ALICANTE. ¿Qué pasaría si se pudiese ir más allá de la muerte? No se trata de ser inmortal ni de vencer a la dama de la guadaña, sino de morir y, aun así, seguir con vida. Esta paradoja es una de las cuestiones más repetidas en los cortos que se han presentado a la III edición del ROS Film Festival, un evento de temática robótica que se celebrará durante más de una semana en diferentes ubicaciones de Alicante. Su carácter internacional ha logrado que la organización -en manos de la empresa El Caleidoscopio Proyectos de Ciencia y Cultura- haya recibido 335 piezas audiovisuales de 58 países distintos.
Además de trascender a la muerte gracias a la virtualidad y al transhumanismo, los cortos presentan otros intereses como el intento de plasmar las relaciones sentimentales entre una persona y un robot o cómo es la convivencia con esta inteligencia artificial con forma humana. Algunos, incluso, han llegado a introducir la pandemia de la covid-19. "Llegaron 40 que incluían este elemento, pero no se han seleccionado, porque estaban grabados durante el confinamiento y eran de baja calidad. Más que de robots, plasmaban el uso de la tecnología en el aislamiento", cuenta Ricardo Domínguez, alma mater del festival.
De los 335 cortometrajes recibidos se proyectarán 62 entre el sábado 14 y el domingo 22 de noviembre, en una tercera edición marcada por la covid que desde la organización encaran con "confianza, optimismo y prudencia", asegura el impulsor. Entre esas seis decenas de audiovisuales, tres se irán a casa con premio (el primero, 1.200 euros; el segundo, 500 euros, y un reconocimiento de 300€ que decidirá el público), además de otorgar tres accésits que también escogerá el jurado.
Entre los cinco profesionales que conforman el tribunal se encuentran Javier Ordóñez, catedrático de Historia y Filosofía de la Ciencia y la Tecnología y especialista en ciencia y ficción, que, por su trayectoria, encarna la figura de presidente del jurado; Gabriela Martí, directora del Festival Rizoma; Lorena Sánchez, directora de la revista de divulgación QUO; Neal Hartman, director del festival de cine del CERN CineGlobe, y Jordi Ojeda, ingeniero industrial y parte de la organización del festival.
Aunque la sede central del evento se establecerá en Las Cigarreras, el ROS cuenta con tres ubicaciones colaboradoras, donde se proyectarán cortos de ediciones anteriores. La Fundición descorchará la edición el sábado 14 a través de cuatro cortos rusos que hablan de robots actores. "Es una temática que viene bien para la inauguración, porque se trata de robots actores dentro de un festival de robots actores", interpreta Domínguez. La categoría de Cyberpunk tendrá lugar en la Asociación Cultural Ocho y Medio, mientras que el Soda Bar acogerá proyecciones sobre sexo, siempre teniendo en cuenta la figura de los robots.
"Cada año se van generando nuevas subcategorías dentro de la general de robots", comenta Domínguez, quien recuerda que "el primer año se presentaron 58 cortos y no había categorías muy definidas". Una situación que cambió con la segunda edición, donde los leitmotiv se fueron esbozando tanto que la organización decidió otorgar tres menciones especiales basadas en las tres temáticas más repetidas: futuros distópicos, vídeos musicales y experimental. Siguiendo con la evolución del festival, el impulsor subraya que ha aumentado la cantidad de cortos, así como la de países de procedencia. "Este año tenemos, incluso, una pieza de Scott Wheeler, del equipo de guionistas de The Walking Dead", destaca.
Por todo lo que abarca la temática robótica, el festival no se limita solo a proyección de cortometrajes, sino que la organización ha diseñado un programa de actividades que incluyen desde charlas hasta conciertos. La intrusión de la música en el evento es obra de Hidrogenesse, quienes rendirán su particular homenaje al matemático inglés Alan Turing, "considerado como el padre de la informática y la inteligencia artificial", aporta Domínguez el dato sobre el personaje. Una actuación que -el viernes 20- contará la historia de la ciencia a través de la música.
No es esta la única expresión artística que salpica al festival, pues Ricardo Iglesias, pionero del new media art, impartirá el martes 17 una charla titulada Por qué hago arte con robots, con una intención conectora: "Con esta actividad queremos acercar los mundos del arte y la tecnología, romper barreras, hacer ver que está al alcance de un espectro amplio de la sociedad y no se queda solo para ingenieros o solo para artistas", matiza.
La danza también estará presente en formato multimedia a través del espectáculo 'Quijote 21', -el mares 17- donde se captarán los movimientos de una bailarina con una cámara y, con ellos, se creará un segundo personaje dentro de la obra; una proyección con personalidad propia. "Se trata de una analogía con el Quijote, ese personaje que leyendo libros de caballería decide irse a salvar el mundo. En este caso, nuestro Quijote es un freak de la informática y sus libros de caballería son las historias de hackers, porque él quiere convertirse en uno", resume.
Ciencia y humor se aúnan para participar en el ROS el sábado 21 mediante monólogos de divulgación científica a cargo de Raquel Sastre y Santi García Cremades. Y para reflexionar, el Soda Bar acogerá el jueves 19 una conversación nocturna sobre robots sexuales y juguetes eróticos, dirigida por Lorena Sánchez, quien planteará situaciones como que "con el auge del Satisfyer, muchos millennials ya solo tienen sexo con eso; si hay otra persona, mejor, pero se va a analizar la relación entre persona y eso, como una dependencia del vibrador", adelanta Domínguez el camino que seguirá esta actividad.