ELCHE. Desde la pandemia, el sector de los componentes para el calzado viene registrando, como otras industrias, problemas derivados de la situación internacional. Primero por la covid y después por la inestabilidad por la guerra de Rusia y Ucrania. Una situación que ha golpeado el mercado a nivel internacional, provocando una inflación generalizada que deriva en un menor consumo de moda, siempre secundario, y al que suele ser muy sensible tanto el calzado como su industria auxiliar. Con todo, tienen buenas expectativas con la edición número 50 de Futurmoda, aunque el sector sigue buscando oxígeno en la diversificación o nuevos nichos de mercado.
La patronal, la Asociación Español de Componentes (AEC) afronta la feria con optimismo, pero reconocen que no es la mejor situación. Así lo indicaba este lunes el presidente de la misma, Manuel Román, quien destaca la flexibilidad del sector para intentar sobreponerse a la realidad. A este respecto, el nivel de la inflación ha reducido el índice de producción industrial en el calzado (a pesar de sus buenas cifras recientes de exportación), lo que afecta a los componentes como industria auxiliar, aunque se está captando nuevo mercado más allá de Europa, tradicional consumidor, como Turquía, Pakistán, Argelia, Argentina, Chile, Colombia, Nigeria o India, entre otros. Se está fabricando más producto para terceros países que empiezan a comprar en España por la calidad.
Este aumento de la producción es una de las opciones para combatir la bajada de fabricación de calzado y por ende, el consumo por la inflación general. La otra evidente es la diversificación, que Román apunta a que desde hace 15 o 20 años se anima a las compañías a que se lancen hacia otros sectores y que no se queden solo en el calzado por su exposición a estas inestabilidades. Precisamente uno de estos nichos recientes que ofrecen ahora una nueva vía es la efervescente industria aeroespacial ilicitana. Román destaca sobre todo el papel de los adhesivos, metal, productos químicos o serigrafía como ejemplos de diversificación. Las que sobre todo colaboran con la aeroespacial "son las de adhesivos por los composites que permiten ahorro de peso y aluminio o soldaduras a través de estos".
Una facilidad relativa para cambiar que no permite por ejemplo el calzado. "A nosotros nos ha permitido sobrevivir a muchas crisis", aunque al ser su principal aliado, siempre se pueden resentir. Y la otra vía para salir de estas situaciones es la reducción del gasto siendo más eficientes, aunque Román advierte que cada vez hay menos margen de negociación. No solo de los salarios, sino de la energía, "que tiene poco recorrido ya" o los productos químicos, "que vienen impuestos por las multinacionales, las fusiones de secciones entre ellas han hecho que casi sea un oligopolio o monopolio en cubierto. No se pueden negociar las materias primas". Problemas que junto a la subida de los intereses dejan ya en un segundo plano los problemas de importaciones y fletes que eran el principal quebradero de cabeza tras la pandemia por la especulación con las materias primas.
Por último, siempre de fondo, la fabricación en China, que concentra más del 80% de todo el sector. Un ejemplo es que fabricantes de países que solían acudir a Futurmoda como Marruecos o Países Bajos, ya no lo hacen, porque lo hacen a Asia, al igual que tampoco acuden agentes y visitantes de Estados Unidos, porque también focalizan allí su producto.