ALICANTE/BENIDORM. Las consecuencias de la crisis sanitaria y el impacto de las restricciones sobre la movilidad empiezan a llegar a los grandes operadores del sector. La firma francesa Pierre et Vacances, especializada en el sector de las viviendas vacacionales, ha sido la última en sucumbir y hace apenas una semana inició un procedimiento de conciliación (un mecanismo similar al preconcurso de acreedores español) en Francia. No obstante, su filial española, fuertemente implantada en Benidorm y la Costa Blanca, ha escapado por el momento al proceso y negocia sus propios acuerdos de forma "amistosa", según confirman fuentes de la compañía.
Según han publicado varios medios franceses y publicaciones especializadas, el juez de lo Mercantil de París ha abierto un proceso de conciliación amistosa que otorga a Pierre et Vacances cuatro meses de suspensión de pagos para negociar con sus acreedores un acuerdo amistoso extrajudicial que le permita afrontar la deuda. Este plazo puede prorrogarse en caso de ser necesario, y durante los próximos meses la firma turística gala podrá renegociar sus deudas y buscar soluciones alternativas para superar las tensiones de tesorería, como una ampliación de capital.
El procedimiento iniciado en París afecta a la matriz del grupo, con sede en Francia, y a alguna de sus filiales, pero la que tiene en España, domiciliada en Barcelona, ha quedado al margen del proceso y ha puesto en marcha sus propios mecanismos para afrontar la crisis, tal como confirman las citadas fuentes. "En España el ordenamiento jurídico nos ha dado unas herramientas que nos han permitido negociar con nuestros partners de forma privada y amistosa sin tener que acudir a procedimientos como los aprobados en Francia", señalan, una medida que "se ha adoptado como complemento de otras, tales como reforzar los fondos propios, y que confirma la solvencia financiera del grupo".
Lo cierto es que la pandemia ha impactado de forma notable en el modelo de negocio de Pierre et Vacances, a pesar de que los apartamentos y villas que comercializa hayan sufrido menos que los hoteles (con el cierre total), dadas las dificultades para desplazarse a los destinos. Así, según los citados medios franceses, Pierre et Vacances sufrió en el ejercicio finalizado en septiembre de 2020 una caída de más del 22% en su facturación (unos 1.300 millones de euros) y entró en pérdidas, mientras que en el último trimestre del año pasado su volumen de negocio cayó a menos de la mitad.
Fundado en 1967, el grupo francés es el líder europeo en apartamentos vacacionales, hoteles y resorts, con presencia en más de 260 destinos. Solo en Europa gestiona más de 46.000 apartamentos vacacionales y villas. En la Costa Blanca, está presente en Benidorm con un bloque turístico en Levante y otro en Poniente; en Calp con el Hotel Bahía; en Altea con otros dos complejos de alquiler vacacional en primera línea de playa; y otro edificio de apartamentos en El Campello.
Algunos de ellos, como el situado en Levante de Benidorm, llevan cerrados desde el inicio de la pandemia. Como se decía, la falta de turistas, en gran parte extranjeros por las restricciones en sus países de origen, hacía difícil tener la misma oferta de plazas que años anteriores.
No obstante, están a la espera de que la situación sanitaria mejore para reiniciar la actividad –aunque las reservas nunca han parado–. Así, las mismas fuentes señalaron a este diario que están convencidos de que están tomando las medidas adecuadas y reiteraron su "confianza en su capacidad para recuperarse en cuanto se reabran sus establecimientos, gracias al atractivo de sus ofertas turísticas". De este modo, indicaron que aquellos que han tenido que cerrar, tienen previsto abrir entre marzo y junio, dependiendo siempre de la evolución de los contagios y las restricciones.