ELCHE. El jueves el Institut d’Estudis Comarcals del Baix Vinalopó organizó una jornada para dar a conocer y fomentar la difusión sobre el patrimonio militar ilicitano, tanto de los refugios de la Guerra Civil como el existente en el Clot de Galvany, Paraje Natural Municipal que también tiene algo que decir a este respecto. Conocidos son sus búnkeres y baterías antiaéreas, amoldadas al entorno y al paisaje que les rodean. Un paisaje singular que ha hecho que la Conselleria de Cultura empiece los trámites para declararlo Bien de Interés Cultural (BIC). Una noticia que llega tan sólo unos días después de que el pleno ilicitano aprobara blindar el paraje.
En este caso, se trataría de la primera declaración BIC a patrimonio de la Guerra Civil en toda la Comunitat Valenciana. La idea de hacer ese reconocimiento y promover esa protección a este asentamiento militar es por lo completo y diverso que es, ya que estas defensas se encargaban de defender la costa y la tierra por posibles desembarcos. Unos desembarcos que nunca llegaron a realizarse, como tampoco a usarse estos sistemas defensivos que también incluían trincheras. De hecho, más allá de lo estrictamente militar, también hay cuadras y aljibes, que forman parte de este ecosistema, porque los militares vivían allí.
En cualquier caso, este BIC correspondería a Elche y Santa Pola, ya que se encuentra en los dos municipios. Por el momento, desde la Conselleria ya se han iniciado los primeros trámites, que son los de hacer un informe sobre lo que allí se encuentra y sus características. En ese sentido, el encargado de la Sección de Difusión Cultural de la Conselleria de Cultura y coordinador del catálogo del patrimonio valenciano de la Guerra Civil, Edelmir Galdón explica que “es incomprensible que Elche y Santa Pola no se coordinen para esta puesta en valor”, y apunta que es una buena oportunidad para empezar a coordinar conjuntamente estos trabajos. Galdón destaca de este enclave el fortín del Clot de Galvany, el mejor de todos los de la Comunitat Valenciana, que fue construido por los republicanos. Tiene dos pisos, forma una especie de isla al estar rodeado de agua y tiene características únicas, como una estructura en la parte delantera en la que parece que se situaban los lanzadores de morteros, indica Galdón.
Asimismo, el arquitecto municipal, Julio Sagasta, que también estuvo en las jornadas, indicó que el asunto del BIC podría ser problemático al ser cosa de dos municipios, ya que además podrían entrar en juego intereses privados cercanos colindantes con el Clot. En cualquier caso, el técnico valenciano indica que se podría casi reconstruir la línea de trincheras que casi no existe en el territorio valenciano y que atañe a las dos partes del Clot —separado por la carretera—, e incluso apunta que por el peligro de la carretera, en la propuesta construir un paso peatonal y de bicicletas de un lado a otro, reordenando también las torres al lado del búnker. Se está planteando el tema para sacarlo adelante tan pronto como sea posible, eso sí “evitando que se hagan restauraciones de puesta en valor con poco valor, convirtiendo el lugar en un parque temático con mesas, bancos…”. Galdón opina que hay que dejarlo como estaba, que es lo más respetuoso.
Un camino, el de la protección, que ya se inició al incluir estos refugios y restos en el Plan Especial del Clot de Galvany, y que el año pasado el Ayuntamiento ya anunció que tenía la intención de explotar a nivel turístico y cultural, colaborando con la Conselleria, aunque por el momento poco más se ha sabido del tema hasta la noticia del BIC.