ALICANTE. La empresa de calzado Panama Jack, una de las marcas más reconocibles del sector asentada en Elche Parque Empresarial, vio cómo se reducían sus ventas y su beneficio en el ejercicio cerrado en abril de 2016, un año en el que además su propietario, Antonio Vicente, multiplicó prácticamente por cuatro las aportaciones de la empresa que fundó en los años ochenta a obras sociales. Según las cuentas anuales de 2016, la firma facturó un total de 46.319.840 euros, lo que supone un 5% menos que el ejercicio anterior (48.838.139 euros), aunque se queda aproximadamente en el mismo volumen de ventas obtenido dos años antes.
La caída de las ventas, sin apenas incidencia en la posición que ocupa Panama Jack en el mercado, tuvo su correlato en el resultado al final del ejercicio, que también se vio menguado y en una proporción mayor: de los 4,46 millones de euros que ganó la empresa zapatera en 2015 se pasó a los 3,86 millones del año pasado. Un 13,5% menos. El resultado, no obstante, hubiera estado más parejo (apenas 300.000 euros de diferencia) de no haber incrementado las donaciones la empresa de Vicente. Según destaca la memoria, en el epígrafe de 'otros resultados' de la cuenta de explotación se reflejan "donaciones efectuadas en el ejercicio por importe de 410.250 euros". Dicha cifra ascendía a 119.799 euros en 2015.
Panama Jack mantiene desde hace años, y renovó en 2016, un acuerdo de colaboración con la Fundación Vicente Ferrer a través del cual destina una parte de sus ingresos a financiar la actividad de esta ONG en la India. Gracias al apoyo de la empresa ilicitana, la fundación ha llevado a cabo las obras de dos escuelas, cuatro embalses y 268 viviendas, según explica en su página web. Se calcula que el apoyo de la empresa ha permitido "impactar positivamente en la vida de 8.400 personas" de la India. Al mismo tiempo, la esposa del dueño de Panama Jack, María José Martínez, ha impulsado la puesta en marcha de la fundación Un Abrazo de Luz, en la antigua guardería municipal de El Raval, para apoyar a los niños procedentes de hogares desestructurados o con problemas económicos.
La caída de la facturación, según se recoge en la memoria, se explica por dos factores: de un lado, las ventas comerciales cayeron ligeramente de 40,9 a 39,6 millones de euros; de otro, las devoluciones crecieron un 60% al pasar de -1,6 a -2,6 millones de euros. Las exportaciones suponen algo menos del 40% del negocio de Panama Jack, según la memoria: 15 millones de euros se facturaron en la Unión Europea y otros 2,5 en el resto del mundo. En un entorno cada vez más marcado por la competitividad en el precio, la empresa de Vicente ha seguido apostando por el diseño y la calidad de su calzado, que se fabrica íntegramente en España.
Como ha contado Alicante Plaza, el dueño de Panama Jack ha incorporado a su esposa a la gestión del grupo que administra la firma zapatera y el resto de sociedades, Grupp Internacional. El pasado mes de abril, la sociedad dominante cambió su estructura de gobierno para pasar de la fórmula del administrador único (cargo que ocupaba Vicente) al de administradores solidarios, que permite que cada uno de ellos adopte y ejecute por sí mismo decisiones de gestión que obligan al otro. Así, Martínez es desde entonces, además de socia (posee el 25% de las acciones), administradora del entramado empresarial. Además de Panama Jack, Grupp Internacional gestiona empresas dedicadas a la promoción inmobiliaria o a la comunicación, entre otros sectores.