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la pelea por el poder también se juega en lo local

Finaliza la disputa en Cs Elche por la funcionaria de empleo: García-Ontiveros nombra a Irene Ripoll

7/08/2019 - 

ELCHE. Fumata blanca en Ciudadanos Elche. Ya tiene funcionaria de empleo, que será Irene Ripoll, número tres de la lista. Era el único de los cinco grupos que conforman el Consistorio que aún no había designado a este cargo de confianza, con motivo de la división interna que hay en la formación naranja. La número dos de la lista, Eva Crisol —única integrante que queda del grupo municipal de la anterior legislatura—, optaba por nombrar a Mari Paz Gallud, de su confianza —de hecho, la nombró a un mes de las elecciones, cuando sólo estaba ella en el grupo tras la escisión de Contigo—, mientras que el portavoz Eduardo García-Ontiveros quería contar con Ripoll para ese cargo, ya que la número 3 es periodista, una de las tareas de las que se suelen encargar los funcionarios de empleo. Tras varias presiones desde distintos ámbitos para que el portavoz cediera en su intento de nombrar a la periodista, el tema ha quedado zanjado. Quedó registrado el martes.

Nombrada por el perfil profesional

Una situación que ha venido tensando a la organización en las últimas semanas, y que está relacionada directamente con la situación de las tres ejecutivas locales, una aún pendiente de tener su Ejecutiva, justamente la del exsocialista Emiliano Rodríguez y el expopular Daniel McEvoy, apercibido de sanción por anunciar que se presentaba para liderarla en una radio. Es decir, una pelea interna por hacerse con el poder en Ciudadanos Elche, una situación que viene desde tiempo atrás, concretamente, desde la creación del partido en la Comunitat Valenciana. Las divisiones internas y repartos de poder, el último caso en la Diputación, no son más que una situación que se ha extrapolado al municipio ilicitano.

Había tres corrientes en Elche, la formada por el secretario autonómico de Organización, Emilio Argüeso, junto con los Crisol; la de Emigdio Tormo y la de García-Ontiveros, que junto a otros militantes como McEvoy y Rodríguez, intentan hacer un Cs que salga de ambas corrientes para dejar atrás conductas tóxicas y constantes peleas por el poder. A largo plazo, pretende llegar a 500 afiliados en la ciudad para que al final sea la militancia en un proceso de primarias la que decida el proyecto y no la fuerza que tenga cada una de las facciones. En cualquier caso, en la disputa por la funcionaria de empleo, Tormo por ejemplo se inclinó más por el perfil de Ripoll, al entender que cumple el perfil profesional que se intenta establecer en la formación —y le conocía al haber llevado prensa con él hace años—. Un acercamiento de posturas con el portavoz, que también se pudo interpretar con una rueda de prensa en la sede ilicitana hace unos días.

Algo más que una designación 

A ese respecto, el líder de Cs en la ciudad decidió el viernes dar el paso y registrar el martes en alcaldía la decisión. Entiende que Ripoll cumple el perfil y los requisitos de lo que buscaba, "criterios profesionales que estuvieran en sintonía con la meritocracia que se quiere impulsar en el partido", señalan fuentes del partido, además de haber detectado descontrol con los medios en los últimos tiempos. En cualquier caso, el portavoz se siente respaldado por el partido. O al menos por parte de él. Si ha sido ahora el nombramiento es porque no han faltado piedras en el camino. Crisol quería que fuera de nuevo Gallud quien ocupara ese puesto, por lo que García-Ontiveros ha tenido que estar sorteando presiones a nivel local, pero conjuntamente desde arriba, ya que Argüeso, en el mismo barco que los Crisol, y que además de Organización, influye en otras áreas —cogió poder al ser de los impulsores de Cs a nivel autonómico, cuando no había gente—, ha intentado impedir el nombramiento. Incluso con alguna encerrona después de una aparente reunión con Crisol, en la que también participó el adjunto de Argüeso, Adrián Cedillo.

Por tanto, Ciudadanos en Elche cierra un episodio, otro más, que lleva a la formación a estar de forma permanente en una situación inestable. Además de la implosión con la marcha de David Caballero a la puerta de los comicios, hay que sumar actualmente la dificultad para formar las tres juntas barriales —queda por ver qué pasa con la tercera, donde hay críticos con el aparato—, la falta de una rendición de cuentas tras los resultados electorales exigidos por un grupo de afiliados, y ahora la cuestión de la funcionaria de empleo, el cargo de confianza, que ya ha sido zanjado después de un arduo camino, y que supone un quebradero de cabeza menos. En medio año han tenido tres, Miguel Molina, cesado por Caballero y nombrado por él mismo, y por quien apostaba Tormo; Gallud, nombrada por Crisol y cesada al disolverse el Consistorio; y ahora Ripoll, designada por García-Ontiveros. Es su primera decisión de calado a nivel interno, un golpe en la mesa. Eso sí, el próximo 13 de agosto, la Nit de l'Albà, Argüeso, ilicitano, planea una cena para exhibir músculo. La pelea por el poder sigue, sea de una forma más o menos explícita, no sólo en el ámbito local. 

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