la Vila Murada, y la del Conjunto Histórico Artístico declarado en 1968. La otra propuesta ajusta con mayor precisión el perímetro del Conjunto Histórico Artístico al de la Vila Murada. Aunque para ello excluye de la delimitación el palacio Jorge Juan y el convento de Nuestra Señora de la Merced (Clarisas), ambos situados extramuros, y para los que desde el nuevo Catálogo de Protecciones de Elche deberá delimitarse su propio entorno de protección acorde con la naturaleza del bien protegido en cada caso.