Escapularios y bendiciones

ALICANTE. Aunque menos conocida que la denominación "arlequinado" para referirse al CE Sabadell, en el argot del fútbol también se conoce al CF Badalona como “el conjunto escapulado” por la curiosa "V" que luce en su camiseta y que pertenece a las señas de identidad de su uniforme y su escudo, a modo de escapulario.

Si buscamos en el diccionario de la RAE el significado de la palabra "escapulario" veremos que todas sus acepciones están relacionadas con el ámbito de la religión y la devoción: "Tira que cuelga sobre el pecho y sirve de distintivo a órdenes religiosas"; "objeto devoto para colgar al cuello"; y "práctica devota que consiste en rezar siete veces el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria Patri". Además, también especifica que el uso del escapulario se debe acompañar de promesas para la obtención de bendiciones.

Desconozco si habrán hecho alguna promesa antes del partido, pero una auténtica bendición han sido sin duda los 3 puntos que los escapulados se llevan de su visita a Alicante y que de nuevo nos sacan del play off, además del goal average, que pasa a estar claramente a su favor al haber empatado a cero en su feudo en la primera vuelta. Por cierto, aquel punto es el único cosechado por los hombres de Tevenet de los 24 disputados hasta ahora contra los rivales directos. Un Tevenet que también ha obtenido la bendición de la "curia herculana" al ratificarle en su cargo instantes después del partido, que dejaba claro en su rueda de prensa que la directiva les apoya, que hay que jugar el play off y que tan sólo estamos a dos puntos y por tanto hay que seguir trabajando.

Tras estos comentarios del míster, las redes sociales herculanas echaban humo, y mientras muchos soltaban maldiciones y otros tiraban la toalla, alguno llamaba a la vía de la protesta en Puerta Cero y en la grada del Rico Pérez para el próximo partido en casa, la misma que un servidor abandonó el 2 de Junio de 2013 cuando tan sólo fuimos seis (sí, seis y conservo fotos de aquel día) los que nos concentramos para pedir la intervención inmediata del club por parte del IVF y la creación de una junta gestora formada por interventores nombrados por el banco del Consell que dirigiera sus destinos, lo saneara poco a poco y creara una corriente de ilusión que permitiera iniciar un nuevo proyecto con empresarios dispuestos a invertir y dignificar uno de los símbolos más importantes de Alicante.

Pero volvamos al presente. Por parte del club, estos días pasados se nos ha transmitido a algunos representantes de peñas y agrupaciones herculanas que la plantilla quiere sentirse más arropada por la afición, que nos ve críticos y lejanos. Lo que desconozco es si saben que la afición hace años que está a la vez apática y entregada, convive con la decepción y la derrota, la gran mayoría de los que todavía vamos al Rico Pérez cada 15 días lo hacemos porque se trata de un ritual que forma parte de nuestras vidas, pero hemos bajado los brazos tanto para animar como para protestar.

“La afición del Hércules necesita un revulsivo que ilusione y enganche, lo demás no importa, Alicante es así, a ver cuándo te vas a dar cuenta”, me decía un gran herculano hace varias jornadas, y cada vez creo que tiene más razón. El problema es si llegará el revulsivo, que ahora mismo no puede ser otra que encadenar varias victorias seguidas, venciendo y convenciendo. La primera, en Lleida. Y por supuesto, los más creyentes también podemos sacar los escapularios para la Santa Faz, la Virgen del Remedio, San Nicolás o aquella imagen a la que profesemos devoción, para pedir la bendición de que se enderece el rumbo en las 12 jornadas que todavía quedan, porque aún se puede lograr el objetivo del ascenso. ¡Macho Hércules!