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así ha discurrido la romería previa a las elecciones 

Una Santa Faz alejada del 28M: menos 'codazos'; más 'selfies' 

21/04/2023 - 

ALICANTE. Santa Faz hay todos los años, salvo en pandemia. Elecciones municipales y autonómicas, cada cuatro. Pese a la diferencia de escenario, la Santa Faz de este 2023 ha sido tan multitudinaria que quizás pocos hayan reparado en que dentro de un seis semanas hay una cita con las urnas. No por los políticos, que siempre hacen la romería, sino por la ausencia total de tensión entre ellos. Posiblemente, eso ya sea de otra época, como las elecciones de ahora: lo importante no es tu rival, sino tu bloque. Que tus hipotéticos socios aguanten y si puede ser, que crezcan.

Esa es la imagen que han ofrecido todos lo líderes políticos de la Comunitat Valenciana, presentes este jueves en la Santa Faz de récord. Quizás esa imagen de preocuparse por lo suyo, y lo de su bloque, solo la han roto el president de la Generalitat, Ximo Puig y el alcalde de Alicante, Luis Barcala. También Aitana Mas, pero era de su bloque. Puig y Barcala ha compartido parte del recorrido junto, en continuo diálogo. El año pasado también, pese a la lluvia, pero les separaba monseñor Munilla (la mascarilla; había restricciones en el interior). Este año, no. Esta vez iba delante. También compartieron confesiones (posiblemente del 28M), el president y la vicepresidenta. Pero en la primera parte de la romería. Carlos Mazón escoltaba al primer edil, a su izquierda (Puig dijo después que sí se saludaron).

Tampoco importa ya: chupar cámara colectiva poco importa. O exhibir sintonía parece de otra época. Ahora lo mollar es que los perfiles de las redes sociales muestren que has estado ahí, pese que hay 350.000 personas. Los millenials son el ejemplo: los jóvenes se detienen en las gasolineras del recorrido, ensayan sus performances y graban sus frames en el tik-tok; los más mayores todavía pugnan por el sombrero de patrocinio, o el vasito de mistela. Los políticos hacen acto de presencia, pero también se graban.

Fue una Santa Faz diferente, y no por las elecciones. Sino por la explosión de gente que ha participado. Antes del alba, ya había gente merodeando el recorrido. También la Concatedral de San Nicolás, zona de cita, también para los políticos. Ciudadanos, Vox, Compromís, PP y PSPV. Los de Unides Podemos si estuvieron, no se les vio. Quizás buscaban el listón electoral en alguna parte del recorrido, pero no en el rastro que dejaba la Santa Faz cuando se abre por la calle Villavieja. Ana Barceló tampoco se dejó ver (bueno, sí; las redes sociales dan fe de ello). 

La cosa salió con retraso, por la multitud de gente, pero tuvo un punto inflexión. Hasta ese momento, Puig, Arcadi España, Luis Barcala y Carlos Mazón seguían a la Santa Faz con sus respectivas delegaciones en su retaguardia. Sin embargo, se produjo un punto de inflexión. La reverencia entre la Faz Divina y la Virgen del Remedio -la patrona de Alicante, que procesionaba con motivo del 25 aniversario de su canonización-, en el cruce de la Avenida de Dénia, dinamitó la carrera; fue el momento de más tensión: la Santa Faz salió de estampida para llegar a la hora de la eucaristía; los Puig, Mazón, España y Barcala le siguieron el halo, pero el resto de delegaciones políticas se diluyó entre la muchedumbre.  

La romería siguió a su ritmo, y el resto de políticos también, como si no hubiera una campaña electoral a la vista. Desde luego, en otra época han quedado los codazos para tras la comitiva oficial; ahora, cada uno suma kilómetros -siete separan la ciudad del casería de la Santa Faz- como puede. La mayoría, con el blusón negro. Los distintivos son los que le diferencia. Vox eligió una bandera grande de Alicante -detalles rojigualdos a parte- para exhibir a su candidato a la Generalitat, Carlos Flores Juberías; Ciudadanos, como siempre, naranja, más la tropa de base, que los dirigentes; Compromís, la dolçaina i el tabalet. 

Pero más allá de los detalles de cada cual, la cuestión es que los políticos se contagiaron de la gente, y no al revés, como suele ser habitual en periodo preelectoral. Tranquilidad y buen rollo. Cada uno, al parecer, seguro de lo suyo. El PP, del vuelco; Puig, de la victoria silenciosa. No quiere debates. Compromís, liberado, pese a la ausencia de Joan Baldoví (estaba en Madrid en el debate de las enmiendas a la ley del solo si es si); Vox, sonriente, por la oportunidad que se le presenta; Ciudadanos, sonriente de esperanza a la espera de contradecir a las encuestas que no le dan misericordia. 

El concejal de Fiestas de Alicante, Manuel Jiménez.

Y como todos están convencidos, y todos tienen encuestas de que lo suyo sale, sea del bloque que sea, el único nubarrón que había en la romería (pese al sol reinante) lo tenía el alcalde de la ciudad, Luis Barcala. Sobre todo, tras la renuncia del concejal de Fiestas, Manuel Jiménez, por el affaire de los contratos menores adjudicados a cargos de su hogueras o empresarios que habían hecho con anterioridad reformas en su domicilio. Barcala compareció, y exhibió su pesar, no por lo ocurrido, sino por lo mal que lo ha pasado el edil y lo que ha sufrido su familia. ¿Hay más preguntas? Pues eso. Faz Divina Misericordia. El plebiscito, el 28M. De momento, no hay culpables. Todos son liberaciones (y muy poca tensión). 

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