Calle Espí, una de las planteadas ELCHE. El anterior Ejecutivo de PSOE y Compromís planeaba peatonalizar hasta 30 calles con una inversión de 2,6 millones de euros. En los últimos compases del mandato, siguieron tramitando para avanzar en estas iniciativas con la aprobación del pliego en marzo, y la prioridad era sobre todo enfocar esas peatonalizaciones en el Centro y el Raval hasta 2025. Con presupuesto municipal y parte del Plan Planifica de la Diputación, que ya dio luz verde a la actuación. Ahora está pendiente del último remate por parte del Ayuntamiento tras la exposición pública. El nuevo bipartito tiene que decidir si se queda con esta herencia que ha ido siguiendo su trámite natural. Afectaría a un total de trece calles.
La idea era plantear mejoras en la accesibilidad y "ordenación del estacionamiento" en el entorno de las calles Mare de Déu del Remei, Sant Joaquin, Travessia de Sant Joaquim, Polit, Barri Conrrado, Barri Sarabia, Forn Fondo, Espí, Joaquín Santos, Isaac Peral, Rastro, Rubén Darío y Sant Josep.
Ahora bien, la cuestión es si el actual Ejecutivo recogerá el guante o no. El ya alcalde Pablo Ruz respondió a preguntas de este medio el día después de las elecciones que no contemplaba nuevas peatonalizaciones en la ciudad. Quizá asumido como 'daño colateral' para evitar eliminar aparcamientos, uno de los ejes en torno a los cuales giró su campaña electoral, si bien es cierto que aquí son tan solo plataformas únicas y ampliación de aceras y afectaría a pocas plazas en todo caso. Para estas actuaciones se habían consignado 620.000 euros. Ahora tendrá que decidir si las ejecuta, o parte de ellas, o si guardará en un cajón esta nueva fase del Plan Centro Elche y destinar esta cantidad a otros proyectos con una modificación presupuestaria. También cabe la posibilidad de que siguiendo su premisa de no paralizar la administración, lo asuma.
El plan constaba de dotar a las Calles Mare de Deu del Remei, Sant Joaquim /Polit, Barri Conrado, Barri sarabia, Forn Fondo y Espi de una plataforma única, de tal forma que coexistieran los distintos tipos de tráfico. Para ello se contemplaba la retirada de los actuales elementos de la acera que serían sustituidos por otros de textura diferente. Y completar las obras con el repintado y adaptación a la situación creada de la señalización horizontal y vertical, "limitando las velocidades máximas a 30km/h y dando preferencia a su uso peatonal, así como, generando infraestructuras de canalizaciones en previsión de posibles necesidades".
Y el otro formato escogido era ampliar las aceras en las calles Joaquín Santos, Isaac Peral, Rastro, Rubén Dario y Sant Josep, manteniendo la actual estructura de acera y calzada a distinto nivel, realizando una realineación del bordillo y colocando el mismo pavimento de baldosa hidráulica.
