ORIHUELA. Un nuevo frente se abre entre los sectores enfrentados del PP en Orihuela. La pugna sigue entre quienes apoyan al sector de la ejecutiva local oriolana, con Dámaso Aparicio al frente, y las personas afines al alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana. Estas diferencias se trasladan a las pedanías.
La ejecutiva local del PP de Orihuela ha iniciado una ruta de visitas de las pedanías para contactar con los vecinos y, así, conocer sus necesidades para los próximos cuatro años. Unas propuestas que, aseguran, quieren plasmar en su próximo programa electoral. El problema es que los pedáneos cuyas partidas rurales ya han sido visitadas, se sienten ninguneados.
Hay malestar entre los pedáneos que fueron designados y son afines a Emilio Bascuñana, porque, afirman, o bien no se les ha convocado a esas reuniones, como es el caso del pedáneo de La Matanza, José Gil, o bien, no se les ha avisado con la suficiente antelación - algunos afiliados argumentan que con una hora o dos de margen -. Lo que es cierto es que varios representantes de las pedanías y afiliados han mostrado su malestar asegurando que no se sienten arropados ni se les ha tenido en cuenta en unas visitas en las contactan con vecinos pero en las que no han podido estar presentes los pedáneos, de ese mismo partido. “Vienen de oculto”, afirmaron fuentes del partido.
De momento, las visitas solo se han producido en cuatro pedanías y aún quedan otras 23 por visitar. La gira por las partidas rurales comenzó el 29 de octubre en San Bartolomé, siguió el 4 de noviembre en Desamparados, la tercera visita fue a La Murada el 7 de noviembre y la última, por el momento es la de La Matanza.
Desde la ejecutiva local del PP señalan que "se ha avisado a todos de las visitas, salvo al pedáneo de La Matanza, por un error de coordinación". En este caso, aseguran que asumen el error y que le pidieron perdón por una falta de comunicación que se debió, dicen, a un malentendido.
No obstante, apuntan, al resto de pedáneos sí que se les ha comunicado la visita y, de hecho, solo llevan cuatro de las 23 que aún quedan. En el caso de La Murada, mantienen que se avisó a su representante pero que no pudo acudir por motivos de trabajo.
A pesar de las explicaciones, algunos afiliados se manifiestan enfadados y consideran que no se tiene en cuenta a los representantes pedáneos en esta ruta por las partidas rurales.
En concreto, José Gil, el alcalde pedáneo de la Matanza, afín a Bascuñana dice que "me enteré de la visita cuando ya se habían ido" y, asegura, que el día de la visita, él mismo estaba visitando unas obras de asfaltado en la carretera y que no le tuvieron en cuenta. Es más, apunta que "han contado con un pedáneo que lo fue hace 15 años en el lugar, pero a mí no me avisaron". Al contrario de lo que mantiene la ejecutiva local, Gil asegura que no se han disculpado.
Por su parte, Gil aseguró que los pedáneos "merecemos respeto porque trabajamos, de forma voluntaria, por las pedanías" y dice que se siente arropado por los demás alcaldes de las partidas rurales oriolanas y por el propio Emilio Bascuñana. Gil ha llegado a pedir la dimisión, por este motivo, del edil Dámaso Aparicio.
Sin ir más lejos, la pugna entre Bascuñana y Aparicio se ha manifestado claramente en la pedanía de La Matanza. Mientras que el presidente local acudió el día 4 de diciembre a visitar el fin de las obras de acodicionamiento de la carretera que une la pedanía con los límites a la provincia de Murcia, un día después lo hizo Emilio Bascuñana, con el presidente de la Diputación, César Sánchez, esta vez, sí, junto al alcalde pedáneo.
De hecho, José Gil manifestó su agradecimiento al alcalde, al edil de Pedanías, Víctor Valverde, y a César Sánchez por su visita y aseguró que "mientras algunos vienen prometiendo, nosotros seguimos haciendo y construyendo".
Las peleas entre las pedanías y la ejecutiva local de Orihuela tuvieron este año su punto álgido en el proceso de elecciones para las primarias del PP a nivel nacional. En este caso, 300 militantes del PP quedaron excluidos del proceso de elección del futuro presidente nacional. Según las dos versiones, fueron vetados o se hubo una mala gestión de los candidatos al presentar su petición en julio.
Desde el punto de vista de los afiliados que se quedaron sin votar (en muchos casos, desde las pedanías, afines a Bascuñana), la sede estuvo cerrada muchas tardes y, por lo tanto, muchos militantes no pudieron inscribirse o llevar sus inscripciones presencialmente. Desde la ejecutiva mantuvieron tardaron en presentar las fichas para que sus militantes pudieran participar y que no hubo problemas con los horarios de apertura de la sede local. El mismo día de las elecciones estuvo plagado de incidentes y polémica con las listas.