ALICANTE. Sin querer desmerecer a nadie, llama la atención que pese a la magníficas relaciones que presumen mantener el alcalde Gabriel Echávarri y Juan Carlos Ramírez (y por extensión la entidad blanquiazul, Enrique Ortiz incluido), este jueves, en uno de los actos en lo que llevamos de legislatura de mayor calado político e institucional para el primer edil (por el boicot de sus socios de gobierno), la presentación de su plan 'ConectAlicante', el club blanquiazul estuviera representado por el adjunto a la vacante Dirección Deportiva, Javi Portillo.
Tras la dimisión de Carlos Parodi y Valentín Botella de hace una semana, la representatividad institucional del club la ostenta el nuevo presidente, Juan Carlos Ramírez, pero este se encuentra en Barcelona con motivo de una nueva edición del Salón Internacional del Automóvil, por lo que no pudo acudir al Hotel Meliá donde, todo hay que decirlo, salvo la oposición oficial y la oficiosa, se echó en falta a poca gente (me atrevería a decir que incluso se superaron las mejores previsiones de Alcaldía).
Parodi y Botella
El pasado domingo, con motivo del partido ante el Mallorca B, el último encuentro oficial del que el otrora coliseo blanquiazul era escenario esta temporada, Juan Carlos Ramírez estrenó el asiento de presidente en el palco del Rico Pérez. Junto a él, también en la primera fila, estuvo Carlos Parodi pero no Valentín Botella, que prefirió aceptar la invitación para comer del matador José María Manzanares. El empresario oriolano, tercer accionista del club (solo superado por la Fundación y el IVF), todavía no ha contestado al ofrecimiento de Enrique Ortiz para asumir el cargo de presidente de honor.
Parodi, por su parte, también se ha desvinculado del club, pero a veces parece que solo aparentemente y es que, además de que esta semana se le podía encontrar en las oficinas, el martes estuvo en la Dirección Regional de Recaudación de la Agencia Tributaria en València junto al propio Ramírez para abordar el problema de la deuda que mantiene el club con el fisco, aunque el empresario vasco insistiera en que se trataba de un asunto personal.
Afortunadamente, el teléfono permite salvar las distancias y es de esperar que Ramírez, que dijo que también seguirá participando en la toma de decisiones en el área deportiva, esté haciendo uso de él en sus ratos libres para consensuar con Portillo la lista de bajas.