ALICANTE. El sector inmobiliario sigue siendo uno de los motores de la economía de la provincia de Alicante, y el pasado ejercicio volvió a anotarse un importante incremento del 10%, pero sin embargo empezó a mandar señales preocupantes de desaceleración, sobre todo en el segundo semestre. Si hasta junio la compraventa de viviendas crecía en la provincia a un ritmo del 17% respecto al mismo periodo del año anterior, a partir del verano y especialmente en el último trimestre del año el crecimiento se moderó de forma notable, hasta cerrar el ejercicio en el citado 10% de incremento en el número de transacciones.
Son las conclusiones que se extraen de la estadística sobre compraventa de vivienda del Ministerio de Fomento, con los datos definitivos sobre las operaciones realizadas durante todo el año 2018, y que apuntan por un lado a un incremento en el precio medio de la obra nueva, en paralelo a un mayor protagonismo de la segunda mano. La cuarta conclusión que se extrae es que el peso de los compradores extranjeros sigue siendo abrumador, con un 45% de las transacciones y a mucha distancia en términos absolutos del resto de provincias (se registran 2,5 compraventas por extranjeros en Alicante por cada una que se cierra en Barcelona o Málaga).
Así, según la citada estadística, Alicante terminó el año 2018 con un total de 44.050 compraventas de vivienda, lo que supone un 9,8% más que el año anterior (40.122 operaciones). En el cuatro trimestre, sin embargo, la cifra del pasado ejercicio fue peor que un año antes: 11.067 por 11.241. Si se trata de una circunstancia puntual o de un cambio de tendencia, habrá que esperar a los datos definitivos del primer trimestre del año en curso para sacar conclusiones. No obstante, llama la atención porque es el primer trimestre desde que comenzó la recuperación en que el dato es peor que en el periodo anterior comparado.
En total, según la misma estadística, la compraventa de vivienda libre sumó durante el año pasado un valor total de nada menos que 5.361 millones de euros, lo que equivale casi al 15% del PIB de la provincia, según el último dato conocido (37.800 millones). Esta cifra supone un incremento de casi el 20% respecto al mismo dato del año anterior, lo que apunta a un 'calentamiento' de los precios fruto del mayor dinamismo, pese a flojear en el último tramo del año. El precio medio de la vivienda nueva alcanzó los 202.500 euros, según Fomento, mientras que en el caso de la segunda mano se quedó en 114.200 euros. De esta forma, el precio medio de una vivienda libre en la provincia se queda en 125.150 euros.
Quizá por este motivo, y también porque el ritmo de inicio de obra nueva no va en absoluto parejo al del mercado de compraventa (en 2018 se iniciaron 6.334 viviendas, un 0,2% más que el año anterior, como publicó Alicante Plaza), la gran protagonista de la estadística sigue siendo la segunda mano. De esta forma, 37.836 viviendas cambiaron de manos entre particulares el pasado ejercicio, lo que quiere decir que el 85,9% del total de viviendas vendidas era de segunda mano. También destaca el peso del comprador extranjero, que en este caso se mantiene estable: siguen participando en el 45% de las compras de vivienda en la provincia, con 19.827 adquisiciones.