VALÈNCIA. 'Puño de Hierro' para los amigos es un superhéroe ficticio de la editorial Marvel Comics. El personaje fue creado por Roy Thomas y Gil Kane, y editado por el escritor de cómics Christopher Priest. Su primera aparición fue en el cómic Marvel Premiere y ahora ha llegado a la televisión, siendo parte del nuevo grupo de vengadores. Sin embargo, la cuarta serie del Universo Marvel en Netflix no ha tenido una buena recepción y está siendo la gran decepción de este primer trimestre.
El protagonista es el multimillonario Danny Rand que vuelve a Nueva York, tras haber estado desaparecido durante años tratando de reconectar con su pasado y su legado familiar. El heredero de Rand Enterprises, que se dio por muerto junto a sus padres en un accidente de avión hace quince años, vuelve para sorpresa de todos. Daniel además de ser el último superviviente, es también el último de una larga línea de guerreros. Durante años, ha sido entrenado en secreto por monjes con el fin de convertirse en el guerrero definitivo en su lucha contra la malvada organización conocida como La Mano: El Inmortal Puño de Hierro, el Arma Viviente. Sus conocimientos de kung-fu y su puño de hierro serán el arma perfecta.
Después del estreno en Netflix de Daredevil, Jessica Jones y Luke Cage con bastante éxito en todo el público y en las críticas, llega el fracaso de la combinación entre Marvel y Netflix. Parecía que este día no iba a llegar nunca. 'Iron Fist' es la serie más débil por su representación y por todos los fallos en la historia. Basta con ver solo los primeros cinco episodios para entender que a pesar de tener una narrativa interesante, no es suficiente. Es lenta, la acción no llega en muchas secuencias y el diálogo es decepcionante, provoca el despiste a los seguidores. La decepcionante fotografía y y pobre diseño gráfico no juega un buen papel a los personajes.
La nueva ficción protagonizada por Finn Jones, al que muchos reconocerán por interpretar a Loras Tyrell en 'Juego de Tronos', no consigue brillar, aunque no se puede negar la buena elección de reparto que han hecho. El principal problema que encontramos es su punto de partida y su anacronismo. Tiene ciertos problemas para ceñirse al tono original del personaje y aunque las artes marciales son un tema central, los expertos detectan muchos fallos y problemas en las técnicas realizadas.
A pesar de tener una buena historia, la serie es muy predecible, un poco exagerada e incluso por momentos roza la comedia, pero una comedia aburrida. Iron Fist sufre un problema de ritmo, la acción carece de chispa, quiebre y originalidad, ni el propio protagonista causa alguna sensación.
Pero no todo va a ser malo, la serie contempla la idea de un superhéroe al uso. En cierta medida, el personaje está más cerca de superhéroes sin superpoderes como Batman. Su 'poder' tiene que ver con su entrenamiento en Kung-Fu y la capacidad para concentrar el chi en su puño, otorgándole en este estado de una fuerza fuera de lo normal. A diferencia de las otras series, el primer episodio sabe a poco y su premisa, de entrada, recuerda demasiado a la de la primera temporada de la serie 'Arrow'.
La identidad visual es un gran problema: Daredevil cuenta con el rojo y el verde como sus colores predilectos, Luke Cage recurre a los ocres y el púrpura es un tono preponderante en Jessica Jones, sin embargo en Iron Fist no hay nada claro, aunque intuimos que el dorado y el verde por los cómics.
En definitiva la serie cumple bastante bien y es entretenida, pero es la más floja de las cuatro serie iniciales de Marvel y Netflix. Si lo que buscáis son buenas peleas y acción, estás en el sitio equivocado.