Diseño de Tomás Llavador Arquitectos e IngenierosELCHE. Después de un asunto sobre el que se lleva debatiendo desde hace veinte años, y con los últimos diez particularmente empantanados, el Mercado Central de Elche ya está oficialmente en búsqueda de su reforma. Un punto que algunos ya casi descartaban ver hasta hace no mucho. Una reforma del inmueble, protegido parcialmente —de ahí que la rehabilitación permita modificar su esqueleto y parte de la estructura— que tendrá un tope de 11,3 millones de euros de coste y quince meses de obras. Como ya señaló el Ejecutivo, si todo va bien y no hay problemas de adjudicación, estas empezarían tras Navidad. La actuación supone la puesta en valor de los Baños Árabes, refugios y entorno.
Así, ya está encarrilada un proyecto que se dejó en trámite en la anterior legislatura, aunque entonces enfocado solo a la gastronomía, para consolidar el mercado provisional, y que asumió el actual Ejecutivo para no dilatar más los tiempos, aunque con un cambio de enfoque: uso mixto, tradicional y hostelero, y demolición del provisional. Lo cual vendría en un paso posterior, junto al hipotético aparcamiento en el hueco del que tenía la pescadería. En mayo Tomás Llavador Arquitectos entregó el proyecto y en junio se aprobó. Sale ahora a licitación por 11.357.592,41 euros.
Espacio interiorEn cuanto al edificio, como ya se ha mencionado, eliminará el forjado intermedio y la primera crujía, se igualará la cota de la planta baja con el espacio público circundante y se crearán nuevos puestos. Estarán en una única planta, lo que supondrá un espacio más diáfano, y con puestos que tendrán más espacio, así como una distribución más funcional y espaciosa. Se reforzarán y sustituirán pilares, se construirán nuevos forjados y se eliminará el pavés de los laterales para dejar un espacio abierto. En la cubierta se habilitará un lucernario. Una intervención, que tal y como estaba planteada en el pliego del proyecto, supone un "falso histórico" para los colectivos que abogaban por una protección integral del inmueble.
Sobre el espacio público, se prolonga a través del mercado, creando una plataforma única que abarque todo el espacio de forma que el Mercado sea una parte más de la plaza, una cubierta sobre los puestos que permita ser transitada de forma transversal en cualquier dirección y que conecte y dé continuidad a los hitos del entorno. Ese espacio público circundante se integrará en el diseño los Baños Árabes en la Plaça de la Fruita, y los dos refugios antiaéreos de la Guerra Civil. Elementos utilizados como hilo conductor a la hora de diseñar el espacio urbano de diferentes formas.
Zona de hosteleríaEn cuanto a los Baños, se recuperará la cota inferior de los baños, estableciendo una diferencia de altura respecto al punto de vista. También se recupera de forma simbólica y con elementos reversibles la forma de las bóvedas de cañón originales de las salas del norte. "De esta forma, se consigue una intervención unitaria, que integra todos los elementos a través de la urbanización del entorno y la intervención sobre los diferentes elementos arquitectónicos y arqueológicos", indica el proyecto. Así mismo, se destaca que el estado de conservación de los restos arqueológicos, en general, "es aceptable", si bien en su día arqueólogos ya advirtieron de que su estado los ponía en grave riesgo.
Sobre las patologías, y como se ve a simple vista, la situación continuada de los muros de tapial expuestos sin consolidar está provocando la disgregación parcial de las partes más expuestas. En el proyecto ejecutivo se resolverá la urbanización de los restos, bajo la dirección científica de arqueología. Además de la reinterpretación de las bóvedas mediante una cubierta ligera y una estructura metálica que recomponga la volumetría previa, sin reconstruir ningún elemento, diferenciando claramente los materiales preexistentes de los nuevos. Se proponen unas bóvedas construidas con malla metálica, ancladas a una subestructura ligera, de forma que se recomponga la volumetría del edificio, sobre todo de las bóvedas, con elementos ligeros y con cierto grado de transparencia. La malla metálica simplemente genera el efecto de cerramiento y recupera la composición volumétrica. Además, las ruinas quedarán protegidas de la intemperie y la lluvia por una cubierta de cristal.
Baños / Pepe OlivaresPor último, el expediente recuerda que tras la excavación de 2014 (a cargo de Estrats), aún quedan cuestiones por resolver para llegar a tener una imagen completa del edificio de los baños árabes, y su entorno que facilite su comprensión y conocimiento. Con la finalidad de descubrir los elementos faltantes y recabar datos científicos de interés para éste y futuros proyectos, se precisa llevar a cabo una intervención arqueológica que permita recuperar la imagen de este sector de la ciudad.
Se prevé la presencia de restos arqueológicos con una cronología centrada principalmente en época medieval. Bajo el suelo actual aparece la antigua plaza de los años 40, y debajo inmediatamente las estructuras medievales correspondientes en primer lugar a una plaza que el Consell d’Elx mandó realizar en 1485 sobre edificios en uso que fueron derribados. Estos restos colmataron y taparon hasta la cota de la plaza el edificio de los baños, construido en semisótano en el siglo XI, y en uso hasta el final del XV. En definitiva, la actuación se proyecta y justifica como la manera de recuperar los diferentes elementos de los baños árabes y de los refugios de la Guerra Civil, para entenderlos y ponerlos en valor, "al mismo tiempo que nos permita avanzar en la documentación de la evolución histórica del barrio y, en definitiva,
de la ciudad".
Actual situación tras las excavaciones en el interior del edificio / Tomás Llavador De los refugios, el 3B, accesible desde la escalera existente en la plaza de las Flores (sin acondicionar), junto a la fachada del Mercado Central, se encuentra en un buen estado de consolidación. Lo mismo que el Refugio 3C, accesible desde la escalera existente en la plaza Menéndez y Pelayo frente al Mercado Central, también. Aunque como es conocido, la zona coincidente bajo la ampliación del edificio del Ayuntamiento, está colapsada por las filtraciones del hormigón de su cimentación, así como la salida al cauce, taponada por la cimentación de la Pasarela del Mercado. El tramo de la iglesia del Salvador tiene su acceso por la calle de Santa Bárbara, y está pendiente de constatar cuál es su situación actual y estado de conservación.
Al no poder ser visitables de forma pública y no ser visibles desde el espacio
público, se crean dos accesos a través de una trampilla en el suelo, totalmente integrada en el despiece y composición del pavimento, en el que se grabará la palabra 'REFUGIO' con la tipografía diseñada en 2004 por Kike Correcher a partir de los rótulos originales de 1930, a modo de identificación de los mismos. Se ha evitado optar por una solución volumétrica para estos accesos, para evitar crear nuevos obstáculos y garantizar la permeabilidad y accesibilidad plena del espacio. La propuesta urbana busca poner en valor el patrimonio arqueológico y arquitectónico, y "darle la importancia que requiere a la memoria histórica del lugar".
