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Las incógnitas de la censura en la Diputación de Alicante: ¿existió un intento? ¿fue antes que Murcia?

19/03/2021 - 

ALICANTE. La hipotética moción de censura en la Diputación de Alicante, en la que ahora gobiernan PP y Ciudadanos, pero en la que los naranjas y el PSPV suman mayoría absoluta, siempre ha estado sobre la mesa. Su debate en el prime time político ha sido guadianesco: ha aparecido y desaparecido, a conveniencia de los actores políticos del momento. El PSPV generó debate cuando pudo y quiso, y también lo utilizó Toni Cantó, con la boca pequeña, cuando le interesó acercarse a Ximo Puig.

Pero, ¿de verdad existió la posibilidad de que PSPV y Cs pactaran el relevo de Carlos Mazón al frente de la institución provincial de Alicante? ¿se planteó antes que en la Región de Murcia? Hay muchas teorías sobre ambas cuestiones, cada uno en su contexto. Una de ellas certificaría que Toni Cantó sí que se planteó el voto de censura tras revelarse que el diputado provincial de Deportes y alcalde de La Nucía, Bernabé Cano, se había vacunado contra la covid saltándose el protocolo de la Conselleria de Sanidad, y del departamento de Igualdad y Políticas Inclusivas. Eso trasciende el sábado 16 de enero y los días siguientes, Ciudadanos pacta primero respaldar una moción de reprobación y dimisión al propio Cano con Compromís, y más tarde, con el propio PP en el que se reclama el cese del primer edil nuciero como responsable de Deportes. Ese acuerdo de destitución se cierra el 23 de enero, pero se dejan dos focos pendientes: es una destitución temporal y el diputado, por tanto, se queda sin ejercer pero cobrando.

Conforme pasan los días, y mientras se cuece la salida a fuego lento de Cano, la cúpula nacional de Ciudadanos ordena a todas sus estructuras autonómicas que exijan la destitución de los cargos vacunados indebidamente, y de no hacerlo, harán caer gobiernos. Ese caer gobiernos incluye la moción de censura de la Diputación de Alicante. Y en una reunión de la cúpula de Cs en la Comunitat Valenciana, con Toni Cantó presente, se contempla la posibilidad de estudiar la moción de censura para hacer caer a Mazón si Cano no es apartado y, además, se le deja sin sueldo, según atestiguan varios testigos conocedores del encuentro. Esa petición se hace llegar al Gobierno de Benejúzar, donde un edil socialista -comisionado del Hospital de Torrevieja- también se ha vacunado, y a Orihuela, donde también el responsable de Sanidad se ha vacunado en las mismas condiciones que Cano, en una residencia de la Tercera Edad. El partido naranja es muy exigente en Benéjuzar, pero tarda en reaccionar en Orihuela.

Con ese contexto, el socio del PP en la Diputación exige que la destitución de Cano sea definitiva y, además, quede sin sueldo, algo que concreta el 23 de enero. Los populares no tienen más remedio de ceder para evitar el órdago naranja.

Una dimisión que no se materializa

Y ahí queda la cosa hasta el 3 de febrero, que es cuando se produce el debate en el pleno y todos los partidos, incluido el PP, exigen la dimisión de Bernabé Cano, algo que no se materializa con el argumento de que el acta es personal y que la cúpula del PP no puede hacerlo dimitir. Previamente, Cs había aceptado el cese definitivo como condición para seguir gobernando con los populares.

Aunque el resumen de esa parte de la historia es que efectivamente la dirección de Ciudadanos quiso hacer caer a Mazón en la Diputación de Alicante con el motivo de las vacunas, otras fuentes de la formación naranja señalan que quien evitó ese desenlace pese a que abogó inicialmente por "apretar" en el asunto fue precisamente Cantó. Es decir, que la cúpula habría querido ir hasta el final pero él medió. 

En todo caso, el interrogante que todavía se sigue planteando estos días es si con el (en la práctica) exlíder de Cs en la Comunitat fuera -el cual ha abogado por la confluencia con el PP- la Diputación vuelve a correr peligro. Mientras algunos cargos naranjas de Alicante creen que la dirección nacional sí se mantiene en la línea de romper con los populares en los gobiernos que comparten, otros comentan que resultaría una temeridad tras la moción fallida de Murcia y se decantan por descartar ese escenario. Además, se preguntan qué votarían los diputados y si obedecerían a la cúpula del partido si optara por esa estrategia.  

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