ELCHE. El pasado miércoles tuvo lugar una jornada más sobre la agenda urbana, una serie de charlas que tienen como objetivo abordar cuestiones de presente y futuro en la ciudad en ejes estratégicos. Después de analizar sobre todo cuestiones vinculadas al ámbito urbanístico o de crecimiento de la ciudad, este tercer foro se centró en las posibilidades de la cultura y el ejemplo de San Sebastián, donde se destacó por este modelo en distintos ítems, y que se cimenta, entre otros, en una sociedad civil fuerte e implicada.
En la parte ilicitana participó el historiador Miguel Ors, director de la cátedra Pere Ibarra, que hizo un repaso sobre la parte deportiva con el recorrido del Elche CF o en sus patrimonios Unesco en materia cultural, para después dar paso a Imanol Galdos, director de Diplomacia Pública y Relaciones Internacionales en Donostia Kultura. Hasta ahora estas jornadas han contado con Vitoria, Málaga o ahora Donostia, referentes en distintos aspectos, y que pueden servir de espejo para Elche de cara a medio y largo plazo. Generar debate para que la administración pública pueda recoger el guante si lo desea.
A este respecto, Galdos analizó que la cultura "es el gran eje de la agenda pública" del municipio, lo que muestra por ejemplo la partida presupuestaria de la concejalía del ramo, 32 millones de euros y una plantilla de 250 personas. Cifras a día de hoy estratosféricas si se comparan con las de Elche, donde la concejalía siempre es de las que menor presupuesto tiene. En una ciudad menos poblada que la ilicitana, con 187.850 personas (2021). Un activo importante, señalaba el responsable vasco, es el músculo civil. "Más de la mitad de los habitantes de San Sebastián son socios activos de Donostia Kultura", apuntaba. Lo que muestra un grado de implicación importante de cara a fortalecer la cultura local.
Sin conocer la fisonomía cultural ilicitana, sí puso de relieve cuáles fueron las claves de su consolidación, haber integrado todos los órganos, entidades o patronatos que había dispersos en la ciudad. Una integración de todos en los años 90, hace treinta años, "en una situación difícil, tras los años de plomo de ETA", explicaba. Tiempo después han recogido los frutos, y hacen de la cultura y el deporte sus principales proyecciones al exterior. Además, trazaba un paralelismo con aquellos años en Euskadi con la situación de hoy, "en estos tiempos de polarización, como siempre el arte ayuda a cohesionar en tiempos de incertidumbre social". Una proyección internacional que les llevó a ser Capital Cultural del país en 2016. Apoyada también en la gastronomía, que es otro eje que trabajan.
Galdos, eso sí, también destacaba entre otros aspectos la conciencia por la cultura con la lengua, ya que el 65% de sus habitantes son vascoparlantes; y el papel de la industria, "la estructuración industrial favorece la ciudad". Allí tienen una sede de Bayer, el prestigioso Basque Culinary Center y se instalará uno de los pocos ordenadores cuánticos del mundo, en este caso, de IBM. Elementos también cohesionadores.
Por su parte, Ors —también docente en la UMH— tomó el guante poniendo de relieve cómo por ejemplo falta vida universitaria en Elche, lo que es un aliciente para la ciudad, "aquí los estudiantes vienen de Alicante, Orihuela o Villena y cuando acaban cogen el coche y vuelven", en relación a falta de alternativas de ocio o culturales que ayuden a generar ese ambiente cultural. Puso en valor los principales puntales patrimoniales de Elche, como el Misteri, palmeral o museo de Puçol, como también destacaba el público participante en sus intervenciones: hay mucho valor en espacios naturales, tradiciones, gastronomía o patrimonio que puede espolear la ciudad hacia el exterior.
En definitiva, unas cuantas similitudes entre ambas ciudades, además del tamaño, aunque la capital de Guipúzcoa ya es un referente asentado en esta materia. Elche también tiene bastantes colectivos cívicos o culturales, patrimonio o industria. Algunas de esas materias que planteaba el invitado se llevan trabajando en los últimos años, como el deportivo, que fue uno de los late motiv de Elche en Fitur este año. Eso sí, en cultura, aunque hay avances en áreas como patrimonio, siempre uno de los grandes reclamos turísticos o culturales, aún queda margen de maniobra.