ALICANTE. Amparo Navarro (catedrática de Derecho Tributario y Financiero; Alicante, 1962) se convirtió en 2020 en la primera mujer que asumía las riendas de la Universidad de Alicante (UA) como rectora en sus más de 45 años de historia. Cuatro años después, está dispuesta a revalidar esa responsabilidad en el nuevo proceso electoral que se convocará tras el inicio del próximo curso académico, en el último trimestre de este ejercicio, con la intención de concluir la ejecución de los planes promovidos en su primer mandato e impulsar otros, como la renovación de plantillas.
En esta conversación con Alicante Plaza, solo un día después de que trascendiese el anuncio de su investidura como doctora honoris causa por parte de la Universidad del Vale do Itajaí de Brasil, pasa revista al curso 2023-2024, anticipa las novedades del venidero y desgrana cuál serán sus nuevos objetivos en el caso de que la comunidad universitaria le dé su respaldo mayoritario para continuar en el cargo. Entre ellos, al margen del relevo generacional entre el profesorado, aspira a dejar cerrada la negociación del Plan de Financiación Plurianual y a poner en marcha las primeras actuaciones en el campus oeste, donde ya se sitúa el Parque Científico.
-¿Cómo ha llegado la Universidad de Alicante al cierre del curso académico?
-Ha llegado muy bien. Como todos los años, con el periodo de exámenes, en las convocatorias de mayo y de julio, y con la alegría de haber celebrado las pruebas EBAU, la llamada selectividad, que hace que el curso que viene, vaya a venir una nueva generación al campus.
-Ya que menciona la EBAU. Estamos en pleno debate sobre su modificación. ¿Cómo entiende la UA que debería ser esa prueba?
-La prueba está cambiando porque, efectivamente, los contenidos y las competencias que se exigen tanto en la universidad actual como en el bachillerato, han cambiado. Hay algunas iniciativas de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) y de algunas autonomías para llegar a cierta armonización dentro de lo posible, porque los contenidos del bachillerato son diferentes en las distintas autonomías, pero sí se puede ver de forma positiva que se armonicen algunas cuestiones. Algunas de tipo formal, como las fechas de celebración de las pruebas, el modo de corrección, o las competencias que deben tener los estudiantes al llegar a la universidad.
-¿La UA ha llegado a trasladar alguna propuesta concreta al respecto?
-En este momento se está estudiando en un grupo de trabajo de la sectorial de estudiantes de la CRUE, pero aún no hay un documento oficial. Se está trabajando tanto desde la CRUE como desde el Ministerio y con las comunidades autónomas.
Sobre la EBAU: "La uniformidad total no es posible y, probablemente, tampoco deseable. Tenemos comunidades autónomas en las que hay dos lenguas cooficiales y otras en las que no las hay [...]. Pero sí es cierto que se pueden hacer cosas de forma común"
-Pero sí comenta que sería positiva cierta homogeneidad, aunque no uniformidad ¿no?
-La uniformidad total no es posible y, probablemente, tampoco deseable. Tenemos comunidades autónomas en las que hay dos lenguas cooficiales y otras en las que no las hay. Solo eso ya diferencia el contenido de las pruebas. Pero sí es cierto que se pueden hacer cosas de forma común. Entre ellas, la propia fecha. Como después hay que formalizar la prescripción en 17 distritos, la posibilidad de que todos empezáramos y termináramos a la vez -una cosa tan sencilla- sería importante. Y luego, creo que hay competencias comunes a cualquier estudiante universitario -que además también se mueve en todo el territorio nacional- y que cualquier universidad considera necesarias. Hablo, por ejemplo, de las habilidades en idiomas, además de los oficiales, como el inglés, en otras lenguas extranjeras. También, de las habilidades de escribir bien; de tener espíritu crítico ante un determinado texto; la oralidad, hablar bien ante cualquier presentación; el trabajo en equipo; el trabajo autónomo por parte del alumno... Son habilidades comunes y que cualquier universidad nacional o extranjera exige a un alumno universitario.
-¿Cuál es la percepción que se tiene en la UA sobre el nivel en el que llegan los nuevos alumnos?
-Soy muy optimista con las nuevas generaciones, y no pienso que estén menos preparados. Pienso que están preparados en competencias diferentes respecto a las que estaban los alumnos de hace 40 años. Me parece que están muy preparados en temas de idiomas, conocen más idiomas que conocían los alumnos de hace 40 años. Son nativos digitales y, por tanto, tienen unas habilidades con las nuevas tecnologías que no tenían los alumnos de hace décadas. Eso supone que tienen una mayor habilidad para la búsqueda de información. Y también una predisposición a la movilidad, puesto que no les asusta hacer programas de movilidad, conocer otros países, y otras universidades. Esas nuevas habilidades, que por otra parte son las que exige el mundo actual, son las que la universidad debe aprovechar en sus procesos de aprendizaje.
"Soy muy optimista con las nuevas generaciones, y no pienso que estén menos preparadas. Pienso que están preparadas en competencias diferentes respecto a las que estaban los alumnos de hace 40 años"
-Recuperando el hilo sobre el fin del curso académico. Entre otras novedades, ha sido el primer año del grado de Medicina y el de Ingeniería en Inteligencia Artificial. ¿Qué tal han funcionado y qué se espera en esas especializaciones para el próximo curso?
-Han funcionado muy bien. Hay un grado de satisfacción muy alto tanto del profesorado que los ha impartido como de los propios estudiantes. Siempre hay una comisión por curso académico y un coordinador de grado y en ambos casos me transmiten que el grado de satisfacción ha sido altísimo. Eso ilusiona tanto al profesorado que el año que viene empiece el segundo curso, y también tranquiliza a los alumnos que empiezan este año primer curso, porque ya tienen la referencia de los alumnos que han pasado por esa experiencia.
-¿Alguna necesidad o mejora que haya que adoptar en ambos grados?
-El primer curso estuvo marcado, en el caso de Medicina, por la construcción del aula de anatomía, que ya está en pleno funcionamiento. No ha habido ninguna dificultad, pero sí pasé personalmente algunos nervios ante la posibilidad de que no estuviera a tiempo. Y lo estuvo. Pero en este curso, no lo voy a pasar mal, porque está todo correcto. Siempre cualquier comienzo genera inquietud, pero como era de prever, ha salido bien.
-Ya que hablamos de titulaciones, ¿cuáles van a ser los nuevos grados que se prevé ofertar a partir de septiembre y qué respuesta están teniendo en cuanto a matriculaciones, si ya hay datos sobre ello?
-Los dos nuevos grados son Logopedia, que se ofertará desde Ciencias de la Salud, e Ingeniería Aeroespacial. Aún no tenemos datos porque los datos de preinscripción saldrán el día 15, pero siempre que se presenta una memoria para autorizar cualquier grado nuevo, se hace una prospección de cuáles son las necesidades del mercado en esas titulaciones, su arraigo en el territorio. Y el sondeo previo es satisfactorio. Por eso se inicia ese grado. Así que tenemos la percepción de que el grado de preinscripción será alto.
-En cuanto a servicios, infraestructuras o equipamientos nuevos, ¿qué se espera para ese próximo curso, al margen del paso subterráneo de la A-77a, que ya está en construcción?
-Este año ya inauguramos el edificio del Parque Científico, en el campus oeste. Hicimos la construcción del aula de anatomía. Hemos hecho muchas reformas de mantenimiento y de ahorro energético. Se ha cambiado la iluminaria a led y se ha construido y se está construyendo todas las plantas solares fotovoltaicas. Se están llevando a cabo las obras de mantenimiento o rehabilitación de determinadas facultades, que eran muy necesarias, en ascensores, aseos, cubiertas, etc. Pero nuestra gran idea sería empezar a construir nuevas infraestructuras que son muy necesarias.
-¿Cuáles serían?
-Las necesarias en el ámbito de la Facultad de Ciencias, la rehabilitación y la construcción ya licitada de la parte antigua, los pabellones donde está la Facultad de Ciencias. Toda la climatización y reforma de la Escuela Politécnica, en su edificio IV. La cubierta de la Facultad de Económicas. El aire acondicionado y aseos de la Facultad de Derecho y la reforma de la Facultad de Filosofía y Letras. Y, por supuesto, el proyecto de rehabilitación del Colegio Mayor.
-Una de las principales apuestas de la UA está siendo el crecimiento de su Parque Científico. ¿En qué estado está su desarrollo? ¿Qué trámites quedan para que se puedan ver obras de su ampliación?
-El campus oeste ya es una realidad. Hay algunos edificios muy ligados a la investigación, como el de Institutos de Investigación, Servicios técnicos, el edificio del Parque Científico, el Invernadero, el Animalario... Pero queremos, cuando tengamos financiación para nuevas infraestructuras, que allí haya también infraestructuras docentes, que también haya -y sería un lugar ideal para ello- nuevas facultades, que ahora están muy desperdigadas por el campus. Pero, además de los terrenos que ya tenemos allí y que están urbanizados, el Ayuntamiento de Alicante, junto a la UA, está estudiando el plan de ordenación urbana para la ampliación de los 800.000 metros cuadrados que están aún sin urbanizar en ese campus oeste, y que parte de ellos pertenecen a la UA. Nuestro gran sueño y reto de futuro es precisamente la construcción y la ampliación de la universidad en ese campus oeste, que es algo más que el Parque Científico.
"Ahora se va a producir la construcción, a través de un convenio con la Fundación Laboral de la Construcción, de un edificio emblemático que puede dar servicio a los ámbitos de Arquitectura e Ingeniería Civil, porque está muy relacionada con ese edificio"
-¿Está definido ya qué facultades podrían situarse en ese desarrollo del campus oeste?
-Por su especialización, parece pertinente que transitaran las facultades del tipo científico y tecnológico. Pero todo ello requiere un plan estratégico, muy consensuado con toda la comunidad universitaria. Sí es verdad que ahora se va a producir la construcción, a través de un convenio con la Fundación Laboral de la Construcción, de un edificio emblemático que puede dar servicio a los ámbitos de Arquitectura e Ingeniería Civil, porque está muy relacionada con ese edificio. Ese edificio no se va a construir con fondos de la UA, sino con fondos externos, de la Fundación, que se ha fijado en la UA para su desarrollo.
-¿Y para la urbanización de esos 800.000 metros cuadrados hay algún calendario estimado o objetivo previsto?
-Esperamos que en el próximo mandato. Sí que ya están muy avanzadas las conversaciones con el Ayuntamiento, y con otros propietarios, para la urbanización de esos terrenos, y esperamos que más pronto que tarde sea una realidad y se pueda llevar a cabo.
-Todos los terrenos no son propiedad de la UA. ¿La idea es adquirirlos?
-No. Hay una gran cantidad de terrenos que sí son de la UA y otros que son de otros propietarios y también del Ayuntamiento. La idea no es comprar más. Tenemos muchos, de la zona urbanizada, y de la no urbanizada. Ahora tendremos que ponernos de acuerdo sobre cómo puede urbanizarse y albergar empresas de base tecnológica vinculadas al Parque Científico, como ya ocurre en la parte urbanizada, y qué terrenos serán también de carácter dotacional para funciones de docencia e investigación de la propia universidad. Las funciones básicas de la universidad de investigación y docencia necesitan espacio. Ese espacio lo tenemos. Lo que necesitamos es financiación para llevar a cabo la construcción de esas infraestructuras.
-Más tarde retomaremos el tema de la financiación. Pero, ¿qué réditos se está obteniendo ya a partir de la labor desarrollada en ese espacio concreto del Parque Científico?
-Muchos. Se han creado empresas de base tecnológica, que desarrollan resultados de la investigación llevada a cabo por grupos de nuestro campus. Además, hemos vinculado a empresas intensivas en investigación, que nos permiten que nuestros estudiantes hagan prácticas en esas empresas, y que permiten que esas empresas colaboren en nuestros grupos de investigación, en la financiación de proyectos de investigación. Nos ha permitido desarrollar las llamadas tesis o doctorados industriales, en las que se hacen tesis en temas que son de especial interés para las empresas, y que además permiten a los estudiantes de doctorado, tener un contrato predoctoral financiado entre la universidad y las empresas. Y desde luego, nos permite desarrollar toda la función a la que estamos obligados, de transferencia de la investigación, que no se quede en los laboratorios, sino que llegue a la empresas y nos permita que nuestra provincia tenga un modelo productivo y económico basado en la investigación.
-Acaba de anticipar alguna pincelada al respecto, pero ¿cómo va la ansiada conexión entre universidad y el mundo de la empresa en el caso de la UA?
-Siempre ha ido bien. Afortunadamente, nuestra provincia tiene muchas empresas importantes, pero tiene un tejido productivo basado en las pymes, y esas pymes pueden encontrar y deben encontrar en la UA su gran laboratorio de I+D con todas las ventajas fiscales que supone para las empresas invertir en investigación e innovación. Por otro lado, nosotros tenemos que formar a los estudiantes para que se conviertan en profesionales que tengan empleabilidad y que estén preparados para lo que las empresas y la sociedad necesitan. Es una interacción perfecta entre las empresas y la universidad, primero, para conseguir la empleabilidad de nuestros estudiantes; segundo para para que las empresas encuentren los trabajadores que necesita el mundo actual; y tercero, para que nuestras empresas apuesten por la investigación y la innovación. El impacto de una universidad en un territorio es muy grande y así se pone de manifiesto en todos los estudios, desde la Universidad en cifras, hasta los últimos estudios del IVIE.
"Seguimos trabajando con la Conselleria de Educación para conseguir una financiación estable, el llamado Plan Plurianual de Financiación, que permite que todos sepamos cuál va a ser la financiación ordinaria año por año"
-Hablemos de financiación. Como comentaba, sigue siendo un problema pendiente de solución. ¿Hay luz al final del túnel? ¿Algún avance?
-Bueno, en primer lugar, estamos satisfechos con que el convenio que previsiblemente se va a firmar entre el Gobierno central y la Generalitat nos va a permitir financiar en toda España casi 3.400 plazas de ayudantes doctores. Eso es importantísimo para la renovación generacional de las plantillas de las universidades y para poder cumplir la nueva Ley de Universidades. Pero, además, seguimos trabajando con la Conselleria de Educación para conseguir una financiación estable, el llamado Plan Plurianual de Financiación, que permite que todos sepamos cuál va a ser la financiación ordinaria año por año y, por lo tanto, que se pueda hacer una previsión de gastos con un mayor horizonte temporal. Creo que la gran asignatura pendiente, además de la renovación generacional, es la financiación para infraestructuras. Se están quedando muy obsoletas en las universidades, no solo porque el tiempo pasa y tienen una amortización muy acelerada, dado el uso que se les hace, sino porque, además, las nuevas tecnologías requieren nuevas infraestructuras, tanto tecnológicas como físicas, y creo que deberíamos conseguir una financiación específica y a largo plazo para infraestructuras docentes y científicas.
-En el acto de clausura del curso académico, anuncio que estaba dispuesta a presentarse a la reelección. ¿Qué le queda por hacer respecto al proyecto con el que optó al cargo en 2020?
-Lo vimos a través del informe que llevé a cabo en el consejo de gobierno sobre el Plan Estratégico que hicimos al principio de nuestro mandato, que prácticamente está cumplido. Prevemos terminarlo con un alto grado de realización, casi del 90%. Nunca puede ser al 100% porque hay cuestiones exógenas a la propia universidad o a la voluntad del equipo. Pero estamos muy satisfechos con el grado de cumplimiento del programa con el que nos presentamos y del Plan Estratégico, que se basaba en aquel programa que fue revalidado en las elecciones por la comunidad universitaria. Para el próximo mandato hay que concluir algunas de esas cuestiones, pero sobre todo, hay que generar ilusiones nuevas, porque además es un mandato más largo, de seis años, como establece la LOSU. Por lo tanto, hay que renovar generacionalmente la universidad, dejar un Plan Estratégico de infraestructuras ejecutado, no solo planeado. Y hay que terminar con éxito los cuatro nuevos grados que iniciamos en este mandato que ahora concluye. Creo que también la apuesta por la internacionalización y por la formación a lo largo de la vida, las llamadas micro credenciales y la formación de postgrado es una apuesta muy importante para los próximos años.