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De prosperar la propuesta de Rubiales para concluir la temporada en el fútbol aficionado

El Hércules está a un paso de salvarse en los despachos del descenso a Tercera División 

14/04/2020 - 

ALICANTE. Al más puro estilo Enrique Ortiz y demás cómplices. En los despachos, con poca luz y sin taquígrafos, así está a punto de eludir el Hércules el descenso a Tercera División para alegría de su sufrida afición.

No sería gracias a la declaración de la temporada como nula (la 'solución' por la que alguno de esos cómplices y cooperadores necesarios para los ya 20 años de ruina en Foguerer Romeu Zarandieta implora desde hace semanas), sino por un giro de 180 grados protagonizado por el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), un Luis Rubiales al que se conoce bien en Alicante: un mes después de defender que la competición debía finalizar tal y como estaba previsto, que no se podían cambiar las normas a mitad de partido por mucha pandemia de Covid-19, y que si hacía falta se jugaría más allá del 30 de junio, Rubiales se descolgaba este martes desvelando que había trasladado por carta a las Federaciones Territoriales una propuesta por la que plantea dar por terminada la Liga regular en todas las categorías del fútbol aficionado, empezando por la Segunda División B (en la que restan diez jornadas por disputarse), sin que haya descensos pero sí ascensos, decidiéndose estos en una suerte de 'play-off' a partido único. Lo anterior permitiría que fuera sobre el césped donde se ganaran el derecho a ascender el número de equipos previsto de antemano, pero también conllevaría unos grupos en Segunda B con más integrantes. 

Como la seguridad jurídica en estos tiempos de pandemia no parece ser una preocupación para Gobierno, Consejo Superior de Deportes (al que algunas fuentes señalan como inductor para el súbito cambio de registro de Rubiales) y Federaciones, empezando por la de fútbol, la propuesta que parte desde la Ciudad del Fútbol de Las Rozas puede desde esconder una reforma profunda del fútbol aficionado (ahora habría tiempo, por ejemplo, para instaurar una Liga de filiales y compensar así el exceso de equipos en Segunda B) a ser una solución de emergencia que sin contentar a todos sí lo haga a la mayoría (algo que está por ver), una maniobra de Rubiales para ganarse apoyos de cara a las elecciones o simplemente un brindis al sol para tapar su imputación por falsedad documental que desvelaba el diario ABC la misma tarde del martes.

Cautela

El planteamiento de Rubiales necesita del visto bueno de las Federaciones Territoriales y, especialmente, de los clubes en una Asamblea General, por lo que no se puede garantizar que vaya a salir adelante. Hay varios clubes que deslizan su voluntad de demandar a la RFEF y está el problema del grupo III de Segunda B, donde está pendiente de resolverse un recurso del Villarreal ante el Tribunal Administrativo del Deporte que daría una vuelco a la cabeza de la tabla (provocando un empate que no se podría resolver con las reglas fijadas al no haber jugado todos contra todos). Ahora bien, la realidad es que la propuesta de Rubiales, por venir precisamente de él, como presidente de la RFEF (y siempre que no vaya de farol), debería tener muchos más visos de prosperar que de no hacerlo.

En el Hércules, uno de los grandes beneficiados de que saliera adelante (firma su peor temporada en sus casi cien años de vida: es antepenúltimo a dos puntos de la salvación), apostaban por la cautela cuando se les pedía una valoración. 

El presidente del club blanquiazul, Quique Hernández, insistía en que "solo es una propuesta", abogaba por la "prudencia" y "ver cómo se desarrollan los acontecimientos", al tiempo que insistía en que "lo más importante en este momento es poder frenar la pandemia".

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