MADRID (EP). Repsol obtuvo un beneficio neto de 2.785 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que supone una caída del 14% con respecto al mismo período de 2022, en un contexto marcado por unos precios de los hidrocarburos y unos márgenes del refino inferiores con respecto al año pasado, en el que se dispararon por la crisis energética tras la invasión de Ucrania por Rusia.
El resultado ajustado, que mide específicamente el funcionamiento de los negocios, se situó en los 3.816 millones de euros a cierre de septiembre, con un descenso del 19% frente a hace un año. La deuda neta de la empresa se situó al final del tercer trimestre en los 1.855 millones de euros, con una liquidez que alcanza los 10.650 millones de euros, suficiente para cubrir más de cinco veces los vencimientos de deuda bruta a corto plazo.
Con estos resultados, el grupo seguirá acelerando en su 'hoja de ruta' de pagos a sus accionistas y ha anunciado un incremento en un 14% de la retribución a pagar el próximo mes de enero, hasta los 0,4 euros brutos por acción. La energética ya este año ha adelantado el objetivo de retribución para sus más de 520.000 accionistas que tenía previsto realizar entre 2024 y 2025 dentro de su plan estratégico, que revisará en el primer trimestre del próximo ejercicio tras pulverizar todos sus objetivos. Así, sumando dividendos y reducciones de capital, supondrá la distribución de cerca de 2.400 millones de euros en el conjunto de 2023.
El pasado julio, tras su aprobación por la Junta General, Repsol abonó un dividendo complementario de 0,35 euros brutos por acción con cargo a los beneficios del ejercicio 2022 que se añadió a la retribución pagada en enero. Con ello, el dividendo en efectivo aumentó un 11% respecto al ejercicio anterior, hasta los 0,70 euros brutos por acción.
Además, la compañía tiene previsto reducir su capital social en este ejercicio en 110 millones de acciones que, añadidas a los 200 millones de acciones amortizadas en el ejercicio 2022, representarían un total de 310 millones de acciones, equivalente a un 20% del capital social existente a diciembre de 2021 y ampliamente por encima del objetivo establecido en su 'hoja de ruta' 2021-2025.
La energética destacó que estos sólidos resultados del periodo de enero a septiembre permiten avanzar en la transformación del grupo "con el desarrollo de proyectos industriales bajos en carbono, el aumento de su cartera de activos renovables y el lanzamiento de una oferta de multienergía diferencial para los clientes en España".
Dentro de este proceso de transformación y descarbonización para ser cero emisiones netas en 2050, Repsol invirtió 4.362 millones de euros entre enero y septiembre, lo que supone un incremento del 82% respecto a enero-septiembre de 2022, principalmente en proyectos bajos en carbono. El 35% de este esfuerzo inversor en lo que va de 2023 tuvo por destino. España, con el 41%, fue el foco principal del destino de las inversiones del grupo, seguido de Estados Unidos, con el 37%.
Repsol prevé finalizar 2023 con una inversión orgánica total de unos 5.200 millones de euros, un 24% más que los casi 4.200 millones de euros que destinó el año pasado. El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, consideró que 2023 está siendo un año de "profunda transformación" para la energética, "con avances firmes en descarbonización y en la consolidación de nuestro perfil multienergético". "En un entorno volátil como el actual estamos obteniendo resultados sólidos, aumentando la retribución a nuestros accionistas y apoyando a nuestros clientes", destacó.