GUARDAMAR DEL SEGURA. Inspirado en un término y sistema holandés, una de las medidas propuestas por el Consell como solución a futuras inundaciones es la creación de lo que se denomina islas pólder para la mayoría de los pueblos de la Vega Baja. Es una de las propuestas que recoge un estudio sobre el riesgo de la Vega Baja frente a inundaciones y donde muestra la necesidad de realizar un plan de infraestructuras hidráulicas y propuestas de soluciones elaborado por la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, junto a la Dirección del Agua.
Alicante Plaza ha tenido acceso a este estudio de plan de defensa contra inundaciones y que hoy compartirá y trabajará con agricultores en Guardamar del Segura. Los pólder son zonas que están por debajo del nivel del mar en Holanda y los agricultores utilizan sistemas de bombeo para mantenerlo drenado y canalizaciones para evitar la inundación, según ha explicado el Director General del Agua de la Generalitat, Manuel Aldeguer. Se trataría de que los municipios se conviertan en una especie de isla invertida, ya que el pueblo está más bajo que el agua circundante. "Es como un anillo de protección" añade. En el informe se anuncia como compartimentar determinadas áreas de la Vega Baja, poblaciones o zonas susceptibles de sufrir graves daños, mediante la disposición de motas alrededor o de protección parcial. Añade que este sistema se puede apoyar en infraestructuras elevadas existentes. No obstante, señala la necesidad de analizar que no se generen perjuicios en las zonas del entorno.
Dicho así, sugiere en un primer momento que se instalen grandes protecciones, pero las actuaciones también tiene aspectos más sencillos. "No es más que elevar calles, aceras y caminos de manera que dejes cerrado y protegido para que no entre agua" aclara Aldeguer. Para esto se instalarían sistemas de bombeo que mantengan seco el casco urbano. El Director del Agua pone como ejemplo San Fulgencio. "Está ya protegido por la variante que se ha hecho en poniente y rodea al pueblo, por el sur, pegado a la azarbe de la Reina está la carretera que se llevó el agua, pues si elevamos un camino por el lado del mar en San Fulgencio se queda aislado, por ello puede estar todo inundado y San Fulgencio no tener riesgo".
"De esta forma, pase lo que pase, es una salvaguarda", asegura Aldeguer. Considera que esta propuesta habría que hacerla en la mayoría de los municipios, aunque adminte que en las grandes ciudades es más difícil poder llevarlo a cabo. Quiere trasladar a regantes y alcaldes esta idea para conocer su opinión.
El principal problema con el que se encuentra la Vega Baja en las inundaciones es a consecuencia de la imposibilidad de que el agua llegue hasta el mar. Esto se debe a la llanura que conforma la comarca, a los elementos arquitectónicos que se han incorporado en las últimas décadas al suelo y la ausencia de unas infraestructuras hidráulicas adecuadas que impidan el embalsamiento del agua. Esto quedó reflejado durante las inundaciones de septiembre de 2019 dado que durante 25 días se estuvo desaguando.
Una de las ideas es la de crear corredores verdes. Esto es, unos cauces anchos apoyándonose en los cauces existentes de drenaje desde el norte hacia el mar. "Sería como el río de la Vega Baja" resalta Aldeguer. Con esto se refiere, y en términos de la finalidad, entre otras, que tiene un río de desaguar agua, explica que "el río Segura no es el río de la Vega Baja, es un río que hace de canal que trae el agua de Murcia y la saca al mar, pero al río no entra agua de la Vega Baja. La que venga por la margen derecha, se queda en la mota, y es un problema para desaguar. Por ejemplo, el agua de Almoradí no va al mar, va al norte".
Se les ha nombrado como líneas verdes porque se pretende que se desarrollen sobre un suelo natural, salvo en algunos puntos donde será preciso el uso de hormigón. "Hay que permitir que el agua fluya por las líneas de flujo preferente desde el punto de vista topográfico, que el agua no dé vuetas" afirma Manuel Aldeguer. Las carreteras han influido directamente en este estancamiento. Fue muy llamativo el caso de la N-332, que discurre paralelo, de norte a sur, a la costa a su paso por Guardamar. Mientras toda la comarca se ahogaba, esta carretera ejercía de dique e impedía que el poco desnivel con el que cuenta la comarca se aliara para aliviar agua al mar. Por eso el estudio recoge la necesidad de actuar sobre viales como este y como las distintas carreteras comarcales que vertebran la Vega Baja y la autopista.
Hoy, Guardamar acoge la reunión entre agricultores y la Conselleria con el objetivo de avanzar estos aspectos. "Vamos a exponer lo que hay que hacer y ver el grado de consenso, teniendo en cuenta que va a tener un impacto importante en la Vega Baja, beneficioso porque va a llevarse el agua y ordenar la comarca desde el punto de vista de caminos, pero va a tener la contraparte porque hay que expropiar bastante suelo" asegura Aldeguer.
Este no va a ser el único estudio que se realice. La Conselleria está trabajando en un segundo de carácter topográfico de mucho detalle, y un estudio hidrológico para determinar exactamente de dónde y cómo viene el agua para preparar a la comarca.
Una comarca que en época romana y musulmana, según expertos paleográficos, era una bahía marina de escasa profundidad. Tres factores la modificaron hasta convertirla en lo que es hoy. Debido a variaciones del nivel del mar, por la colmatación por aportaciones de los cursos de agua continentales y culminando con la desecación por drenajes realizados por el ser humano. Este entorno, sin pendiente alguna, una llanura casi perfecta, a la que se le ha sumado elementos arquitectónicos y urbanísticos ha desembocado en el principal problema que tiene la comarca: desaguar el agua que recibe.